La crisis de la inversión productiva
El análisis del comportamiento de la inversión en capital fijo puede efectuarse tomando como base los siguientes indicadores: la encuesta mensual de coyuntura económica del Ministerio de Industria, que recoge la opinión de las empresas productoras de bienes de equipo, la encuesta sobre infrautilización de la capacidad productiva de las industrias productoras de dicha clase de bienes, la encuesta trimestral sobre expectativas de inversión de las empresas industriales, la importación de bienes de equipo, según la estadística de comercio exterior de la Dirección General de Aduanas, y, finalmente, los diversos indicadores sobre la actividad del sector de la construcción.
La encuesta de coyuntura del Ministerio de Industria viene dando cuenta puntual del bajo nivel de la cartera de pedidos, situación que empeoró a partir de junio. Dentro del profundo nivel deprimido que resulta de que, en septiembre, el 61% del colectivo encuestado estimara que su cartera de pedidos es inferior a lo considerado como normal y que sólo el 1% la estimase alta, no hay síntomas claros de empeoramiento de la situación, pero sí de persistencia en los bajos niveles actuales. Ni la tendencia de la producción a tres meses, ni la tendencia de la cartera de pedidos permiten ser optimista. Es más, el progresivo deterioro en el acopio de materias primas por las empresas que fabrican bienes de equipo, es una prueba más de la falta de expectativas para la expansión de la actividad.El gráfico n.º 4 muestra cómo, en el tercer trimestre de 1979, se deterioró el nivel de utilización de la capacidad de producción española de bienes de equipo. El progresivo e ininterrumpido descenso de la capacidad utilizada en 1978 y 1979, respecto igual trimestre del año anterior, explica cómo la producción interna de bienes de equipo fue decreciendo en los dos últimos años. El segundo trimestre de 1979 mostró tendencia al freno de la capacidad ociosa, pero durante el tercer trimestre vuelve a producirse una nueva caída.
Los resultados de la encuesta trimestral sobre expectativa inversora de la industria registran una tímida tendencia a la recuperación del nivel muy deprimido de la inversión industrial; pero son pocos los sectores que perseveran en esta línea. Sólo el sector de cerámica, el de confección, textil, productos farmacéuticos y minas y canteras muestran una cierta posición favorable a la inversión. Por el contrario, sectores como el de maquinaria, productos metálicos y madera y corcho se mantienen en actitud contraria a efectuar nuevas inversiones.
En algunos de los informes que se publican sobre el comportamiento de la coyuntura económica española se hace hincapié en el incremento de la inversión en equipo extranjero. La importación global de estos bienes aumentó en el período enero-julio el 9%. Como los precios incorporados, frenados por la apreciación de la pesetas no llegan al 2%, la importación en volumen aumenta en una tasa del 7%. Pero tal aumento se debe básicamente a la importación de aviones, cuyo valor ha pasado de unos 2.300 millones de pesetas a cerca de 10.000 millones en el período comentado. Más del 50% del aumento de la importación de equipo hay que atribuirlo, en consecuencia, a la importación de aeronaves. La importación de maquinaria industrial no sólo no ha aumentado, sino que se ha deprimido en cerca del 5% en términos de volumen. Hubo aumento en la importación de maquinaria agrícola y barcos y, más moderadamente, en maquinaria eléctrica, máquinas de oficina y aparatos técnicos y científicos. Pero la importación de equipo para la industria ha seguido una línea paralela con el decrecimiento registrado para la producción interna.
La construcción, sector estratégico
El sector de la construcción es, sin duda, el sector estratégico en la expansión de la demanda interna y, de forma más concreta, en la demanda de inversión. Su peso específico en la inversión bruta total lo sitúa en el 60%. De ahí que su comportamiento sea fundamental al analizar la evolución de la demanda inversora. Sin embargo, no existen indicadores estadísticos capaces de cuantificar a plazo corto la actividad constructora. El consumo de cemento, la calificación provisional de viviendas protegidas, la licitación de obra nueva y la encuesta mensual del Ministerio de Industria son los asideros en que el analista de la coyuntura ha de apoyarse para enjuiciar la evolución de este sector.Los indicadores disponibles apuntan todos ellos a una profunda debilidad. El consumo de cemento en el período enero-julio de 1979 se redujo en un 4%, hecho que ciertamente hay que identificar con una menor actividad constructora. La aprobación de viviendas protegidas en el período enero-julio ha sido del 6,3% menos que en iguales meses de 1978, y también se estaban construyendo en julio el 18,6% menos de viviendas protegidas que un año antes.
La opinión de los empresarios ha insistido a lo largo de todo el año en el bajo nivel de contratación de obra nueva, con mayor énfasis en el subsector de construcciones industriales y con mayor alivio en ingeniería. El ritmo de actividad se ha estimado decreciente hasta el mes de septiembre, insistiéndose con mayor tenacidad en la debilidad de las construcciones industriales.
Parece bastante claro que la coyuntura inversora en España sigue mostrando una tendencia negativa, que no se corrige ni aun partiendo del bajo nivel a que se ha llegado. Al menos para lo que resta de año, no hay ningún síntoma del que pueda inferirse una tendencia a la recuperación de esta magnitud. Por el contrario, lo más probable es que la tendencia decreciente prosiga en los próximos meses.
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