La Asociación de Novilleros inicia la lucha contra el monopolio

«La necesidad de apoyo, que casi nadie nos presta, pero, sobre todo, los atropellos que continuamente sufrimos los toreros modestos por parte de los monopolios y de gran parte de las restantes empresas, es lo que nos ha decidido a unirnos y emprender la lucha.» Esta es la razón fundamental por la que se ha creado la Asociación Independiente de Novilleros, según Julián de Mata, que es su principal promotor y encabeza la larga lista de novilleros que firmaron el acta constitucional.Mata, novillero veterano, forjado en plazas de talanqueras, sobresaliente numerosas veces de rejoneadores o en corr...

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«La necesidad de apoyo, que casi nadie nos presta, pero, sobre todo, los atropellos que continuamente sufrimos los toreros modestos por parte de los monopolios y de gran parte de las restantes empresas, es lo que nos ha decidido a unirnos y emprender la lucha.» Esta es la razón fundamental por la que se ha creado la Asociación Independiente de Novilleros, según Julián de Mata, que es su principal promotor y encabeza la larga lista de novilleros que firmaron el acta constitucional.Mata, novillero veterano, forjado en plazas de talanqueras, sobresaliente numerosas veces de rejoneadores o en corridas mano a mano, víctima de aquella cornada atroz que le infirió un toro de El Pizarral en la feria de San Isidro (los espadas del cartel, Ruiz Miguel y Galán, habían pasado a la enfermería con lesiones de pronóstico reservado), representante de sus compañeros en el antiguo sindicato vertical, negociador del convenio taurino con México hasta que abandonó la mesa de reuniones porque -según nos manifiesta- Jaime Ostos le desautorizó, enumera los objetivos básicos de la asociación:

Velar por la promoción de los novilleros españoles, y en lo que se refiere al intercambio con los extranjeros -«que a nosotros no nos interesa», subraya- aceptamos que toreen en España, pero en régimen de estricta reciprocidad, aunque nunca en festejos sin caballos, pues este tipo de espectáculos es el laboratorio en el que los toreros se forman y deben estar reservados, en exclusiva, para la promoción de los españoles.

Que al novillero español -sigue diciendo- no le cueste dinero torear, como es habitual que ocurra ahora; que todas las ferias haya una novillada por cada tres corridas de toros; que en cada cartel no pueda figurar más de un extranjero por cada dos españoles, etcétera.

Julián de Mata insiste en el abandono en que se encuentran los novilleros, y se refiere a la insolidaridad de los matadores: «Cuando las figuras tuvieron problemas con Hacienda, pidieron nuestro apoyo, para aportar argumentos que defendieran sus intereses, y lo tuvieron. Pero ellos no hacen nada por nosotros, incluso han establecido acuerdos con México aun a sabiendas de que el convenio no contemplaba nuestro problema. Ahí está Jaime Ostos, por ejemplo, que me interrumpió y desautorizó cuando en México planteé a la delegación de aquel país el tema de la estricta reciprocidad para la contratación de novilleros.»

Con sus ilusiones aún frescas, a pesar de tantos año! (sigue acariciando la idea de tomar la alternativa), Mata afirma que aunque no esté en los ruedos estará en la brecha para que, de una vez por todas, los novilleros puedan tener posibilidades de aprender y de promocionarse, y siempre sobre unas bases de justicia. «Caiga quien caiga», dice.

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