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Reportaje:

El pianista José Iturbi falleció en Los Angeles a los 84 años de edad

El pianista español José Iturbi murió anteayer por la mañana en un hospital de Los Angeles (Estados Unidos), a los 84 años de edad, víctima de una prolongada enfermedad cardiaca. Conocido como el niño prodigio de Valencia, a los tres años ya tocaba el piano y a los siete se presentó al público.

El pianista, compositor y director de orquesta español José Iturbi constituyó, durante algún tiempo, uno de los fenómenos de popularidad más extensa que haya tenido ningún otro pianista del siglo, si exceptuamos a Arthur Rubinstein.Iturbi nació en Valencia el 28 de noviembre del año 1895. Estudió en su ciudad natal y en Barcelona con María Jordán, José Bellver y con el gran pianista catalán Joaquín Malats, mereciendo la atención de Albéniz y Granada. Hijo de un modesto empleado del gas, sus primeros conciertos remunerados fueron como pianista en el primer cinematógrafo valenciano. Se presentó al público cuando sólo contaba siete años de edad, y en 1907 ganó el primer premio del Conservatorio de Valencia, trabajando algún tiempo junto al ilustre compositor valenciano Eduardo López Chávarri. En 1913 fue becado por el ayuntamiento valenciano para ampliar estudios en París, en cuyo conservatorio obtuvo primer premio de piano en 1913.

Después de la primera gran guerra alcanzó verdadera maestría como pianista, entre 1918 y 1922, mientras era profesor del conservatorio de Ginebra. En 1929 se produjo su triunfal debú en Estados Unidos, que le acogió siempre de modo extraordinario, aunque él no quiso nunca obtener, pese a las proposiciones recibidas, la nacionalidad norteamericana.

Desde entonces, su carrera internacional como concertista ha sido realmente importante y la crítica ha destacado su excelente sonido, versatilidad interpretativa y elegancia en el fraseo.

Sus actividades han abarcado infinidad de recitales como solista, o formando dúo con su desaparecida hermana Amparo. Así recorrió, en múltiples giras, Europa Asia, América del Sur, Unión Soviética, México y, en especial, Estados Unidos donde se hizo célebre por su aportación musical a cine en la época dorada de Hollywood. En España se recuerdan aún sus intervenciones en las películas Festival en México y Levando anclas, donde demostró ser un actor nada desdeñable. Iturbi cultivó el jazz, hizo programas para distintas cadenas de televisión de aquel país, realizó numerosas grabaciones; en las paredes de su gran casa de Beverly Hills, donde trabajaba con rigor e intensidad, podían verse hasta cuatro Grecos, cuatro Monet, óleos de Luis de Morales, Murillo, Renoir, Utrillo, Toulouse Lautrec, Zuloaga, Bracque, etcétera, y en su garaje, un Rolls, un Mercedes, un Chrysler.

También en Norteamérica llevó a cabo una notable actividad como director invitado de grandes orquestas, como la Sinfónica de Filadelfia o titular de la Filarmónica de Rochester (1933-1945).

Poco después de la guerra civil española, actuó en Madrid como solista de un memorable Tercer concierto, de Beethoven, siendo frecuentes sus visitas a nuestro país y a su ciudad natal, Valencia, donde comenzó a residir hace algunos años.

Como director y solista a la vez, Iturbi había recibido el aplauso de los públicos de todo el mundo y su prestigio hizo que numerosos compositores, encabezados por Stravinsky, escribiesen expresamente para él.

El pianismo del artista valenciano se caracterizó, ante todo, por la exactitud y la claridad, fruto de una sólida técnica bien asimilada. Scarlatti, Mozart, los impresionistas, fueron magistralmente interpretados por Iturbi, cuya acabada técnica y precisa dicción pianística le acarrearon de ser tachado de trialdad y mecanicismo.

Su repertorio, ciertas actitudes «cinematográficas», la confección de su programa, podrían ser discutibles pero no puede negársele una personalidad atrayente que emanaba cordialidad, simpatía, buen humor.

Entre otras muchas distinciones, José Iturbi era Caballero de la Legión de Honor y miembro de la Orden de San Jorge de Grecia. Como compositor, deja algunas obras para piano y para orquesta que apenas son conocidas.

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