Paro casi total en el sector del metal del País Vasco

Más del 80% de los trabajadores del sector del metal en el País Vasco, según cifras sindicales, y algo más de la mitad, según la patronal, respondieron ayer a una convocatoria de huelga sectorial realizada por las centrales CC OO, UGT y USO -apoyadas por PSOE y PCE- y que contó con la oposición del Gobierno vasco, Partido Nacionalista Vasco y Euskadiko EzkerraLa primera gran huelga por motivos exclusivamente laborales en las tres provincias vascas -el lema de la convocatoria hacía hincapié en la defensa del puesto de trabajo y la oposición a los actuales planes de reestructuración- culminó con...

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Más del 80% de los trabajadores del sector del metal en el País Vasco, según cifras sindicales, y algo más de la mitad, según la patronal, respondieron ayer a una convocatoria de huelga sectorial realizada por las centrales CC OO, UGT y USO -apoyadas por PSOE y PCE- y que contó con la oposición del Gobierno vasco, Partido Nacionalista Vasco y Euskadiko EzkerraLa primera gran huelga por motivos exclusivamente laborales en las tres provincias vascas -el lema de la convocatoria hacía hincapié en la defensa del puesto de trabajo y la oposición a los actuales planes de reestructuración- culminó con una manifestación de miles de personas por las calles de Bilbao y Vitoria, en la que primordialmente se escucharon consignas contra el PNV y EE por su actitud contraria al paro.

En el transcurso de la marcha se produjeron algunos incidentes, cuando un numeroso grupo de personas se colocó en la cabecera de la manifestación e intentó romper el servicio de orden, aunque no lo consiguieron. Al final, los mismos grupos intentaron boicotear la lectura del comunicado conjunto.

Una respuesta sensiblemente inferior recibió otra convocatoria de huelga general en todos los sectores y servicios realizada por el sindicato abertzale LAB, Herri Batasuna y otros partidos de ultraizquierda.

La oportunidad de ambas convocatorias provocó un serio conflicto entre los partidos y centrales convocantes y el Gobierno vasco, a raíz de unas declaraciones de un portavoz de éste que calificaba la convocatoria como «un atentado a Euskadi».

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