Crítica:DANZA

Técnica moderna a ritmo afrocubano

El segundo programa presentado en el teatro Español por Danza Nacional de Cuba ha permitido ver algunas coreografías interesantes, y esto, a su vez, ha puesto de relieve las cualidades del conjunto de este grupo de danza modema.La caza, subtitulada Metáfora del cazador cazado, del coreógrafo Jorge Lefebre, sobre música de Sergio Vitier -que es, al parecer, el director artístico de la compañía, aunque su nombre no aparece en los programas- es una obra de calidad superior a lo presentado anteriormente, cuya fuerza expresiva radica en el sabio uso del ritmo del movimiento del coro d...

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El segundo programa presentado en el teatro Español por Danza Nacional de Cuba ha permitido ver algunas coreografías interesantes, y esto, a su vez, ha puesto de relieve las cualidades del conjunto de este grupo de danza modema.La caza, subtitulada Metáfora del cazador cazado, del coreógrafo Jorge Lefebre, sobre música de Sergio Vitier -que es, al parecer, el director artístico de la compañía, aunque su nombre no aparece en los programas- es una obra de calidad superior a lo presentado anteriormente, cuya fuerza expresiva radica en el sabio uso del ritmo del movimiento del coro de bailarines y en la vitalidad y maestría con que los cuatro solistas interpretan sus papeles protagonistas.

Danza Nacional de Cuba

La caza, Amanda. Con Silvio y Fausto.Teatro Español. Segundo programa. 30 de junio.

También el solo Amanda supuso un gran contraste con el Michalangelo del primer programa, y no exclusivamente por el vituosismg del bailarín Reinaldo Suárez. La coreografía de Manuel Vázquez, aunque perfectamente adaptada a las prodigiosas condiciones del intérprete, tiene rigor en su concepción y desarrollo, y va más allá del mero vehículo para el lucimiento del solista.

La ambientación musical -que utiliza ladridos de jauría ansiosa- es efectiva y sirve bien al movimiento.

Finalmente, el ballet de Víctor Cuéllar sobre el tema de Fausto, que ocupó toda la segunda parte, estuvo igualmente por encima de su anterior Panorama, aunque también le sobraron al Fausto guiños facilones al espectador, como la cándida narradora, y, aunque el optimismo y la ingenuidad en el desarrollo de tema, pueden chocar a quienes estén familiarizados con otras versiones recientes, como la de Maurice Bejart, por citar una de las más conocidas. No obstante, hay que señalar que este Fausto constituye un intento de ballet dramático apreciable, con algunos momentos bellos y algunos toques de humor logrados.

Concebido como ballet dentro de ballet en una clase de danza de la compañía, permite además precisar el sistema de preparación técnica de los bailarines, en la línea de la danza moderna norteamericana ya clásica puesta al ritmo afrocubano.

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