La izquierda en Francia

(...) La fuerza tranquila ha tomado a veces el rostro de la revancha y del sectarismo. (...) Es en el momento en que su comportamiento era más realista, más inventivo, es decir, más unificador, que la izquierda tuvo el lenguaje más vengativo y más partidario. Todas las condiciones existían para despertar a las fuerzas dormidas de la derecha. La fuerza tranquila está sometida a una prueba. Cercada en el Senado, vigilada por el Consejo Constitucional y, desde ahora en adelante, doblegada en los Consejos Generales, sin embargo, dispone de tiempo, voluntad y de medios. No se volverá a imponer cayendo en la trampa de una guerra civil larvada en la que algunos, a la derecha, quisieran arrastrarla. Ni sobreestimando la hostilidad de los adversarios para desviar la resistencia de los hechos económicos y sociales. El balance de este Gobierno es denso: ha hecho tantas cosas que se tiene la impresión que lleva años en el poder. Es un balance positivo. (...)

1 de abril