La continua denuncia de "desaparecidos", un gran desafío a las dictaduras latinoamericanas

El coraje y la tenacidad de los millares de familiares de los «desaparecidos», negándose a aceptar lo peor (su propia muerte), apareció como un desafío a los regímenes militares del subcontinente americano en el transcurso del Primer Congreso Latinoamericano, de los Parientes de Desaparecidos por Causas Políticas, que terminó el viernes en San José de Costa Rica.Los testimonios emocionados de las madres de familia, que siguen creyendo que sus familiares más próximos siguen con vida, constituyeron la mayor denuncia de los procedimientos de las fuerzas de seguridad de varios países, acusadas abi...

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El coraje y la tenacidad de los millares de familiares de los «desaparecidos», negándose a aceptar lo peor (su propia muerte), apareció como un desafío a los regímenes militares del subcontinente americano en el transcurso del Primer Congreso Latinoamericano, de los Parientes de Desaparecidos por Causas Políticas, que terminó el viernes en San José de Costa Rica.Los testimonios emocionados de las madres de familia, que siguen creyendo que sus familiares más próximos siguen con vida, constituyeron la mayor denuncia de los procedimientos de las fuerzas de seguridad de varios países, acusadas abiertamente de permitir impunemente la acción e incluso de dirigir, a grupos paramilitares y escuadrones parapoliciales.

Las «locas de la plaza de Mayo», conocidas por la opinión pública internacional por su manifestaciones semanales a favor de los «desaparecidos» en una plaza de Buenos Aires, acudieron para unir sus voces a «los encadenados de Santiago» y a las anónimas mujeres salvadoreñas, bolivianas, uruguayas y guatemaltecas.

Todas contaron su larga agonía y sus investigaciones para buscar indicios que les permitieran encontrar el miembro de su familia «desaparecido» desde hace años.

Actualmente hay unos 2.500 desaparecidos en Chile; 3.000, en Argentina; de 3.000 a 4.000, en El Salvador; 150, en Uruguay; 550, en Guatemala, y varios centenares, en Bolivia, según las cifras publicadas en este congreso.

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