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PSG y Bayern, dos gigantes en el banquillo

Los últimos dos finalistas de la Champions mantienen la disyuntiva de si les conviene dar la espalda a sus ligas a cambio de sumarse al gran proyecto económico

Superliga
Neymar, en los cuartos de final de la Champions League entre el PSG y el Bayern de Múnich.CHRISTIAN HARTMANN (Reuters)
Juan I. Irigoyen

El Bayern de Múnich y el PSG, los últimos dos finalistas de la Champions League en Lisboa, no figuran entre los 12 clubes que han optado por romper con la UEFA para crear la Superliga europea. En cualquier caso, a los fundadores (seis ingleses, Manchester United, Manchester City, Tottenham, Chelsea, Arsenal y Liverpool; tres españoles, Real Madrid, Barcelona y Atlético; y tres italianos, Juventus, Milán e Inter) se les sumarían tres equipos invitados que, justamente, podrían ser el campeón y subcampeón de la última edición de la Champions, más el Borussia Dortmund. El PSG se mantiene en silencio, mientras que en el Dortmund habló su presidente, Hans-Joachim Watzke, y en el Bayern hizo lo propio su director general, Karl-Heinz Rummenigge.

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Rummenigge, que reemplazará a Andrea Agnelli (Juventus) en el comité ejecutivo de Asociación Europea de Clubes (ECA), aseguró: “Estamos convencidos de que el actual modelo del fútbol garantiza una base seria. El Bayern acoge con satisfacción las reformas de la Champions League porque creemos que es el paso adecuado para el desarrollo del fútbol europeo. La ronda preliminar modificada contribuirá a generar más tensión y emoción a la competición. No creo que la Superliga vaya a solucionar los problemas económicos de los clubes europeos derivados por el coronavirus. Más bien, todos los clubes de Europa deberían trabajar de forma solidaria para garantizar que la estructura de costes, especialmente los salarios de los jugadores y los honorarios de los asesores, se ajusten a los ingresos para que todo el fútbol europeo sea más racional”.

Watzke se sumó a quienes se oponen a la nueva competición: “La opinión de los miembros de la junta directiva de la ECA fue que los planes para fundar una Superliga fueron rechazados”. Y añadió: “Los dos clubes alemanes que están representados en la Junta Directiva de la ECA, FC Bayern Múnich y Borussia Dortmund, representaron puntos de vista 100% congruentes en todas las discusiones”. Los dos grandes del fútbol alemán se mantienen unidos. “No creo que la Superliga sea buena para el fútbol europeo”, expuso Hansi Flick, técnico del conjunto de Baviera.

Los alemanes miran de reojo a la Superliga. Un alto dirigente de uno de los dos gigantes de Alemania, sin embargo, no tiene tan claro si les conviene quedarse fuera del proyecto: “Si el barco zarpa, hay que estar a bordo”. El Bayern y el Borussia se aferran a la cautela. Les inquietan tanto las consecuencias económicas de quedarse fuera de la Superliga como el descrédito social de olvidarse de la Bundesliga.

La federación alemana (DFB) y la liga de fútbol alemana (DFL) recibieron la creación de la Superliga europea con gran consternación. “Le presentemos a la UEFA y a su presidente nuestra solidaridad. Al mismo tiempo, apoyamos todas las contramedidas anunciadas por la FIFA y la UEFA y por las ligas de naciones y por las federaciones. Somos conscientes de que esto puede afectar a jugadores internacionales alemanes que estén bajo contratos de equipos de la Superliga (por ejemplo, Toni Kroos del Real Madrid y Ter Stegen del FC Barcelona). Estamos hablando del fútbol como deporte popular. No podemos permitir que los intereses financieros de pocos clubes lleven a la abolición de estructuras de probada solvencia. El fútbol en Europa también vive de que cada club puede medirse con los mejores del continente. Ese sueño no debe ser sustituido por una sociedad prácticamente cerrada. Las ligas nacionales son la base del fútbol profesional, su popularidad y su fuerza en la sociedad. Es irresponsable e inadmisible poner en juego esta comunión. Ante la crisis, el fútbol debe representar solidaridad en lugar de egoísmo”, anunciaron, en un comunicado conjunto, la DFB y la DFL.

El PSG, por su parte, no se ha pronunciado públicamente. “No estamos dentro, no formamos parte de eso”, aseguran fuentes cercanas a la cúpula del club de París. La directiva del PSG y su entrenador se mantienen en silencio. Pero en cambio sí se ha pronunciado Ander Herrera, que desde la temporada pasada juega en el club de la capital francesa. “Me enamoré del fútbol popular, del fútbol de los aficionados, del sueño de ver al equipo de mi corazón competir contra los más grandes. Si esta Superliga europea avanza, se acabaron esos sueños, se acabaron las ilusiones de los aficionados de los equipos que no son gigantes puedan ganarse en el campo el derecho a jugar en las mejores competiciones. Amo el fútbol y no puedo quedarme callado ante esto. Creo en una Champions League mejorada, pero no en que los ricos roben lo que el pueblo creó, que no es otra cosa que el deporte más bonito del planeta”, publicó el futbolista español.

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Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.

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