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La batalla de las municipales comenzó en el homenaje a Satrústegui

La batalla de las elecciones municipales comenzó en el homenaje al senador por Madrid Joaquín Satrústegui, elegido dentro de la candidatura Senadores para la democracia, cuando José María de Areilza propuso públicamente que esta fórmula fuese ejemplo y camino para que en España existan unos municipios para la democracia que hagan posible la renovación de los ayuntamientos españoles.

Al acto de homenaje al señor Satrústegui, calificado por el propio Areilza de «pública reparación después de tantos años de lucha», asistieron unas setecientas personas, en su mayor parte simpatizantes o miembros de los partidos políticos que apoyaron la fórmula de senadores para la democracia, aunque se hizo notar la presencia de Fernando Alvarez de Miranda, uno de los líderes de la Unión de Centro Democrático. Antes de comenzar los discursos, se leyeron varios telegramas de adhesión, entre otros, de José María Gil-Robles y Quiñones, de Salvador de Madariaga, de José Ortega Spottorno.El turno de los oradores comenzó con el abogado Jaime Miralles, quien al mencionar a don Juan de Borbón como propulsor de la reconciliación nacional levantó fuertes aplausos entre la mayoría de los asistentes. Enrique Múgica, en nombre del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), uno de los partidos que participó en senadores para la democracia, subrayó el fuerte sentido de la libertad que tiene su partido, y Joaquín Ruiz-Giménez, cuya intervención en nombre de la Federación de la Democracia Cristiana arrancó un prolongado aplauso de todos los presentes puestos en pie, declaró que los que se habían quedado fuera del Parlamento, porque así lo había querido la voluntad popular,Se sienten representados por Joaquín Satrústegui, cuyo millón largo de votos demuestra que se puede obtener el apoyo popular sin apoyarse en el poder.

Francisco Giral en nombre de los republicanos «perseguidos y oprimidos», explicó por qué sus correligionarios habían votado a un senador monárquico, en la confianza de que defenderá en el Senado el liberalismo humanista que haga posible dentro de la Monarquía la defensa de los ideales republicanos.

Mientras que Justino de Azcárate subrayó en su intervención los extraños caminos de la vida, que han hecho que él, republicano, sea senador por designación real, y el homenajeado, monárquico, senador por elección popular, Pedro Sainz Rodríguez, antiguo ministro de Franco, recordó su coincidencia política con Satr.ústegui, desde el momento en que observó que «la victoria militar iba a ser políticamente, mal administrada» y pensó que la salvación estaba en don Juan, que a la postre ha sabido liberar a la Corona del «secuestro histórico "que le habían preparado».

José María de Areilza, tras recordar que el homenajeado defendió siempre (durante muchos años fue delito el decirlo) que la Monarquia era la mejor salida para liquidar la dictadura personal de Franco, con tal de que fuese constitucional, manifestó que cuando las Cortes constituyentes hayan elaborado una Constitución democrática que acabe para siempre con los últimos vestigios del franquismo institucional, el programa político del homenajeado habrá alcanzado uno de sus objetivos esenciales.

El homenajeado, tras expresar «su inmenso agradecimiento a los madrileños que han puesto su confianza en los senadores para la democracia, prometió públicamente que lucharía en, el Senado por el inmediato reconocimiento de los republicanos y del Partido Carlista, porque «la Monarquía o la República no se mantienen por decreto, se mantienen por el pueblo». El señor Satrústegui expresó su opinión de que si la Monarquía sigue actuando como hasta ahora, se consolidará, porque los españoles no han planteado la forma de Estado.

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