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Los hedillistas revisan, por primera vez, los 27 puntos de la Falange

El sector falangista de Pedro Conde (hedillistas), ha revisado por primera vez los 27 puntos de FE de las JONS, eliminando, entre otras cosas, los ataques a los partidos políticos y expresiones tales como la voluntad de imperio y el sentido militar de la vida.También se reconocen los sindicatos horizontales para defensa del trabajador mientras dure la lucha de clases, y las empresas de autogestión para que la plusvalía vaya directamente al trabajador.

No hay rechazo del marxismo, explícito, aunque sí de los sistemas que tienen un concepto materialista de la vida y atentan a la libertad y a la dignidad del hombre.

Se reconoce la propiedad privada, pero se hace constar que no se debe identificar con el capitalismo, al que desarticularemos en todas sus versiones.

Respecto a la economía y el trabajo -punto 12- se expone la necesidad de evitar la explotación del hombre por el hombre, lo que no estaba rotundamente claro en el anterior ideario.

Se reconoce el papel de la inciativa privada, pero se expone la necesidad de cambiar sus principios de competencia y agresividad por los de necesidad y suficiencia.

El tema de la reforma agraria queda igual que antes, con el propósito expreso de llevar a cabo tal tarea.

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Sobre la educación y la religión -puntos 23, 24 y 25- se elimina la referencia al sentido católico de la reconstrucción nacional y se incorpora la intención se separar la Iglesia del Estado. Se reconoce también expresamente la libertad religiosa, respetando todos los credos, en tanto no se opongan a la libertad y dignidad humanas.

En el punto 26 se conserva la intención de realizar la revolución nacional, pero se eliminan las referencias al sentido militarista de la vida.

El punto 27, silenciado tras el comienzo de la guerra civil, que hablaba del predominio de Falange y de realizar sólo los pactos precisos para la conquista del poder, queda sin la intención de conquista del Estado y se habla del triunfo de las ideas falangistas en lucha abierta y democrática, mientras se reconocen los pactos con fuerzas que acepten aquella lucha.

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