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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

"El fraude a los olivareros"

No puedo aguantar en silencio por más tiempo el atropello que se está cometiendo desde hace varios años con los cosecheros olivareros de todas las regiones productoras de tan preciado líquido, caso que conozco perfectament por sufrirlo en propia carne, como vulgarmente suele decirse.Hace veinte años, con unos medios rudimentarios y nada técnicos, llevabas la aceituna a la almazara y por cada sesenta kilogramos de aceituna te entregaban una arroba de aceite (12,5 litros), así como el orujo correspondiente a tus aceitunas, que era un excelente pienso para el ganado, y además te daban aceite puro de oliva.

En la actualidad y desde hace unos años, contando con unas almazaras dotadas de medios técnicos inmejorables, donde se exprime la aceituna al máximo, te encuentras con la desagradable sorpresa de que cuando llevas tu aceituna a la almazara, tienes que entregar noventa kilogramos de aceituna por cada arroba de aceite que te entregan, con lo cual resulta que el que más aceite se lleva de tu aceituna es el fabricante; el orujo, por supuesto, también es para ellos, con lo cual aumentan aún más sus ganancias y luego, por si fuera poco, el aceite que te entregan no sabemos de qué será, pero menos de aceituna de cualquier cosa puede ser, ya que el año pasado todo el aceite que me entregaron lo tuve que convertir en jabón, pues su consumo era de todo punto imposible, dado el mal gusto que tenía, al calentarse producía tal cantidad de humo pestilente que había que abandonar la cocina, salvo correr el peligro de morir por asfixia.

En resumen, que el fabricante estafa al cosechero olivarero:

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1. En cantidad, ya que dicho fabricante se queda con más del 50% del aceite que produce la aceituna; y

2. En calidad, ya que el poco producto que te entregan por tus aceitunas, se encuentra totalmente adulterado y, menos aceite de oliva, contiene cualquier cosa.

Estos señores fabricantes (con el visto bueno del Gobierno, que no los controla en nada) no tienen en cuenta los múltiples gastos del cosechero: cultivo y abonado de la tierra, poda e insecticidas, que hay que pagar a precio de oro; jornales de recolección y un largo etcétera.

Luego, si tienes la desgracia de unas heladas a destiempo, la cosa aún es peor, pues después de un montón de gastos te quedas sin recolectar nada y completamente olvidado por el Gobierno, que tampoco se acuerda para nada del agricultor en estos casos.

Así pasa, que da pena ver cómo los olivares son arrancados de cuajo y sus tierras abandonandas para pasto del ganado o para «cotos de caza», que tanto proliferan ahora en nuestro país.

¿No podría el Gobierno, el Ministerio correspondiente, tomar cartas en el asunto y evitar que el olivarero siga siendo estafado por estos fabricantes sin escrúpulos que se están forrando descaradamente a nuestra costa?

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