Desacuerdos económicos fuerzan una nueva crisis de Gobierno en Italia
Italia volverá a estar hoy sin Gobierno. El presidente del actual Gabinete de centro-izquierda, el republicano Giovanni Spadolini, anunciará su dimisión en una sesión extraordinaria del Consejo de Ministros anunciada para las once de la mañana.La decisión ha sido tomada por Spadolini después de consultas con los líderes de los partidos que han apoyado hasta ayer a su Gobierno y tras entrevistarse con e presidente de la República, Sandro Pertini.
El motivo de la crisis hay que buscarlo en las continuas fricciones, durante los últimos meses, entre los ministros económicos democristianos y socialistas y, concretamente, entre el del Tesoro, el democristiano Nino Andreatta, y el de Finanzas, el socialista Rino Formica. Pero en realidad dicha desazón existía ya cuando se produjo la crisis anterior, en pleno verano, que condujo, para evitar nuevas elecciones, a la formación de un Gobierno idéntico al precedente.
Las hipótesis sobre el nuevo Gobierno son dos: o se hará un Gabinete que dure sólo unos meses para preparar las elecciones anticipadas en primavera, o bien se formará otro mediante un pacto explícito de no celebrar comicios antes de que acabe esta legislatura, es decir, en 1984.
La primera hipótesis gusta más a los socialistas. La segunda, a los democristianos. En el primer caso cambiaría la composición del Gobierno, ya que probablemente abandonaría la actual coalición de centro-izquierda el Partido Republicano, del cual es secretario el presidente dimisionario.
En el segundo supuesto podrían tomar parte de nuevo los cinco actuales partidos de centro-izquierda: democristianos, socialistas, republicanos, socialdemócratas y liberales. En ambas hipótesis, sin embargo, el nuevo presidente será esta vez un democristiano, y con mucha probabilidad, Amintore Fanfani, que es actualmente la segunda autoridad política del país por su cargo de presidente del Senado.
A los socialistas, los democristianos, que son el partido de mayoría relativa, podrían darles la presidencia del Gobierno al final de la legislatura, cuando, al acabar su mandato el actual presidénte de la República, que es socialista, este cargo pudiera pasar a los democristianos.
Sería imposible actualmente que la Democracia Cristiana, la mayor fuerza electoral del país, aceptara entregar a los socialistas la jefatura del Estado y la presidencia del Gobierno.
Si es verdad que existe un acuerdo de fondo entre el socialista Bettino Craxi y el democristiano De Mita, la crisis esta vez podría resolverse en pocos días.
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