Courtois, Benzema y el vacío
Solo el portero y el delantero responden en los dos duelos ante el Chelsea en un Madrid con una defensa mal remendada, muy superado en el medio y escaso en ataque
La imagen de Casemiro sustituido cuando faltaba un cuarto de hora simbolizó la dimensión de la crisis de juego que sufrió el Madrid en Stamford Bridge y en toda la eliminatoria contra el Chelsea. En las dos últimas temporadas, el brasileño solo había sido relevado cuatro veces en sus 85 partidos como titular, y siempre que eso ocurrió fue porque la victoria estaba asegurada. A esas alturas del encuentro, los blancos necesitaban un gol para arrancar la prórroga y el medio es el segundo máximo anotador del equipo, con siete tantos, pero lo mismo dio. La inferioridad en el centro del campo ante el ejército de Tuchel fue tal que Zidane optó por una decisión prácticamente inédita.
Sobrepasada y derrengada, la medular, clave tantos días esta campaña, no tuvo respuesta a la efervescencia blue. En realidad, solo Courtois y Benzema la ofrecieron de forma sostenida en los dos duelos. Demasiado poco para atrapar una final de la Champions contra un rival tan acorazado que únicamente padeció por su falta de gol. El dominio inglés resultó generalizado.
El susto sin fin de Courtois
“Retrasé el fracaso”, subrayó este miércoles el portero belga, sometido a un acoso casi constante tanto en Valdebebas como en Londres. Desde su gran parada a Werner nada más arrancar la ida, el guardameta blanco vivió en un ay. El Chelsea realizó 10 disparos totales más en la eliminatoria que el Madrid (26-16) y solo con los realizados en la vuelta (15) casi igualó a su rival en todo el cruce.
Courtois sumó siete paradas en los 180 minutos, una de ellas en un mano a mano con Havertz al comienzo de la segunda mitad en Stamford Bridge que alargó la vida de su equipo hasta casi el tiempo extra. En la otra orilla, la vida de Mendy resultó más tranquila. Dejó cinco intervenciones, aunque solo dos exigentes en su estadio a Benzema, cómo no. En la ida no hizo ninguna (el único tiro entre los tres palos acabó dentro).
Vinicius como carrilero
Hasta 10 jugadores pasaron por la zaga de tres centrales en toda la eliminatoria y, salvo Militão en la ida, nadie ofreció certezas. El sufrimiento inicial de Madrid se agravó este miércoles, también porque el remiendo que dispuso Zidane hizo aguas. Eligió a un extremo izquierdo (Vinicius) como carrilero diestro y luego lo relevó por Valverde, que acababa de salir de 14 días confinado por la covid. Repescó a Sergio Ramos, que apenas había disputado tres partidos con el equipo en todo 2021 por culpa de dos lesiones que le han tenido de baja 92 días. Hizo lo mismo con Mendy, que no jugaba desde hacía tres semanas y cuya falta de puesta a punto resultó igual de evidente que con el capitán. Demasiados condicionantes en una parcela que ya había perdido a Varane, Lucas Vázquez y Carvajal.
Nadie quedó libre del suplicio, tampoco Militão y Nacho, baluartes en las últimas semanas. El brasileño, tras su gran desempeño en Valdebebas, terminó en Londres como el madridista con más pases fallados (10) y más balones perdidos (15). Su compañero fue el segundo en la vuelta con peores registros en estos dos apartados (9 y 14). Marcelo y Odriozola, presentes en el Di Stéfano, fueron esquivados en el recinto blue.
Devorados por Kanté y Jorginho
El trío Casemiro-Modric-Kroos, determinante en la mayoría de las grandes citas, se quebró ante la exuberancia del dúo Jorginho-Kanté. Bien rompiendo la línea alta de presión o esperando más atrás, los muchachos de Tuchel acabaron devorando un centro del campo muy desgastado. Lo más que pudo firmar en toda la eliminatoria fue un combate nulo en la segunda parte en casa.
La fiabilidad de Casemiro y Kroos se agrietó de mala manera. En Londres, el brasileño fue, junto a Militão, el que más pases erró de los suyos (10) y el alemán, el segundo que más balones perdió (14, como Nacho), a los que habría que añadir los 12 de la ida. Su flojera contrastó con el poderío de Kanté, probablemente el jugador de las semifinales. En la vuelta, los dos tantos nacieron de él. El primero burlando el acoso de Casemiro, que admitió sin reparos la superioridad: “No hay explicación ni excusa”.
Nadie salvo Karim
La delantera del Madrid es ahora un bonito jardín (Benzema) y un enorme desierto (el resto). A veces, el primero se las arregla solo para rascar un empate en el único disparo a puerta, como en la ida, pero las exigencias de unas semifinales demandaron mucho más. Como en el último mes, no hubo más actividad que la del francés. De los seis lanzamientos entre los tres palos de los blancos en todo el cruce, la mitad fueron suyos y los únicos dañinos. El gol y dos buenas ocasiones en Londres, a las que habría que sumar un tiro al palo en Valdebebas que se inventó de la nada.
Casi todo se lo tuvo que producir él mismo porque el centro del campo estaba cortocircuitado y sus compañeros en el ataque no dijeron ni pío. En la vuelta, Zizou volvió a recurrir de inicio a Hazard, que acababa de volver de una de sus recurrentes lesiones (acumula 172 días de baja este curso). Y como el pasado agosto en casa del City, completó casi todo el partido y su actuación resultó igual de intrascendente pese a ser el madridista que más corrió (10,64 kilómetros): un tiro y dos regates. Su media hora en el Di Stéfano ya había arrojado una estadística casi en blanco. Ese día, el acompañante de Benzema fue Vinicius, que tampoco: ningún disparo. Y Asensio, suplente en ambos choques, nada cambió: apenas dejó 19 pases buenos, cero regates y un intento de lanzamiento.
Con este cuadro, quizás el mérito fue llegar a los últimos cinco minutos a falta de un gol para seguir vivos. Courtois y Benzema no bastaron.
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