El rectorado de la Universidad Complutense pretende controlar el rendimiento de los profesores
Francisco Bustelo, rector de la Universidad Complutense de Madrid, presentó ayer el programa de Gobierno de la misma para el curso académico 1982-83; programa que debaten hoy, en un miniclaustro, los miembros de la Comisión Consultiva de la Junta de Gobierno de dicha Universidad. "En este documento no sólo explicamos lo que hay, sino las acciones que se pueden emprender para mejorarlo", dijo Bustelo, quien insistió en el propósito del rectorado de exigir a todos los profesores el cumplimiento de sus actividades docentes. Según el programa de la Universidad Complutense, se primará la dedicación exclusiva del profesorado, pues, "de lo contrario, se mantendrán situaciones anómalas y seguirá sin llevarse a cabo la profesionalización de la docencia universitaria", comentó Roberto Mesa, vicerrector de Ordenación Académica.A pesar de considerar demagógicas las medidas gubernamentales (del pasado mes de abril) sobre contratación de profesores no numerarios, la Junta de Gobierno de esta Universidad piensa ejecutarlas en la próxima temporada académica y "aprovechar la posibilidad de seguir el rendimiento profesoral". Dichas medidas contemplan la renovación de contratos por espacio de cinco años, en vez de un año, como hasta ahora -hecho que afecta a más de tres mil profesores de la Complutense-, y contratos de adjunto en dedicación exclusiva, también quinquenales, para profesores y doctores -que afectarán a unas dos mil personas, en todas las Universidades españolas-.
"El marco en el que nos movemos ha imposibilitado el cambio rápido que mucha gente esperaba", manifestó el rector, que se mostró optimista respecto "al logro próximo de un margen de maniobra de la Universidad española", aunque "la retirada de la Ley de Autonomía Universitaria nos ha afectado bastante". En este sentido, señaló que la puesta en marcha de la Fundación General de la Universidad Complutense posibilitará una cierta independencia económica. Esta Fundación, cuyo arranque está previsto para el primer trimestre de 1983, pretende "fórnentar en España la costumbre del legado y la inversión en investigación" y recoger el material disperso de una docena de instituticiones de pequeña entidad, de las cuales la Fundación Jaime del Amo aporta la mayor base financiera (unos dos millones de dólares al año).
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