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Nadal niega de nuevo a Sinner

Como ocurriera el año pasado, el español remienda un comprometido inicio contra el italiano (7-5, 6-3 y 6-0) y se reencontrará en los cuartos de París con un viejo conocido, Schwartzman (7-6, 6-4 y 7-5 a Struff)

Nadal devuelve de revés durante el partido contra Sinner en la Philippe Chatrier.
Nadal devuelve de revés durante el partido contra Sinner en la Philippe Chatrier.GONZALO FUENTES (Reuters)
Alejandro Ciriza

La central de París vive un déjà vu. Jannik Sinner bota la pelota una y otra vez, a punto de servir para cerrar el primer set contra Rafael Nadal. La bota y la bota el italiano, hasta que finalmente la bola tropieza con el pie izquierdo y regresa a la mano con una trayectoria irregular, rara, extraña. No hay duda: en ese instante, por la cabeza del chico pasean mil demonios y por su cuerpo transita un escalofrío. Aquella noche de octubre, ese tren perdido… Sinner, 19 años, colapsa. En ese juego, el punto de giro de la tarde, se le agarrota el brazo y falla un golpe tras otro hasta incurrir en una doble falta que destapa la victoria del español: 7-5, 6-3 y 6-0, en 2h 17m. Nadal impone su síndrome en los cuartos de Roland Garros y se cita el miércoles con Diego Schwartzman.

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Paris (France), 03/06/2021.- Jannik Sinner of Italy serves during the 2nd round match against Gianluca Mager of Italy at the French Open tennis tournament at Roland Garros in Paris, France, 03 June 2021. (Tenis, Abierto, Francia, Italia) EFE/EPA/CHRISTOPHE PETIT TESSON
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Como ocurriera el curso pasado, cuando el mallorquín resistió el envite de madrugada del italiano, Sinner se descompone en el momento en el que el tenis selecciona a los más fuertes. Al joven, de gran proyección, todavía le viene demasiado grande la escena y pierde el filo; se deshace abrumado por la inmensidad de Nadal en la Chatrier. Ahí dentro, nadie domina el estremecedor silencio que se respira en los instantes críticos de los partidos. Mientras todos menguan, el balear se multiplica por mil. Por un millón. Después de resistir el asedio, los golpes de plomo de su rival, Nadal emerge y se rearma para dar un latigazo anímico que reinstaura el orden natural de las cosas.

A Sinner le puede el vértigo. Le sentenció en el cruce de la edición otoñal del curso pasado y vuelve a ocurrir esta vez, en un contexto diametralmente opuesto. A diferencia de ese día, el sol calienta en el Bois de Boulogne y hay luz natural; entonces 5 grados y humedad, ahora son 23 y los helados circulan por grada. Tras un intercambio de mamporrazos, el chico, 19º del mundo, rompe en el quinto juego ayudado por dos dobles faltas de Nadal y se hace con las riendas del pulso conforme su bola pesada castiga el cordaje del balear. Arrinconado hasta entonces, achicando agua porque las embestidas son tremendas, el español tuerce el volante y logra salir del lío.

Adivina las dudas y en ese intervalo en el que Sinner bota una y otra vez la pelota, sale de su refugio con el cuchillo entre los dientes. El partido le demanda un paso adelante y reacciona con una zancada que le permite neutralizar al italiano y enviarle a la lona a garrotazos. Dos metros son la vida, valen unos cuartos. Edifica un parcial abrumador –16 puntos a 2, en la franja que transcurre del 5-3 adverso a la rotura para el 5-5– y ejerce una sacudida salvaje de seis juegos consecutivos. 4-0 de arranque en el segundo set. Es decir, deja a Sinner grogui. El chico camina sonado por la pista, envuelto de nuevo por los fantasmas y con esa vocecilla interior que le repite y le martiriza: se escapó otra vez. La inocencia. Demasiado tierno todavía. No es capaz de gestionar la ventaja, así lo dicen los hechos: sucedió el año pasado, también en Roma hace menos de un mes y de nuevo en París.

Así, Nadal se encuentra exactamente donde quiere. Sorteada esa franja espinosa, dispone, ordena y va arañando juegos —traza una serie de ocho para poner la rúbrica— hacia una victoria que elimina uno de los círculos rojos de su recorrido hacia el 14º trofeo. Después de tres jornadas de rodaje ante Alexei Popyrin, Richard Gasquet y Cameron Norrie, Sinner suponía la prueba del algodón: el instinto sigue intacto. Sin ceder un solo set y con otra demostración de fuerza, el español irrumpirá en los cuartos de final contra el argentino Schwartzman (7-6(9), 6-4 y 7-5 a Jan-Lennard Struff) a lomos de su hegemonía histórica en la capital francesa.

”Creo que estoy bien y que ha habido muchas cosas positivas desde hace un mes. Hay que mejorar detalles, pero sobre todo mantener las cosas que estoy haciendo bien. Solo necesito evitar la desconcentración, pero ya dije que este partido era muy importante para mí y lo he ganado jugando bastante bien”, valoró Nadal antes del cruce con Schwartzman, viejo conocido con el que se topó previamente en París en 2018 (cuartos) y la temporada pasada (semifinales). En el histórico con el bonaerense, Nadal domina por 10-1; únicamente cedió en el Foro Itálico de Roma en 2020.

El desembarco del mallorquín en los cuartos coincide con el de Novak Djokovic, mucho más accidentado. “No he podido verlo mucho, estaba jugando al parchís”, se sinceró el de Manacor. El número uno jugó durante un buen rato con fuego, aunque superó el desplome inicial ante el joven Lorenzo Musetti, finalmente retirado debido a unas molestias en la espalda (6-7(7), 6-7(2), 6-1, 6-0 y 6-4, en 3h 27m), y se medirá a otro italiano, Matteo Berrettini.

7 DE JUNIO: DE BJÖRN A LEO BORG

Sweden's Leo Borg serves to Max Westphal of France in their boys first round singles match on day 9, of the French Open tennis tournament at Roland Garros in Paris, France, Monday, June 7, 2021. Leo Borg is the son of tennis icon Bjorn Borg. (AP Photo/Thibault Camus)
Sweden's Leo Borg serves to Max Westphal of France in their boys first round singles match on day 9, of the French Open tennis tournament at Roland Garros in Paris, France, Monday, June 7, 2021. Leo Borg is the son of tennis icon Bjorn Borg. (AP Photo/Thibault Camus)Thibault Camus (AP)

Hace 40 años, el legendario Björn Borg, hexacampeón de Roland Garros y ganador de 11 Grand Slams, ganó el último partido de su carrera en el grande parisino. Fue contra Ivan Lendl, al que derrotó en la final por 6-1, 4-6, 6-2, 3-6 y 6-1. Era el 7 de junio de 1981.

 

En esa misma fecha, 7 de junio, su hijo Leo logró este lunes su primera victoria en el torneo, como júnior. El sueco, de 18 años e instalado en el puesto 21º del listado, batió por 3-6, 6-3 y 6-4 al francés Max Westphal (43°), en 2h01m.

 

Por otra parte, la joven Coco Gauff ya es, a sus 17 años y 86 días, la estadounidense más joven en alcanzar los cuartos de final en París desde que lo consiguiera Jennifer Capriati en 1993, y la más joven en la antepenúltima ronda de un grande desde 2006 (Nicole Vaidisova, 17/44).

Consulta los Resultados de la jornada / Orden de juego del martes.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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