Éxito de Mario Triana en la primera de Salamanca

La feria comenzó con una novillada de lujo, que entretuvo al público por la casta y nobleza de los buendías. Novillos de hermosa lámina, terciados, muy cómodos, que fueron dechado de casta. Con este género triunfó clamorosamente Mario Triana. Mario de Triana como Juan, es un torero de los pies a la cabeza. Hoy, Triana se sacudió su frialdad y toreó con un gusto y un temple extraordinario al tercero de la tarde. Salamanca vibró de verdad porque allí había arte. Recibió al novillo con unas verónicas lentísimas y remató con media portentosa, con el toro materialmente liado a la cintura. Luego hiz...

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La feria comenzó con una novillada de lujo, que entretuvo al público por la casta y nobleza de los buendías. Novillos de hermosa lámina, terciados, muy cómodos, que fueron dechado de casta. Con este género triunfó clamorosamente Mario Triana. Mario de Triana como Juan, es un torero de los pies a la cabeza. Hoy, Triana se sacudió su frialdad y toreó con un gusto y un temple extraordinario al tercero de la tarde. Salamanca vibró de verdad porque allí había arte. Recibió al novillo con unas verónicas lentísimas y remató con media portentosa, con el toro materialmente liado a la cintura. Luego hizo un quite de frente por detrás. Y con la muleta cuajó un gran trasteo, derechazos templados de gran empaque, ayudados, trincherazos, en un conjunto variado y torerísimo. En el sexto volvió a estar lucido y el Comentario unánime a la salida era de que «aquí puede haber torero».Emilio Muñoz, con el peor lote, estuvo lucido en el primero, con muletazos suaves y templados por a Ito, para evitar que el novillo se cayera. El quinto llegó distraído a la muleta y Emilio Muñoz consiguió meterlo gracias a no retirar la muleta de la cara, pero recurrió a los circulares.

Salamanca

Primera de feria. Novillos de Joaquín Buendía: terciados, bonitos de lámina, encastados, con poca fuerza y todos nobles. El cuarto, bravo en varas, se vino abajo en banderillas. El Salamanca: oreja y silencio. Emilio Muñoz: silencio y silencio. Mario Triana: dos orejas y palmas.

El Salamanca, con un lote de nobleza excepcional, no pasó de entonado en el primero, y en el cuarto estuvo valiente.

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