Louise Wolfe,
una mujer de San Francisco, California, reunió el pasado fin de semana en una convención a un centenar de activistas gordos con el propósito de estudiar y proponer soluciones a los problemas de los obesos norteamericanos, que se consideran "una minoría oprimida que debe luchar por sus derechos". Una minoría que engloba a un 45% de los estadounidenses. Louise Wolfe, que pesa más de cien kilos, presidió la reunión en la que se discutió sobre la discriminación en las tallas de la ropa, autoestima y promoción de la sexualidad. Estas personas que luchan con la báscula están cansadas de no encontrar asientos en los cines ni en los transportes para sus voluminosos cuerpos y de ser discriminados laboralmente.
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