Espectacular "caza del tesoro" en el mar de Barents

Cinco toneladas de oro, por valor de 8.500 millones de pesetas, están a casi 250 metros de profundidad en el mar de Barents, al norte de Escandinavia, a bordo del crucero británico HMS Edimburgo, hundido hace más de 39 años por los alemanes, a unas 170 millas marítimas del puerto soviético de Murmansk. Este verano, una compañía británica va a intentar recuperar este metal precioso, si no se les adelantan otros submarinistas aficionados en esta caza del tesoro. El HMS Edimburgo llevaba este cargamento cuando el 30 de abril de 1942 fue atacado por tres submarinos y un destructor alemanes.
El oro, marcado con el águila bicéfala de los zares, era traído al Reino Unido para pagar a Estados Unidos las armas y los suministros norteamericanos que había recibido la Unión Soviética. Esa fatídica tarde, tres torpedos reventaron su casco, resultando muertos veintidós oficiales y ocho pasajeros. Durante tres días, el HMS Edimburgo consiguió mantenerse a flote, pese al constante ataque de los destructores alemanes. Las 750 personas que quedaban a bordo fueron salvadas; pero, para impedir que el oro cayera en manos del enemigo, la Marina británica decidió echar a pique el barco.Estados Unidos, que cobró el seguro, no está ya interesado en recuperar los lingotes, cuyas dos terceras partes pertenecen a los soviéticos y el resto a los británicos, ya que la póliza se había hecho en esos términos. Si la operación de rescate tiene éxito, el oro será transportado a Murmansk, bajo fuerte escolta militar, donde será repartido en la proporción citada, según especificó recientemente, el Ministerio de Comercio británico. El codiciado metal irá sin embargo a engrosar las reservas de ambos países, ya que su venta en el mercado podría hundir el precio del oro en el mundo. La compañía que se hará cargo de la operación, si las condiciones lo permiten, será la Jessop Marine Recoveries, que cobrará, según un informe del periódico The Sunday Times -publicación que tiene asegurada la exclusiva de este espectacular reportaje- unos 3.800 millones de pesetas, diez veces más del coste total.
En mayo, un vehículo radio-controlado y equipado con una cámara de vídeo logró localizar los restos del naufragio, a cierta distancia del lugar oficial señalado por el comandante del barco, Hugh Faulkner, en 1942. Según las informaciones de The Sunday Times, a pesar de los destrozos, el HMS Edimburgo está en asombrosas condiciones de conversación.
El mar de Barents, al norte de la costa noruega, es duro y peligroso, por lo que el éxito de la operación no está garantizado. Sin embargo, ya parece haberse superado el problema de identificación que suponía la cercana presencia de un destructor alemán, el Hermann Schoeman, hundido en esa misma batalla naval.
La Oficina Británica de la Guerra había declarado el HMS Edimburgo sepulcro oficial, pero en 1957 levantó las restricciones que impedían la recuperación de las cinco toneladas de oro. Expediciones británicas, noruegas y soviéticas han intentado desde entonces, aparentemente sin éxito, sacar a flote el tesoro.
Adelantos tecnológicos
Los últimos adelantos tecnológicos facilitarán toda la operación, en la que se usarán técnicas similares a las utilizadas para extraer petróleo del lecho del mar del Norte. Aunque los soviéticos mantienen una constante vigilancia sobre los restos del HMS Edimburgo, se teme que otros grupos intenten recuperar el oro antes que los equipos de la Jessop Marine.Este temor se ve reforzado por el hecho de que las técnicas submarinistas se han perfeccionado en los últimos tiempos. Después de todo, la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA), ya sacó en 1974 parte de un submarino soviético hundido en la costa del Pacífico, a una profundidad mucho mayor que la del navío inglés.
Este asunto no es del agrado de todos. La asociación de supervivientes del HMS Edimburgo considera que la operación será una profanación de un sepulcro oficial de guerra, pues, para recuperar el oro, habrá que mover cadáveres.
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