La multinacional japonesa Nissan suscribe una opción de compra con Motor Ibérica para establecerse en España

La multinacional japonesa Nissan suscribió hace varias semanas una opción de compra del 36,5% de las acciones de Motor lbérica, según han señalado fuentes solventes. La participación en venta de la empresa española corresponde a la que desde 1966 ostentaba la canadiense Massey Fergusson, que ha decidido abandonar la sociedad. La posible entrada de Nissan en Motor Ibérica, que actualmente atraviesa una crítica coyuntura, es valorada negativamente por la Administración española, cuyos responsables son partidarios de propiciar una asociación de Motor Ibérica con ENASA y negociar una alternativa g...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La multinacional japonesa Nissan suscribió hace varias semanas una opción de compra del 36,5% de las acciones de Motor lbérica, según han señalado fuentes solventes. La participación en venta de la empresa española corresponde a la que desde 1966 ostentaba la canadiense Massey Fergusson, que ha decidido abandonar la sociedad. La posible entrada de Nissan en Motor Ibérica, que actualmente atraviesa una crítica coyuntura, es valorada negativamente por la Administración española, cuyos responsables son partidarios de propiciar una asociación de Motor Ibérica con ENASA y negociar una alternativa global para la industria de automoción del país. Las negociaciones desarrolladas el pasado año para lograr esta fusión se vieron interrumpidas por las exigencias de Pedro Olabarría, consejero-delegado de Motor Ibérica.

Las negociaciones a nivel internacional para vender la antigua participación de Massey Fergusson (36,5%) en Motor lbérica se iniciaron hace varios meses, luego de que la firma canadiense ratificara su intención de abandonar la sociedad. Los primeros contactos, protagonizados directamente por el vicepresidente y consejero-delegado de Motor Ibérica, Pedro Olabarría, tuvieron como interlocutor a Ford, que ya había participado durante décadas en la empresa española, hasta que vendió su paquete, en 1966, a Massey Fergusson. Los directivos de Ford se mostraron, al parecer, escasamente permeables a la oferta, a pesar del reforzamiento de su penetración en Europa, en el ámbito del vehículo industrial ligero, con su modelo Transit y los excelentes resultados de su inversión en Almusafes (Valencia).Tras el fracaso de los contactos con Ford, los directivos de Motor Ibérica decidieron ceder la oferta de las acciones a un broker internacional. Pocas semanas Más tarde, la multinacional americana General Motors, en aquel entonces inmersa en una negociación con el Gobierno español para instalar una planta de vehículos de turismo, solicitó la apertura de un período de consulta para considerar la posibilidad de adquirir la participación en Motor Ibérica. A finales del pasado mes de septiembre, General Motors no había ejercido su derecho preferente, según diversas fuentes consultadas en el sector. Poco después, el señor Olabarría suscribió una opción de compra con la multinacional Nissan, tercera empresa automovilística de Japón y situada en el lugar veintiséis a nivel mundial, excluidas las grandes corporaciones de Estados Unidos.

La opción de compra suscrita con Nissan se refiere al 36,5% del capital actual de la sociedad (3.600 millones de pesetas), todavía en poder de Massey Fergusson. Sin embargo, existen otros paquetes accionariales de Motor Ibérica puestos en venta por parte de accionistas privados y, sobre todo, de entidades, que bien pudieran incrementar la posible participación japonesa en la empresa española. Según medios financieros, el total de acciones en venta en estos momentos (incluido el referido paquete de MF) pudiera alcanzar el 55% de participación en la sociedad. Además de inversores privados, participan en motor Ibérica los bancos Urquijo, Banesto, Exterior y Bankunión, y la Fundación María Francisca Roviralta. Banesto es quien mantiene una posición dominante entre estas instituciones.

La situación por la que atraviesa actualmente Motor Ibérica se considera delicada, debido esencialmente a los problemas surgidos en los mercados exteriores, a los que la empresa destina aproximadamente un 30% de su producción. Las ventas exteriores de Motor Ibérica se han reducido sensiblemente durante este año, a lo que se ha unido el deterioro de los ingresos derivado de la revaluación de la peseta. La empresa obtuvo en 1978 unos beneficios de 1.263 millones de pesetas (antes de impuestos), con una facturación de 41.836 millones de pesetas (34.557 millones en el mercado nacional y 7.279 en el exterior). El endeudamiento de la sociedad a medio y largo plazo supera los 7.000 millones de pesetas y sus gastos financieros en 1978 rebasaron los 1.800 millones de pesetas. En febrero del presente año la empresa hubo de refinanciar un crédito de cuarenta millones de dólares, suscrito en diciembre de 1977. La gama de productos de Motor Ibérica abarca los segmentos ligero y medio del vehículo industrial, tractores y maquinaria de obras públicas, comercializados con la marca Ebro.

Motor Ibérica posee tres núcleos de producción en Barcelona, Madrid y Ejea de los Caballeros (Zaragoza), y otras plantas en Avila, Ciudad Real, Córdoba y Pamplona. Su plantilla total es de 9.134 trabajadores. Posee varias filiales en España y en otros países (Italia, Marruecos, Siria, Grecia, Holanda y Venezuela, entre otros), estas últimas dedicadas básicamente a la comerciálización de sus productos.

Postura de la Administración

Las gestiones del consejero-delegado de Motor Ibérica, Pedro Olabarría, y muy especialmente la opción de compra suscrita con Nissan, han sido negativamente valoradas en medios de la Administración, según han señalado fuentes solventes. El criterio del Ministerio de Industria es, en principio, contrario a los intentos de resolver parcialmente la situación de las empresas españolas de autornoción, especialmente a partir de planteamientos de integración en grandes multinacionales. Fuentes próximas al citado departamento han reiterado la filosofía gubernamental de contemplar globalmente la actual situación de dificultades que gravita sobre el sector del vehículo industrial, sobre todo teniendo en cuenta la política de asociaciones que está desarrollándose desde hace dos años a nivel mundial en todo el campo de la autornoción. Las mismas fuentes estiman que ningún planteamiento de futuro para las empresas dedicadas a la producción de vehículos industriales puede dejar fuera a una o varias de ellas, sobre todo si se tiene en cuenta la estructura actual del sector en el país. El hecho de que la opción de compra haya sido suscrita con tina empresa japonesa complica, a juicio de las fuentes consultadas, el tema, ya que España se encuentra en el inicio de la fase de adhesión a la Comunidad Económica Europea (CEE) y los responsables de Bruselas se muestran especialmente susceptibles a cualquier inicio de penetración japonesa en el área de la Comunidad. Durante el reciente viaje del presidente Suárez a París, las autoridades francesas formularon una seria advertencia al ministro de Industria español respecto de la inconveniencia de una implantación japonesa en un futuro miembro de la CEE.La posición del Ministerio de Industria en el tema parece ser favorable a una revitalización de los contactos entre Motor Ibérica y ENASA (grupo INI), encaminados a una asociación entre ambas empresas que reforzara la posición de la industria española. En las primeras semanas del presente año, los máximos dirigentes de ambas empresas y del Instituto Nacional de Industria (INI) concluyeron una serie de conversaciones exploratorias, encaminadas a determinar los posibles frutos de una asociación entre ambas. El resultado final de los contactos fue una valoración eminentemente positiva del proyecto, pero la posición personal del consejero-delegado de Motor Ibérica, Pedro Olabarría, que incrementó repentinamente sus exigencias, rompió el diálogo, que hasta el momento no ha sido reanudado.

Complementariedad ENASA-Motor

Las respectivas estructuras de Motor Ibérica y ENASA fueron consideradas en su día perfectamente complementarias. La gama de productos de ambas empresas es escasamente concurrente. Mientras Motor Ibérica está centrada en el vehículo ligero y medio, así como en los tractores agrícolas, ENASA concentra su actividad en los camiones de alto tonelaje (Pegaso). La única actividad común es el pequeño vehículo (furgoneta), del que Motor Ibérica fabrica la popular Ebro, y ENASA, la Avia, esta última en su planta de Valladolid. Sin embargo, los expertos estiman que también aquí es viable alcanzar la complementariedad, ya que la Avia es un vehículo robusto, pero obsoleto, y la producción de Ebro se encuentra limitada por motivos de capacidad industrial.

En las próximas semanas, representantes del Ministerio español de Industria pudieran viajar a Tokio con objeto de entrevistarse con dirigentes de Nissan, en un intento de profundizar en la postura japonesa respecto de la industria española. Nissan es actualmente la tercera firma automovilística de Japón, con una facturación superior a los 7.600 millones de dólares en 1977 (506.682 millones de pesetas) y unos beneficios en dicho año de 293 millones de dólares (19.338 millones de pesetas). Su plantilla total rebasa los 79.000 trabajadores. Recientemente, Nissan ha considerado la posibilidad de producir vehículos en Portugal e Irlanda.

Archivado En