Acuerdo básico en el largo conflicto del metal de Valladolid

Las negociaciones del convenio colectivo del metal de Valladolid, el más largo de cuantos se han discutido este año en el país, han llegado ya a su fin. Las deliberaciones comenzaron el pasado mes de noviembre y se han prolongado, salpicadas por numerosos días de huelga y convocadas por la comisión negociadora de los trabajadores, integrada por Comisiones Obreras, UGT y USO, hasta la madrugada del miércoles, fecha en que ambas partes alcanzaron, tras trece horas continuadas de debates, un acuerdo básico.

Este pacto contempla un incremento salarial del 12% sobre las tablas de diciembre d...

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Las negociaciones del convenio colectivo del metal de Valladolid, el más largo de cuantos se han discutido este año en el país, han llegado ya a su fin. Las deliberaciones comenzaron el pasado mes de noviembre y se han prolongado, salpicadas por numerosos días de huelga y convocadas por la comisión negociadora de los trabajadores, integrada por Comisiones Obreras, UGT y USO, hasta la madrugada del miércoles, fecha en que ambas partes alcanzaron, tras trece horas continuadas de debates, un acuerdo básico.

Este pacto contempla un incremento salarial del 12% sobre las tablas de diciembre de 1979, con revisión del 4% en junio, veintiséis días de vacaciones (dos más que en el convenio anterior), 1.250 pesetas para la dieta completa y quinientas para la media dieta, y 1.993 horas anuales de trabajo para las empresas con jornada continuada y 1.949 para las de jornada partida. Este último punto suscitó precisamente abundantes discusiones y discrepancias en la reunión del pasado martes.Los empresarios propusieron 1.949 horas, mientras que los trabajadores solicitaban dos menos. Tras varias horas de debate, se impuso el criterio de la patronal y se llegó a un acuerdo que supone de hecho el fin del conflicto. Un conflicto en el que la representación de los trabajadores se ha visto obligada a ceder constantemente a sus reivindicaciones ante la intransigencia de los empresarios, que se han negado sistemáticamente a contemplar en el convenio mejoras sindicales y sociales y que desde el principio despreciaron el acuerdo-marco y redujeron su oferta salarial a un aumento del 10%.

Posteriormente, y tras la negativa del delegado de trabajo a aceptar la solicitud de conflicto colectivo pedida por la patronal, se entró en una fase muerta, que sólo ha sido superada por la mediación del propio delegado de Trabajo y por los intentos de la representación obrera de llegar a un acuerdo sin tener que recurrir al laudo de obligado cumplimiento.

Los sindicatos metalúrgicos de Vizcaya han impugnado el recurso de los empresarios sobre el laudo para el sector.

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