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El sindicato independiente defenderá en Polonia su proyecto autogestionario por la vía de las urnas

El sindicato independiente polaco Solidaridad exige, en una resolución aprobada ayer en su congreso, que se celebra en Gdansk, que el Parlamento convoque un referéndum sobre la autogestión en las empresas y que no apruebe el proyecto de ley presentado por el Gobierno sobre la materia. Si el Parlamento no acepta la convocatoria de un referéndum, Solidaridad lo realizará por su cuenta en las empresas.

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La primera fase del primer congreso de Solidaridad, que continúa sus sesiones en Gdansk, aunque estaba prevista su conclusión el pasado lunes, estaba dedicada, sobre todo, a cuestiones de procedimiento y, de preparación de la segunda fase, que comenzará el próximo día 25.Los temas tocados en esta primera fase permiten anticipar ya que el conflicto entre los sindicatos independientes y el Partido Obrero Unificado Polaco (POUP, comunista) continuará en un enfrentamiento abierto por el poder de decisión a nivel empresarial.

Solidaridad quiere la autogestión y no acepta los proyectos aguados que presenta el Gobierno. Durante el congreso del partido, a mediados de junio, el primer secretario, Stanislaw Kania, ya dijo claramente que no podía tolerarse la "anarquización de la vida económica". El viceprimer ministro, Mieczyslaw Rakowski, dijo en aquella ocasión que el partido no puede renunciar a la dirección de la vida económica.

El punto central del conflicto está centrado sobre la fórmula de designación de los directores de las empresas. Solidaridad quiere que sean los asalariados los encargados de elegir por votación a los directores. El conflicto se planteó ya abiertamente en las líneas aéreas polacas LOT y en la empresa siderúrgica Huta Katowice, con 19.000 obreros, donde los mismos votaron ayer sobre el cese del director.

El partido teme que, si cede en el tema de la autogestión empresarial, se venga abajo todo el tinglado de la economía planificada y centralizada. Solidaridad cuenta con el apoyo de sus amplias bases y el poderoso argumento de la ruina económica a la que llegó el país con un sistema como el actual. La resolución aprobada ayer en Gdansk representa un desafío a Gobierno y al partido, y emplaza al Parlamento polaco, que este último año ha recuperado una cierta autonomía, para que convoque un referéndum sobre la autogestión.

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Solidaridad, en este primer congreso ha jugado fuerte sus bazas, hasta un extremo difícil de concebir desde una óptica occidental como se vio en el problema de la información sobre el congreso en los medios audiovisuales polacos Solidaridad se negó a permitir a la radio y televisión polacas el acceso al congreso, por temor a que la información fuese manipulada. Ni siquiera se permitió que la información fuese realizada por miembros de Solidaridad que trabajan en la radio y la televisión oficiales.

Se dio así la paradójica situación de que la televisión polaca informó sobre el congreso de Solidaridad con material recibido a través de Eurovisión. Un desafío más al poder, que sólo es un anticipo del enfrentamiento abierto sobre el problema del acceso de Solidaridad a los medios audiovisuales.

Este enfrentamiento con las autoridades ha tenido la virtud de cerrar las filas del sindicato independiente en torno a su actual presidente, Lech Walesa. Los enfrentamientos previsibles quedaron borrados en esta primera fase del congreso. Lech Walesa fue aclamado y cosechó los deseos de los 892 delegados, que le cantaron el estribillo popular polaco, "que viva, que viva, que viva cien años". Walesa es todavía la figura imprescindible dentro del sindicato independiente, el hombre capaz de aglutinar las diferentes tendencias en Solidaridad.

En el punto debatido de la futura estructura del sindicato, Walesa se inclina por una fuerte dirección central, porque "vamos hacia una batalla difícil, y para ella se necesitan generales de división".

El principio de la división regional, frente al tradicional esquema sindical de organizaciones por ramas industriales, se mantendrá en Solidaridad, pero se quiere dar a cada región una importancia acorde con su peso especifico.

Walesa quiere una presidencia central entre quince y veinte miembros, que se reúna dos veces por semana y con una presencia permanente en la central de Gdansk de una parte de ellos.

En la segunda fase del congreso, a finales de mes, se discutirá el programa del sindicato y se celebrarán las elecciones para los órganos directivos. Hasta ahora el congreso de Solidaridad tiene algo en común con el del partido: ya ha rebasado el plazo previsto para su conclusión.

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