_
_
_
_
_

La Copa de la discordia

Brasil, ganador de cinco de las últimas 10 ediciones, ejerce de anfitrión en medio de la pandemia y la crisis social que acechan al continente sudamericano

Paqueta y Neymar celebran un gol de Brasil ante Paraguay.
Paqueta y Neymar celebran un gol de Brasil ante Paraguay.CESAR OLMEDO (Reuters)
Juan I. Irigoyen
Más información
AMDEP3929. CARACAS (VENEZUELA), 08/06/2021.- Tomás Rincón (c) de Venezuela disputa un balón con Facundo Torres de Uruguay hoy, antes de un partido de las eliminatorias sudamericanas entre Venezuela y Uruguay para el Mundial de Catar 2022 en el estadio Olímpico UCV en Caracas (Venezuela). EFE/Matías Delacroix POOL
La selección de Venezuela detecta un brote casos de la covid-19 a horas del inicio de la Copa América

Messi quería jugar; Neymar, no. La Copa América que se debía disputar en Argentina y Colombia se trasladó de urgencia a Brasil y a los muchachos de la Canarinha les cayó como una bomba. Por la pandemia, sí. Por la crisis social, sí. Pero también porque Brasil se quedó con cinco de las últimas 10 ediciones del torneo continental más longevo (se inauguró en 1916) y jugar en casa, después del ajetreado calendario en Europa, era una presión extra que Neymar y compañía buscaban regatear. A Messi le pasaba todo lo contrario. Argentina no conquista América desde 1993. La Copa, sin embargo, no pone una venda en los ojos de la pandemia. Venezuela, justo antes del estreno ante Brasil (este domingo, 23.00), sufrió un brote de coronavirus: 12 miembros, incluidos cinco futbolistas, dieron positivo. La Conmebol ya tenía la solución. Cambió el reglamento para que cualquier jugador pueda ser sustituido en el caso de contagiarse. Todo vale.

Más información
La Copa América sigue en el desconcierto

La idea de la organización era igualar el calendario con Europa. Argumentaban que si la Copa América se jugaba al año siguiente de los Mundiales, las selecciones sudamericanas estaban en desventaja respecto de las europeas. La diferencia es que mientras que los estadios en la Eurocopa abrieron las puertas a sus aficionados, en Sudamérica escuece tanto la crisis social como la pandemia.

Jair Bolsonaro, el presidente de Brasil, tendió la mano tras caerse Colombia (por las revueltas) y Argentina (pandemia) como sedes, aunque el asunto ha pasado incluso por los tribunales y los futbolistas se mostraron reacios a jugar. Sobre el césped, Brasil ejerce de anfitriona y favorita mientras que a Messi, que el 24 de junio cumple 34 años, se le agota el tiempo de ganar un título con Argentina.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_