Crítica:

Cine.

Para la sobremesa, un filme inédito, pionero del technicolor y de especial interés para los cinéfilos, El camino del pino solitario, de Henry Hathaway, con Henry Fonda, Sylvia Sydney, Fred Mac Murray y Nigel Bruce. En un valle perdido entre montañas, dos familias que mantienen guerra abierta y ancestral firman una tregua ante las perspectivas de un fácil enriquecimiento con los yacimientos de carbón y la apertura del ferrocarril. Por la noche, en vez de El ladrón vino a cenar, se emitirá otro largometraje sin particulares atractivos, El solterón y el amor, de Charles Walte...

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Para la sobremesa, un filme inédito, pionero del technicolor y de especial interés para los cinéfilos, El camino del pino solitario, de Henry Hathaway, con Henry Fonda, Sylvia Sydney, Fred Mac Murray y Nigel Bruce. En un valle perdido entre montañas, dos familias que mantienen guerra abierta y ancestral firman una tregua ante las perspectivas de un fácil enriquecimiento con los yacimientos de carbón y la apertura del ferrocarril. Por la noche, en vez de El ladrón vino a cenar, se emitirá otro largometraje sin particulares atractivos, El solterón y el amor, de Charles Walters (artesano de la comedia y del musical), con Frank Sinatra, Debbie Reynolds y David Wayne. Un famoso agente teatral, solterón empedernido, se hace cargo de la carrera de una principiante, Julie, con buena voz y deseos de marido perfecto.

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