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La Comisión Europea abre una puerta a la negociación agrícola con España

Soledad Gallego-Díaz

La Comisión Europea (órgano ejecutivo de la CEE) aprobó en su ultima reunión, esta semana, en Bruselas, un importante paquete de propuestas sobre productos agrícolas mediterráneos que es de vital importancia para España. En efecto, los trabajos de la Comisión, que deben aún ser discutidos y aprobados, en su caso, por el consejo de ministros de los diez pueden abrir la puerta para una discusión seria con Madrid sobre el capítulo agrícola, el más decisivo para la futura adhesión española.

Aunque aún no existe reacción oficial por parte de los negociadores españoles, parece que las propuestas de la Comisión, que alude continuamente a la necesidad de solucionar una serie de problemas para permitir la integración de nuestro país, han sido acogidas con interés. Más que todas las declaraciones verbales de apoyo, la rapidez con la que se pueda producir el ingreso de España (o la lentitud, según se mire), depende del ritmo con el que el consejo de ministros comunitario dé luz verde a las propuestas de la comisión.El capítulo más importante es, tal vez, el del aceite. Como ya informaba ayer EL PAIS, el vicepresidente Natali no ha logrado que sus compañeros respaldaran la idea de una tasa especial para materias grasas (que elevaría el precio de los aceites de semillas). La tasa, según algunos expertos, hubiera sido la solución ideal, desde el punto de vista español, como lo es desde el punto de vista italiano, francés o griego, los otros tres países productores de aceite de oliva.

La propuesta aprobada por la comisión puede resumirse en los siguientes puntos:

a) La adhesión de España a la CEE supondrá unos excedentes de aceite de oliva del orden de 200.000 toneladas anuales, lo que significa un coste adicional para el presupuesto de la CEE de aproximadamente 70.000 millones de pesetas (720 millones de ECU).

b) Para mantener el equilibrio, limitando en lo posible el aumento de presupuesto y teniendo en cuenta "los legítimos intereses de los países productores de otros aceites vegetales (Estados Unidos es el mayor exportador del mundo, junto con Argentina y una multinacional holandesa), se propone un dispositivo que salvaguarde los ingresos actuales de los olivareros mediante ayudas al consumo que hagan de la relación de precio entre el aceite de oliva y los granos oleaginosos, a nivel de consumo, no sobrepase el dos a uno.

c) Medidas para alentar la reconversión voluntaria de la producción oleicola hacia otros cultivos.

d) Fijar la duración del período de adaptación del régimen de importación español al régimen comunitario en el máximo compatible con el período de transición, a fin de asegurar que los efectos se sienten gradualmente, tanto en el presupuesto como en el consumo.

e) Negociar cuando se produzca la adhesión de España, en el cuadro del GATT, la modificación del régimen de importación de aceites y granos oleaginosos.

Finalmente, si todo este sistema no da los resultados ambicionados (lo que según algunos expertos es muy probable), la comisión volvería a estudiar la implantación de una tasa especial.

Programa para el vino

La CEE tiene unos excedentes estructurales de vino del orden de los siete millones de hectólitros. La adhesión de España, afirma la Comisión Europea, acentuará este desequilibrio. Es necesario, pues, introducir modificaciones importantes en el dispositivo de intervención previstoactualmente por la comunidad a diez.

Las medidas propuestas por los expertos de la comisión son las siguientes:

1. Introducción de la destilación preventiva obligatoria, que son ahora insuficientes. La destilación obligatoria se decidiría a principios de campaña en función de las previsiones. El volumen se fijaría a principios de cada mes de diciembre y la tasa a aplicar a cada agricultor sería diferente, según sus rendimientos, tipos de vino producidos y grado de alcohol. Esta diferenciación permitirá, a juicio de la Comisión, hacer recaer el esfuerzo de clarificación del mercado sobre los productores que son los principales responsables de los excedentes.

Frutas y legumbres

La Comisión afirma que uno de los primeros objetivos debe ser el reforzamiento de las agrupaciones de productores de frutas y legumbres, ya que sobre ellas pesa el papel de concentración de oferta y estabilización de precios.

Además, se propone completar el sistema de compras públicas durante el período de plena producción para tener en cuenta no sólo los precios a la prodilcción, sino también a nivel de detallista en productos especialmente sensibles, como el melocotón, la pera de verano y los tomates. Las medidas de intervención se limitarían a productos comercializados durante la campaña.

En el capítulo de frutas y legumbres la Comisión piensa que es imprescindible un estricto control de calidad, para lo que se crearían nuevos servicios de control en los Estados miembros.

En cuanto a las importaciones, la comisión propone extender el régimen de precios de referencia a las lechugas, judías verdes, melones, alcachofas y albaricoques,

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