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El Gobierno italiano, preocupado por la crisis del sector automovilístico

Juan Arias

El problema del automóvil en Italia ha explotado con toda su fuerza y el Gobierno está dispuesto a abordarlo seriamente. El Comité Interministerial para la Política Industrial (CIPI) acaba de constituir un grupo de trabajo con especialistas de cuatro ministerios para estudiar toda una serie de propuestas para salvar de la crisis una de las mayores fuerzas industriales del país como lo es la automovilística.La decisión fue tomada, bajo propuesta del ministro de Presupuesto, por el joven técnico Andreatta, quien ha afirmado que el asunto no se puede dejar marchitar y que, sobre todo, es necesario hoy «poseer un cuadro serio sobre el estado de salud de esta industria y sobre sus posibilidades de desarrollo».

Lo que más preocupa al Gobierno es «la progresiva pérdida de mercado» de los automóviles italianos en Europa, «como han demostrado los datos de 1979».

Los sindicatos han acogido la decisión del CIPI con prudencia. El secretario general del sindicato metalúrgico, Franco Bentivoglio, lo ha juzgado positivo si se va a tratar de intervenciones serias, motivadas y en profundidad y no de los clásicos remiendos. Lo que teme el sindicato es que pueda tratarse de un modo de ayuda indiscriminada al sector del automóvil, quizá favoreciendo a las empresas que menos lo necesitan, como ha ocurrido tantas veces en este país.

De todos modos, el sindicato ha reconocido que aunque la política sindical de transportes ha favorecido siempre las necesidades sociales más que las privadas, no cabe duda que el Gobierno italiano ha hecho poco en el campo de ayuda a la investigación en el sector del automóvil. Lo que el Gobierno gasta, por ejemplo, en este campo de la investigación es cinco veces menos que Francia, seis veces menos que Inglaterra y ocho menos que Alemania Federal. Se trata de una queja que ya habían expuesto los días pasados los dirigentes de la FIAT cuando de todas partes se comenzó a hablar de una crisis de la casa Agnelli.

Mientras tanto, una buena noticia ha llegado a la economía italiana precisamente del sector más abandonado, la exportación de la fruta, que en el año pasado ha ganadó el primer puesto europeo.

En efecto, Italia ha exportado en fruta y verdura 53.000 millones de pesetas. Exactamente el 50% más que en 1978. Es muy poca cosa si se piensa que el déficit agrícola-alimentario es de 400.000 millones de pesetas.

Pero este récord europeo de la exportación abre una esperanza.

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