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Consolidada la ocupación argentina de las Malvinas

Los británicos, se sienten humillados por la invasión argentina de las Malvinas

Andrés Ortega

La Junta Militar del general Leopoldo Galtieri, completó ayer la ocupación de las islas Malvinas con la invasión de los archipiélagos de Georgia del Sur y Sandwich del Sur por efectivos militares, al tiempo que nombraba un gobernador general. Cerca de un centenar de británicos fue evacuado del archipiélago y trasladados temporalmente a Uruguay. En Londres, la Cámara de los Comunes fue escenario de un tenso debate, en el que la primera ministra, Margaret Thatcher, aseguró que su Gobierno liberará las Malvinas y recuperará su administración "lo más pronto posible". Mientras, el Consejo de Seguridad de la ON U aprobó la resolución que pide la retirada argentina, con 10 votos a favor, uno en contra (Panamá) y cuatro abstenciones (España y la URSS entre ellas).

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Una gran parte de la opinión pública y de la Prensa, la oposición y el Gobierno británico se ha sentido profundamente humillada con la fácil invasión argentina de las islas Malvinas.En la primera sesión que celebró en sábado el Parlamento británico desde el 3 de noviembre de 1956, cuando la crisis de Suez, la primera ministra, Margaret Thatcher, anunció que mañana zarparía de Portsmouth el portaviones Invincible a la cabeza de un destacamento naval.

Thatcher anunció asimismo la congelación de los activos financieros argentinos en el Reino Unido, donde la crisis política no hace más que comenzar.

Los cargos de lord Carrington y John Nott, ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa, respectivamente, están en franco peligro, no descartándose que los laboristas presenten una moción de censura contra el Gobierno.

La primera ministra anunció que un amplio destacamento naval se está preparando para zarpar el lunes. Los detalles son secretos y el número de buques podría variar entre dieciocho y cuarenta, comprendiendo dos navíos anfibios, destructores, fragatas, submarinos, barcos de avituallamiento y dos portaviones, entre ellos el moderno Invincible, con el príncipe Andrés, piloto de helicóptero, a bordo. Esta, para John Nott, es "una fuerza formidable que ninguna otra nación posee", salvo Estados Unidos y la URSS.

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Los barcos, en cualquier caso, tardarían dos semanas en llegar a la zona del conflicto. Una cosa es que los argentinos superen a 79 marines británicos en una isla a 650 kilómetros de su costa y otra cosa es que los británicos desalojen a 20.000 soldados argentinos en estas islas alejadas. La única base de apoyo de que disponen los británicos está en la isla de la Asunción, a 6.000 kilómetros.

El destacamento naval partirá con órdenes secretas que sólo serán reveladas más adelante si fracasan las gestiones diplomáticas, y en Londres cundía ayer el pesimismo en medios oficiales sobre la posibilidad de llegar a una solución por la vía de la negociación. La decisión sobre un contraataque se basará, pues, sobre consideraciones políticas.

Según informaciones oficiosas, el submarino de propulsión nuclear Superb, sin armas atómicas a bordo, llega mañana a las Malvinas, tras haber zarpado diez días atrás de Gibraltar. El martes se le acercará el destructor Exeter. Páginas 2 a 5 Editorial en página 10

Thatcher reafirma la soberanía británica sobre las islas

Viene de la primera página

Cuando Margaret Thatcher tomó la palabra en esta sesión extraordinaria de tres horas de duración en la Cámara de los Comunes, gritos de "dimisión" la acogieron desde los bancos de la oposición. Decaída e insegura, Margaret Thatcher explicó los acontecimientos que habían llevado a la crisis, afirmando que la víspera había sido un día de "rumores y contrarrumores". La primera ministra decidió que las islas Malvinas "siguen siendo territorio británico. No hay duda sobre su soberanía", señaló, añadiendo que sus habitantes desean ser británicos.

Margaret Thatcher esbozó los preparativos militares británicos y reveló que los activos financieros argentinos en el Reino Unido habían sido congelados -unos ochocientos millones de libras (156.000 millones de pesetas), según fuentes independientes- y que se habían detenido las ayudas al crédito delstinadas a Argentina.

Contactos con Reagan

Tras indicar que había hablado por teléfono con el ex gobernador de las Malvinas, Rex Hunt, que se encontraba en Montevideo, Margaret Thatcher dijo que había mantenido contacto telefónico con el presidente Ronald Reagan.

Este, sin embargo, se encuentra en un grave aprieto, no queriendo inclinar demasiado su balanza hacia ninguna de las partes implicadas. La primera ministra se mostró firmemente decidida a intentar llegar a una solución por la vía diplomática, como lo volvió a afirmar posteriormente su tembloroso y pálido ministro de Defensa, John Nott.

¿Qué le ha ocurrido a la diplomacia británica y a su inteligencia?, preguntó el líder laborista, Michael Foot, en un discurso relativamente blando hacia el Gobierno, que, tras condenar el acto de agresión y el poco respeto de los derechos humanos por parte del Gobierno argentino, afirmó rotundamente que "los habitantes de las Malvinas han sido traicionados. La responsabilidad de esta traición recae en el Gobierno". Un potente "yeah" de los diputados acogió estas palabras.

Entre otras propuestas menos serias, como la del conservador sir Nigel Fisher, figuraba la de excluir a Argentina de la Copa Mundial de Fútbol.

La intervención de Enoch Powell, diputado del Partido Unionista Oficial del Ulster, tocó e corazón de muchos de los presentes al señalar que "en los próximos días, esta Cámara, el país y la propia darna (Thatcher) sabrá de qué metal está hecha".

Efectivamente, la dama de hierro no parecía estar a la altura de las circunstancias. Tiene que de cidirse entre llevar a cabo una operación militar de inseguro desenlace o reconocer que los argentinos se quedaran con las Malvinas, un gesto que podría poner en peligro su propio futuro político. La invasión ha tocado las cuerdas de la emoción del Partido Conservador.

Petición de cabezas

Aunque lord Carrington tuvo un paso menos áspero ayer por la Cámara de los Lores que su colega John Nott, ambos sufrieron los gritos de "dimisión" y "fuera" de la oposición, que silenciaron.

A Nott se suinaron bastantes diputados conservadores, que también pedían la cabeza de Carrington.

Es improbable que en los próximos días se produzca un cambio ministerial, pues todo el Parlamento está ¿le acuerdo en presentar una postura unitaria.El Partido Laborista decidirá próximamente la propuesta de una moción de censura contra el Gobierno, en la que, en caso de que se produzca, varios diputados conservadores no podrían votar a favor de Margaret Thatcher.

The Sun titulaba "Es la guerra"; The Daily Mirror, "Prisioneros de guerra", y The Daily Mail, "Avergonzados". Un periódico serio como The Times comparaba el acto de agresión argentino con el aventurismo de un Adolf Hitler, señalando que "podernos infligir graves daños a la armada argentina si tenemos que responder con fuerza a la fuerza. Debería quedar claro que estamos preparados a hacer esto si los invasores no se retiran en breve".

La excepción fue The Guardian, el diario independiente que en 1956 se opuso, casi en solitario, a la aventura de Suez.

Para The Guardian, "desde el principio, el asunto de las islas Malvinas ha tenido grandes visos de ópera bufa", y si en estas islas "lejanas, olvidadas y ahora escamoteadas" no estaban los medios para defenderlas, "no se deberían haber afirmado en vano" los indudables derechos británicos.

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