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Polémica visita a Londres del presidente del Brasil

Juan Cruz

El presidente de Brasil, general Geisel, fue recibido en Londres con gritos de protesta de los cientos de manifestantes que se congregaron en la estación Victoria, donde la reina Isabel dio la bienvenida al político brasileño.

Geisel es huésped de la Reina y se alojará en Buckingham Palace, la residencia de la soberana, durante los cuatro días que dure su visita oficial.

Los manifestantes que recibieron a Geisel ayer al mediodía llevaban pancartas en las que se llamaba dictador al presidente brasileño y se aludía a las torturas que sufren en Brasil los prisioneros políticos. Los manifestantes también insultaron verbalmente al presidente mientras este se dirigía con la reina a Buckingham Palace e incluso hubo quienes lanzaron tomates contra la carroza en la que viajaba Geisel. Tres manifestantes fueron detenidos durante los incidentes.

Un grupo de parlamentarios de los tres partidos más importantes de Gran Bretaña hicieron llegar ayer una carta a la reina y al primer ministro Callaghan deplorando esta visita y sugiriendo que se abriera una investigación completa sobre la violación que en Brasil se hace de los derechos humanos.

Diversas organizaciones británicas han protestado también contra la visita. Entre ellas, el comité ejecutivo del Partido Laborista. Cuarenta parlamentarios de este partido han prometido unirse a las manifestaciones programadas por el Comité de Liberación de Brasil durante la estancia de Geisel.

Brutal dictadura

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Un portavoz del Instituto Católico para el Estudio de las Relaciones Internacionales, con base en Londres, declaró ayer que el Gobierno debió haberle desaconsejado a la reina que invitara a Geisel -que es la cabeza más visible de una de las dictaduras más brutales de Latinoamérica.Entre las autoridades que recibieron ayer a Geisel estaba el primer ministro James Callaghan, con quien almorzará hoy el presidente brasileño. Se piensa que el Gobierno laborista ha dado por buena esta visita porque considera que Brasil puede ser un excelente aliado económico, sobre todo en las áreas del transporte, el acero y el petróleo. Incluso un ministro habitualmente considerado como de izquierdas, el titular de Energía, Tony Benn, ha aceptado una invitación del Gobierno brasileño para que visite en fecha inmediata aquel país latinoamericano.

Las organizaciones y las personas que se han opuesto al viaje de Geisel consideran que el Gobierno se ha dejado engañar por la aparente significación exclusivamente económica la visita y declaran que esta estancia en el Reino Unido será utilizada por Geisel en su país para mostrar que las democracias europeas aprueban y apoyan su forma de Gobierno.

De todos modos, hoy comenzará Geisel a recibir a banqueros y a industriales británicos que tienen interés en invertir en Brasil y se espera que su entrevista con Callaghan también tenga el mismo carácter económico.

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