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Usman Garuba: “He crecido rápido por la caña que me han dado”

El canterano del Madrid, de 19 años, ha devorado etapas hasta presentarse en unos Juegos con una precocidad solo superada en la selección por Ricky Rubio, que debutó en Pekín 2008 a los 17

Usman Garuba Tokio 2021
Usman Garuba, en un entrenamiento de la selección española. feb
Faustino Sáez

Usman Garuba (Madrid, 19 años y 2,03m) habla con la misma determinación con la que juega. Con una madurez impropia de su edad, forjada entre la exigencia y el agradecimiento. Su fórmula para devorar etapas y derribar puertas hasta presentarse en unos Juegos Olímpicos con una precocidad solo superada en la selección por Ricky Rubio, que debutó en Pekín 2008 con 17 años; equiparable a otros mitos como Epi, Corbalán y Sevillano, que también llegaron a la selección española antes de cumplir los 20.

Sus padres, Betty y Mustapha, huyeron de la violencia y las penurias de Benin City, una de las ciudades más conflictivas de Nigeria, en busca de un futuro mejor en Europa. Tras probar suerte sin éxito en Bruselas llegaron a Madrid a finales de los 90 y finalmente se afincaron en Azuqueca de Henares (Guadalajara). Sus tres hijos, Usman, Sediq y Uki, nacieron en el Hospital 12 de Octubre madrileño. El estirón de Usman, que debutó con el Real Madrid a los 16 años, llega ahora hasta Tokio. Este lunes, el estreno de España ante Japón (14.00).

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Pregunta. Acaba de terminar su primera temporada completa en la élite (la anterior quedó interrumpida por la pandemia) y ya está en unos Juegos y con grandes perspectivas en el draft de la NBA. ¿Le da tiempo a asimilarlo o va todo demasiado rápido?

Respuesta. Todo va muy bien, no me paro a analizar si va muy rápido o no. Estar aquí y poder vivir la selección ya es una grandísima experiencia. Voy compitiendo día a día para ir logrando los objetivos. Paso a paso. A veces ni me doy cuenta de lo que voy consiguiendo, pero es mejor así, prefiero no pensarlo y seguir. Estoy en el inicio de mi carrera y lo único en lo que debo pensar es en trabajar y trabajar.

P. ¿Y qué siente cuando se ve jugando al lado de Pau Gasol?

R. Si lo piensas de más, al final se convierte en un problema. Intento no darle muchas vueltas, como he hecho siempre en el Madrid. Para convivir entre leyendas no puedes estar constantemente pensando “¡joder, estoy jugando con este o con el otro!”, pienso solamente en competir y aprender. Es lo más inteligente y lo que me va a servir para el futuro.

P. ¿Jugar entre leyendas, como dice, le motiva más que intimidarle a pesar de su juventud?

R. He crecido siempre entre jugadores mayores. He madurado junto a ellos. Estoy acostumbrado y siempre lo he convertido en una motivación sí. Para competir a la altura y para sentirme uno más. Siempre he pensado que la edad es solo un número, lo importante es dar el cien por cien, tengas la edad que tengas, y tener la madurez suficiente para asumir responsabilidades. Hay que estar preparado mentalmente sobre todo.

P. ¿Y, en lo físico, de dónde le viene esa energía contagiosa e inagotable que muestra en la pista?

R. Me cuido lo máximo posible en lo físico. Hago dietas basadas en ayunos y trato de estar mucho en el gimnasio. También me viene por naturaleza y esa fuerza es la que necesito para mi estilo de juego. Voy siempre a tope. No sé jugar al cincuenta por ciento. No sé dosificarme. En todo lo que hago doy el cien por cien.

P. Pablo Laso ha reconocido que, a veces, le ha “exprimido de más”, ¿ha sentido esa presión?

R. Pablo tenía razón, porque ha habido momentos de mucha exigencia para los que no sé si estaba preparado. Pero me han ayudado mucho todos, él, los compañeros y la familia, para dar el paso adelante que hacía falta por las circunstancias del equipo. He crecido mucho y rápido gracias a los consejos de todos y a la caña que me han dado. Pablo me ha echado muchísimas broncas, pero estoy muy contento y agradecido de todo lo que he aprendido con él. Es de esos profesores con los que era durísimo aprobar, pero luego les cogías mucho cariño.

P. ¿Qué le dicen sus padres, ellos le darán más cariño que caña, no?

R. Mis padres están muy contentos, sí. Me recuerdan siempre que sea yo mismo, independientemente de las circunstancias. Me piden que no cambie nunca, vayan bien o mal las cosas. Intento seguir su consejo siempre y esforzarme para devolverles todo el sacrificio que han hecho por mí y mis hermanos.

P. ¿Cómo empezó en el baloncesto?

R. Por pura casualidad. Con 10 años quería apuntarme a algún equipo de fútbol, pero no había plazas. Quería ser portero y era muy bueno jugando con mis colegas. Pero nada. Y como ya entonces era alto, me dijeron “vete al baloncesto que ahí sobran plazas”. Así empezó la historia.

P. ¿Era de ídolos de pequeño?

R. Éramos de jugar mucho en la calle, imitando a los jugadores de los equipos grandes, sin ídolos concretos. Después, en el baloncesto, tampoco me quedé con ningún referente fijo. He intentado fijarme y aprender de todos… La lista es infinita. Me gustaría tener el tiro de Stephen Curry, los movimientos de Kevin Durant, coger rebotes como Felipe Reyes, tener la mentalidad ganadora de Sergio Llull… Voy recolectando cosas de los mejores para ser mejor.

Garuba recibe instrucciones de Scariolo ante la mirada de Pau Gasol. feb
Garuba recibe instrucciones de Scariolo ante la mirada de Pau Gasol. feb

P. ¿Qué consejos le ha dado Felipe en estos años?

R. En lo práctico, él siempre me dice: “tienes que ir tú a por el balón, no esperar a que venga”. El rebote es cuestión de energía y concentración. Si estás concentrado todo llega. Después ha sido un referente constante por su entrega constante y por todo lo que ha logrado. Pero me quedo con todo lo que me ha hecho crecer como jugador y como persona.

P. ¿Y qué le pide Scariolo?

R. Que esté a mi máxima concentración. Que todo lo que haga en la pista lo haga convencido, sin miedo al error y dándolo todo. Siempre me han enseñado así. No sé hacerlo de otra manera.

P. Ese juego ha llamado la atención en Estados Unidos y, en unos días (29 de julio) es el draft de la NBA. ¿Piensa en ello?, ¿le quita el sueño?

R. Si me pongo a pensar en eso ya son muchas cosas en la cabeza y es mejor ir paso a paso. La NBA, ya veremos, ahora el sueño son los Juegos.

P. En el Madrid ha tenido últimamente todos los ejemplos. Doncic se marchó con 19 años, Campazzo con 30 y Llull no se quiso ir. ¿De quién está más cerca?

R. Hagas lo que hagas, tienes que estar convencido. Y si tienes decidido dar el paso no tienes que pensarlo dos veces. Lo haces y punto. Yo estoy muy bien donde estoy. Voy día a día. Soy un tío tranquilo, aunque me den mucho la brasa con este tema.

P. ¿Recuerda la primera vez que vio jugar a Pau Gasol y Felipe Reyes?

R. Tengo muy presente la final de los júniors de oro ante Estados Unidos, yo no había nacido todavía [fue en julio de 1999 y él nació en marzo de 2002] pero he visto ese partido varias veces. Esa generación abrió muchas puertas. Nos han dado muchísimo y engancharon a todo el país a nuestro deporte. Es una suerte y un honor haber llegado a tiempo para poder jugar con ellos. Es una gran oportunidad que me ha dado la vida.

P. Hablaba del “sueño” de los Juegos, ¿firmaría culminar ese sueño con una medalla olímpica?

R. ¿Una medalla olímpica?... yo solo firmo el oro. Vamos a luchar para tener posibilidades. Vamos a darlo todo. Queremos ganar y hay que soñar en grande.

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Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

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