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Hamilton gana a zarpazos en el circuito de Portimao

Segunda victoria para el británico, que deja sin respuesta a Verstappen y Bottas. Alonso termina el octavo y Sainz, el undécimo

Lewis Hamilton celebra su triunfo en Portimao con los miembros de su escudería
Lewis Hamilton celebra su triunfo en Portimao con los miembros de su escuderíaMARCELO DEL POZO (Reuters)
Oriol Puigdemont

Lewis Hamilton sabe correr al ataque y también defenderse, parapetarse y hacer ver que está tocado, medio herido, y revolverse de repente para tirarse al cuello de su víctima, que normalmente se queda paralizada, sin respuesta. Esa dinámica es la que se dio este domingo en Portimão, donde el actual campeón del mundo protagonizó una auténtica exhibición, tanto de velocidad como a nivel estratégico. Un derroche de poderío que le llevó a acumular su segunda victoria del curso y le permitió coger algo de aire al frente del Mundial de Fórmula 1, después del duelo cerrado mantenido con Max Verstappen en las dos primeras paradas del calendario. El holandés se puso farruco en las primeras vueltas de la carrera, pero la pegada que exhibió su Red Bull tanto en Bahréin como en Imola no fue suficiente para medirse en corto con Hamilton por los toboganes de este espectacular circuito del Algarve. Verstappen aguantó el tirón y cruzó la meta el segundo, mientras que Valtteri Bottas lo hizo el tercero y volvió a quedar en evidencia, después de haber arrancado desde la ‘pole position’. Fernando Alonso terminó el octavo, por delante de Carlos Sainz, que lo hizo el undécimo.

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Mercedes parece haber medio corregido el déficit de potencial que provocó en su coche los retoques en las restricciones aerodinámicas aplicadas en el reglamento de este año. En un trazado tan particular como el de Portugal, donde los tremendos desniveles exponen a los monoplazas a las brutales rachas de viento que habitualmente azotan la zona, Mercedes sacó petróleo a pesar de haber perdido esa condición de intocable que desde 2014 le ha llevado a encadenar siete dobletes consecutivos. Hamilton ganó tras soltarles dos zarpazos a Verstappen (vuelta 11) y a su vecino de taller (en la 19ª), este último adelantamiento de esos que formarán parte del resumen del año: de sopetón, en la primera curva y por fuera.

Una vez se vio delante, el corredor de Stevenage (Gran Bretaña) pudo ir gestionando la diferencia y el desgaste de las gomas, bajo en este caso –se planteó la prueba a una sola parada–, antes de pasar por debajo de la bandera de cuadros con casi medio segundo de ventaja sobre Verstappen, al que los comisarios le quitaron la vuelta rápida por exceder los límites de pista. La rivalidad entre Red Bull y Mercedes llega hasta el extremo de que ambos fabricantes se pelean hasta por el punto que da la vuelta rápida de los domingos. Bottas visitó los garajes a falta de tres giros para calzar su bólido con un juego de compuestos nuevos, se reincorporó a la pista y dio un giro a todo lo que daba su coche. Pero el plan de Mercedes abrió a la puerta a que Red Bull hiciera lo mismo inmediatamente después con Mad Max, con quien todo apunta que Hamilton se dará cera durante toda la temporada para dicha de la hinchada, que lleva tiempo esperando un duelo de alto voltaje como este.

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