Michelin de Vitoria podría recurrir contra el laudo del Consejo General Vasco

Una semana después de la entrada en vigor del Estatuto de los Trabajadores, en la fábrica Michelin, de Vitoria, sigue sin llegarse a un acuerdo sobre la distribución de la nueva jornada legal máxima de 42 horas de trabajo semanal efectivo para los turnos continuados.El día 20, la dirección, en una, reunión con el comité, se ofreció a negociar el tema del horario, pero siempre con la «condición fundamental» de que las máquinas deben trabajar, por lo menos, igual que hasta ahora, deteniéndose a las seis de la tarde del sábado. Insiste en que lo que es negociable es el «tiempo de trabajo del homb...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Una semana después de la entrada en vigor del Estatuto de los Trabajadores, en la fábrica Michelin, de Vitoria, sigue sin llegarse a un acuerdo sobre la distribución de la nueva jornada legal máxima de 42 horas de trabajo semanal efectivo para los turnos continuados.El día 20, la dirección, en una, reunión con el comité, se ofreció a negociar el tema del horario, pero siempre con la «condición fundamental» de que las máquinas deben trabajar, por lo menos, igual que hasta ahora, deteniéndose a las seis de la tarde del sábado. Insiste en que lo que es negociable es el «tiempo de trabajo del hombre», y aduce que ya en estos momentos hay un desfase entre las horas de producción de Lasarte y Vitoria y las de Aranda y Valladolid.

En las dos últimas semanas, el personal obrero, como medida de rechazo y presión, por medio de huelgas repetitivas en sábado, cesa unilateralmente su jornada semanal a las seis de la madrugada de dicha jornada del fin de semana. En Lasarte, donde la adecuación de la jornada semanal al Estatuto se hizo por laudo -dictado antes de la publicación de la ley-, la empresa ha aceptado cumplirlo, con lo que, desde la semana pasada, la producción finaliza a las doce del mediodía de los sábados. Sin embargo, la empresa está decidida a impugnar la resolución de la Consejería de Trabajo del CGV por vía contenciosa.

Michelín-Vitoria porfía en que no ve como incompatible la reducción del tiempo de trabajo por hombre y mantenimiento de la producción, y que el equilibrio puede buscarse en la negociación. El comité indica que no puede negociar con «condiciones previas», como la deliberada intención de que la jornada productiva es intocable. Añade que hay otras salidas que la empresa podría considerar, como la de ampliar instalaciones y contratar nuevo personal por un 5 % de la plantilla actual.

Archivado En