Esquí

La falta de forma física, causa principal accidentes

Una de las principales causas de los accidentes en el esquí es la falta total de una buena forma física por parte de los aficionados. Realmente es algo que la gran mayoría no se preocupa de cuidar en absoluto. Precisamente, según todas las estadísticas, los accidentes, abundan sobre todo a última hora de la jornada, es decir, cuando están cansados y, por tanto, sin reflejos.Algunos, los más cómodos, llegan a pensar que el entrenamiento físico no es necesario. La verdad es que resulta básico e importantisimo. No basta con hacerse un reconocimiento médico antes de comenzar la temporada, ni con t...

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Una de las principales causas de los accidentes en el esquí es la falta total de una buena forma física por parte de los aficionados. Realmente es algo que la gran mayoría no se preocupa de cuidar en absoluto. Precisamente, según todas las estadísticas, los accidentes, abundan sobre todo a última hora de la jornada, es decir, cuando están cansados y, por tanto, sin reflejos.Algunos, los más cómodos, llegan a pensar que el entrenamiento físico no es necesario. La verdad es que resulta básico e importantisimo. No basta con hacerse un reconocimiento médico antes de comenzar la temporada, ni con tener un dominio más o menos relativo de la técnica aprendida en la escuela de esquí. Sin una forma física aceptable jamás se tendrá una verdadera evolución en la técnica y, por supuesto, el riesgo a los accidentes será mayor aunque se utilice el mejor material.

Según Manolo Carballo, preparador físico de los equipos nacionales de esquí, unas ciertas condiciones de potencia y resistencia muscular - básicas para cualquier «esquiador-turista»-, solamente se pueden conseguir mediante el entrenamiento. Incluso estas condiciones básicas pueden aumentarse considerablemente si le entrena con una cierta regularidad.

Una buena forma física es, por tanto, ideal para dominar el esquí en condiciones extremas - nieve helada, fuertes pendientes -. Es evidente que, en ciertos casos, lo que manda es la condición física antes que la propia técnica. Un esquiador que baja bien en una zona bacheada a cuarenta kilómetros por hora, si no posee una cierta resistencia muscular, al bajar por la misma zona a sesenta o setenta no dominará debidamente sus esquíes y estará en peligro de accidente. Queda, pues, claro que una cierta preparación física posibilita el poder aplicar una buena técnica de esquí a grandes velocidades y sobre todo tipo de terrenos y nieves.

El plan de entrenamientos a seguir es sencillo: los domingos, antes de la temporada, se pueden realizar salidas al campo y allí correr, saltar, realizar ejercicios que fortalezcan, sobre todo, brazos y piernas, y den elasticidad al cuerpo. Durante la semana, en casa, con un poco de voluntad se puede hacer media hora diaria de gimnasia. Esto junto con una vida moderada y sin grandes excesos puede ayudar eficazmente a conseguir mayor seguridad y efectividad en la práctica del esquí.

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