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Europa, más preocupada que EEUU por el alza del oro

Europa está más preocupada que Estados Unidos por la actual especulación del oro, cuyos precios tocan ya los 330 dólares la onza, un 50% por encima de los existentes a principios de año.La espectacular subida, injustificada según los bancos y los Gobiemos, tenderá a aumentar hacia los 350 dólares la onza, según la Banca Rothschild, una de las cinco grandes del oro mundial.

Aunque el dólar es la moneda más directamente afectada por el persistente movimiento alcista, éste no parece preocupar a Estados Unidos, opinan los círculos Financieros europeos.

Los responsables europeos están inquietos por los desequilibrios que puede producir la inestabilidad constante del precio del metal amarillo, diez veces más caro hoy en París que el valor estable en que estuvo durante años.

Cada día hay transacciones en la Bolsa de la capital francesa, en la que se compra y vende oro por un valor total de un millón de dólares de media.

Se echa la culpa a los que poseen pequeñas cantidades ahorradas y a los grandes inversores, según los gustos, pero en todos los casos la compraventa del metal rey supone inseguridad.

Entre los grandes inversores, los países de la Organización de Exportadores de Petróleo (OPEP) muestran inclinación a convertir en oro una parte de los haberes que han obtenido con la venta petrolífera.

Estos compradores, la mayoría de ellos de naciones del golfo Pérsico, no actúan directamente, sino a través de bancos suizos y alemanes.

Un experto francés calcula que tales compras desvirtuarán por completo el mercado, sólo con la inversión en oro del 10% de sus ganancias en dólares, que han pasado de 40.000 a 60.000 millones de dólares con el reajuste de precios de los crudos.

Precisamente el alza de un 50% del precio del oro desde principios de año es paralela a la del 58% del precio del petróleo.

Muchos peritos estiman que ambos precios están íntimamente vinculados y dan como relación la comparación de uno a quince entre el crudo y la onza.

La serenidad norteamericana ante la constante debilitación de su moneda es la respuesta al encarecimiento petrolífero, que se pagará con un dólar depreciado.

Algunos particulares, que desconfían del futuro, se refugian en el oro y avivan la especulación. Además, tratan de huir de Hacienda de este modo y siguen la tradición francesa de guardar oro en los hogares; pero los entendidos les advierten que un revés de la tendencia actual puede jugarles una mala pasada.

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