Nada parece separar a los dirigrentes polacos y soviéticos tras la visita del general Wojciech Jaruzelski a Moscú
Polonia "seguirá siendo un sólido eslabón de la comunidad socialista y miembro del Pacto de Varsovia" afirma el comunicado conjunto difundido ayer por la agencia Tass al término de la visita del general Wojciech Jaruzelski, primer ministro polaco, a la URSS. El comunicado da cuenta del compromiso contraído por Jaruzelski de "cortar por lo sano todo intento de que en Polonia se reanuden las actividades tendentes a hundir la economía, a hacer renacer la anarquía, los desórdenes y a modificar el régimen social y político".
El comunicado califica de "chantaje" las sanciones económicas adoptadas por los países occidentales contra Polonia y la URSS y denuncia "la injerencia en los asuntos internos de Poloma".Los dirigentes soviéticos y polacos han coincidido en recalcar, durante la visita a Moscú de Jaruzelski, la identidad de sus respectivos puntos de vista. Los polacos, por su parte, han insistido de nuevo en que la declaración de la ley marcial el pasado 13 de diciembre fue una decisión tomada por ellos mismos, sin que el Kremlln interviniera para nada.
A la espera de que Moscú anuncie un nuevo incremento de su ayuda económica a Polonia, éste es el balance del viaje a Moscú del líder polaco, que ayer tarde regresó a Varsovia después de una estancia de veinte horas en la capital soviética.
El lunes por la noche, en la cena que el líder soviético, Leónidas Breznev, ofreció a su colega polaco, los papeles parecían cambiados. Jaruzelski pronunció un discurso duro, teñido, no obstante, de cierto nacionalismo, respondiendo así a un brindis de Breznev bastante matizado, en el que se afirmaba, entre otras cosas, que "lejos de debilitar al socialismo, el desarrollo de una auténtica democracia multiplica infinitamente su fuerza".
Las breves referencias de la agencia oficial Tass no resultaban excesivamente clarificadoras: los encuentros habrían servido para pasar revista a "los problemas claves relativos al desarrollo de la colaboración soviético-polaca en las esferas política, económica, científica, técnica y cultural", así como para consolidar "la amistad fraternal" entre los pueblos y los partidos dirigentes de ambos países.
Breznev calificó de oportunas las medidas tomadas por el Gobierno de Varsovia para hacer salir a su país de la dolorosa crisis. "Lo que sucedió", agregó, "es una amarga lección, pero los comunistas saben sacar fruto de las lecciones".
El líder soviético sugirió también que el proceso normalizador aún no ha alcanzado todos sus ob jetivos. "Pero que nadie crea", añadió, "que el socialismo no va a defenderse. Lo hará, y está bien resuelto a ello".
Por su parte, Wojciech Jaruzelski -que ha lucido su uniforme de general durante la visita- comenzó su brindis, el lunes por la noche, haciendo un elogio a las fuerzas armadas soviéticas, que, según sus palabras, son la "principal garantía de paz en Europa", y también garantizan la "seguridad e integridad territorial" de Polonia, así como la "inmunidad de sus fronteras justas e inmutables".
Jaruzelski calificó de "presiones intolerables" las sanciones y críticas adoptadas por Occidente después de la declaración de la ley marcial en Polonia y afirmó que la situación económica de su país continúa agravándose considerablemente, "debido a las sanciones económicas dictadas por el Gobierno norteamericano y, bajo su presión, por los demás Gobiernos de los otros países capitalistas".
En estas condiciones, concluía el líder polaco, sólo la ayuda de la URSS y de los demás países socialistas puede hacer que Polonia salga de la crisis.
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