Venta obligatoria
En San Sebastián están que trinan por el traspaso de Alonso. Los aficionados donostiarras, eufóricos por el reciente triunfo liguero, consideran que la venta del centrocampista, al Barcelona, es un modo como otro cualquiera de deshacer el equipo. Para mí, la decisión de la directiva realista es una operación que tiene un par de objetivos. De una parte, se consigue borrar el déficit y poner dinero en la caja, y de otro, se ha dado un toque de atención a los edilel de la ciudad, a fin de quereconsideren, su postura con respecto a la construcción de un nuevo campo en Zubieta.La Real Sociedad, con el actual campo de Atocha, no tiene más remedio que desprenderse de algún jugador cada vez que los números rojos amenazan el balance. La Real no es un club de caballos blancos, tan perjudiciales por otra parte, ni levanta castillos en el aire sobre la base de préstamos bancarios. La Real ha vivido en los últimos años de la venta de porteros y de alguna afortunada operación, comolas de Araquistáin e Idígoras.
La Real no podrá mantener aires de campeón mientras juegue en el viejo Atocha. La remodelación del campo quizá sea la mejor solución en estos momentos, pero se corre el riesgo de que carezca de futuro. La Real, mientras no varíen las circunstancias, está condenada a ser club vendedor. Y siempre será mejor eso que la ruina de otros.