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Frenadol, el antigripal más popular del mercado español, ofrece irregularidades en su composición y venta

«Ningún medicamento puede arrogarse un carácter directamente antigripal, porque lo único que actúa radicalmente contra la gripe es la vacuna», ha manifestado a este diario él subdirector general de Control Farmacéutico, Emilio Aumente, en relación con el conocido analgésico Frenadol, de los laboratorios Abelló. Frenadol, cuarto medicamento más vendido en España, detrás de la aspirina, Nutriben junior y optalidón, se presenta últimamente como antigripal y no ya como fármaco para el «tratamiento de los síntomas gripales y dolorosos».

Los laboratorios Abelló colocaron en el mercado durante 1980 un total de 897.220 cajas de este preparado, que supusieron unos ingresos de 867 millones de pesetas. Esta especialidad ha elevado su precio al consumidor dos veces en dos meses escasos. Según documentación manejada por nosotros en relación con este medicamento, Frenadol es un raro caso en las listas de especialidades farmacéuticas del mundo occidental, debido al número de productos que entran en su composición: nada menos que siete componentes, de los que cuatro son, directa o indirectamente, depresores del sistema nervioso, uno es estimulante, otro es vitamina C y el séptimo, que Abelló a veces omite en sus prospectos o lo menciona en último lugar, puede ser un derivado sulfamídico (con acción antiséptica), aunque, por razones que se desconocen, los laboratorios prefieren ocultar su nombre genérico, que permitiría su identificación, y en cambio se prefiere su nombre químico.

Venta libre de hecho, aunque la receta sea obligatoria

A raíz de la resolución ministerial de 25 de noviembre de 198 1, por la que se liberalizan los precios de las especialidades farmacéuticas publicitarias, de venta libre, Frenadol no fue incluido entre los 312 fármacos clasificados. Los laboratorios Abelló, que contaron con un plazo de un mes para reclamar la inclusión de Frenadol en la lista de especialidades publicitarias, prefirieron renunciar de buen grado al beneficio que reportaría esta liberalización de precio de los medicamentos menores para obtener otros beneficios: este producto se vende aún sin receta, como antes, y al tiempo la Seguridad Social debe correr con el gasto de su adquisición. Además, Frenadol se beneficiará de dos aumentos de precio en el breve plazo de dos meses: en enero de 1981 costaba aún 179 pesetas, subió a 202 pesetas en el pasado noviembre y volverá a incrementar su precio en los próximos días. El Ministerio de Sanidad, según nos ha informado Abelló, ha autorizado el alza de los precios de algunos productos nacionales, como «estímulo a la investigación». Abelló aplicará la medida a tres especialidades.

Las condiciones para que un fármaco pueda acceder al catálogo de medicamentos publicitarios son éstas: que no sea inyectable, que no precise receta para su dispensación, que su uso no entrañe riesgos y que no esté prescrito para enfermedades que deban ser declaradas. La gripe es una de éstas. Aprovechando esta circunstancia, el Frenadol, que en un principio se presentaba con eslóganes publicitarios como «cualquier situación puede ser un motivo Frenadol», se ha convertido de repente en antigripal.

Sin contraindicaciones

Frenadol es un cóctel de medicamentos. Está integrado por N-acetil-p-aminofenol, cuyo nombre genérico, que también evita Abelló por razones sospechosas, es el de paracetamol; salicilamida, fósfato de codeína, eltrato de cafeína, maleato de clorfeniramina, vitamina C, sal sódica, oxobencil-isosulfonazol (este componente es el que a veces no aparece en la publicidad) y excipiente carbohidratado y aromatizado. Según juicio crítico de expertos, varios de sus componentes son susceptibles de adicción: son drogas. Asociados entre sí y, sobre todo, al alcohol -y esto es frecuente- pueden provocar situaciones límite. Un cóctel medicamentoso como Frenadol, se nos ha dicho, ocasiona sin lugar a dudas, a medio y largo plazo, «lesiones larvadas y problemas patológicos subclínicos que aparentemente no se apreciarán, pero que con seguridad disminuyen las facultades del individuo y pueden producir alteraciones gástricas o hepáticas, entre otras». En las indicaciones que acompañan al preparado se limitaba el laboratorio, hasta hace poco, a señalar: «No tiene contraindicaciones, incompatibilidades ni efectos secundarios, a no ser intolerancia conocida a algunos de sus elementos». Se desconsidera, pues, la interacción de los distintos elementos. Esta mezcla, según el prospecto, es capaz de «resolver completamente este agudo problema terapéutico» (el tratamiento de la «gripe., resfriados, catarros, lumbago, dolores y dismenorrea», sin concretar diferencias entre estas afecciones). Los médicos opinan que la gripe es una enfermedad seria y grave en casos de pacientes débiles, niños y ancianos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice en su sexto informe sobre la situación sanitaria en el mundo que la gripe es la tercera causa de muerte en niños menores de un año y en pacientes mayores de 65, en el caso de los países desarrollados. En el Tercer Mundo ocupa. el mismo lugar en las, causas de muerte dentro del grupo de cinco a catorce años. Pero Abell6 subraya que con Frenadol puede evitarse un tratamiento gripal que incluya el reposo en cama y una ' llamada al médico, A modo de contraste, otro preparado similar, Sinefricol (y no entramos en calificar a éste), incluye en sus prospectos un apartado de «Intoxicación y su tratamiento», otro de precauciones («en caso de somnolencia, no se deben manejar automóviles u otras máquinas, etcétera) y además remite al médico como controlador del consumo del preparado. Sinefricol se anuncia como garantía de un «control racional de los síntomas catarrales y gripales, sin duplicidad de componentes activos», lo que suena-a réplica de Frenadol.

Está probado que Frenadol produce somnolencia y estreñimiento, y así se hace constar va en la publicidad más reciente, a raíz de su ascenso a antigripal. Además no se advierte a las embarazadas del riesgo de consumir Frenadol, a pesar de que componentes del preparado se sabe positivamente que afectan en mayor o menor grado al feto. Según médicos consultados, una administración continuada de salicilatos (salicilamida en Frenadol) suele ocasionar, tras varios años, una nefritis intersticial.

En cuanto a interaciones, el salicilato desplaza a otros fármacos, como los hipoglucemiantes (antidiabéticos) orales y el metotrexato. Por lo demás, los salicilatos ocasionan erosiones y ulceraciones, con hemorragias ocultas o visibles; cefaleas, vértigos, ruidos de oídos, dificultades auditivas, confusión mental, somnolencia, sudoración, sed, náuseas. Según los profesores Jesús Flórez, Juan A. Armijo y Afríca Mediavilla, catedráticos de Farmacología, «en administración crónica, y especialmente asociada a paraaminofenoles (este es el caso de Frenadol), ocasiona nefritis intersticial». Según se desprende del boletín Side Effects of Drugs Annual, número 4, de 1980, diferentes componentes de Frenadol están contraindicados en estos casos: cardiotoxicidad, alergias, anemia hemolítica, hemostasis, hepatitis, toxicidad hepática, hipoglucemia, nefrotoxicidad, teratogénesis, úlcera de estómago, trombocitopenia, etcétera.

Opiniones de expertos extranjeros afectan también implícitamente a la supuesta inocuidad de Frenadol. El catedrático de Medicina General de la Universidad de Bonn doctor A. Kesebere, califica de sólo «relativamente no peligroso» el paracetamol y el ácido acetilsalicílico (aspirina). Ambos se encuentran en Frenadol prácticamente, pues la salicilamida y la aspirina son derivados salicílicos con acciones semejantes. Por otra parte, el profesor Helmut Kewitz, del Clinicum de Steglitz (Berlín), dice al estudiar los medicamentos compuestos que «las partes que integran los combinados no deben inhibir mutuamente sus respectivas funciones ni tampoco incrementar su contenido tóxico».

La ocupación del mercado por Frenadol debe atribuirse, según nuestras noticias, a la publicidad llevada a cabo sobre esta especialidad farmacéutica y el amplio campo de acción que se le ha atribuido, mediante el ingenioso procedimiento de ocultar efectos secundarios y contraindicaciones. Por lo demás, y según se nos ha informado oficiosamente, Sanidad no permitiría hoy comercializar una fórmula como la que conforma Frenadol, con lo que este antigripal se encuentra de hecho en un régimen de monopolio.

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