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Marcos Llorente: “De niño era un culo inquieto, rozaba el hiperactivo”

El centrocampista del Atlético repasa su ascensión hasta la internacionalidad desde su histórica noche de Anfield

En vídeo, Marcos Llorente repasa su momento actual en el Atlético.Vídeo: En Entrevista Marcos Llorente
Ladislao J. Moñino

Marcos Llorente (Madrid, 26 años) es una pieza clave en este Atlético de Madrid líder. Su ascensión hasta alcanzar la internacionalidad en la última lista de Luis Enrique se inició la histórica noche de Anfield en el que dos goles suyos eliminaron al que era vigente campeón de Europa. Desde entonces, no se le atisba techo. El físico que cuida con celo, con la dieta paleolítica o con colchones inteligentes que mejoran el descanso, y el convencimiento con el que habla podría hacerle pasar por uno de esos modelos de teletienda que ofrecen aparatos milagrosos para moldear la silueta. A partir de su trabajado cuerpo, ha emergido un todocampista que lo mismo hace goles de delantero, tapa huecos en el medio o ejerce de carrilero.

Pregunta. ¿Dónde hubiera llegado sin su físico?

Respuesta. El físico es importante, me da mucho, llevo trabajándolo siete u ocho años y sin esto me costaría llegar hasta donde he llegado. El físico está ganando muchos galones en el fútbol de ahora. Un jugador ya puede tener mucho talento que le va a costar jugar sin físico. Hay que tenerlo alto y después hasta donde llegue tu talento.

P. Tiene pinta de haber sido uno de esos niños rubitos y revoltosos.

R. Estaba todo el día con el balón, era una locura, entrenaba con mi equipo, luego con el de mi hermano... No paraba, era un culo inquieto, era un niño muy activo, casi rozando el hiperactivo, pero con los años me he ido tranquilizando y menos mal.

P. ¿Se ha comido alguna vez una bolsa de gusanitos?

R. Por supuesto. Mis amigos lo hacían tres o cuatro veces al día, pero mi padre lo moderaba bastante y se lo agradezco.

P. ¿Le ha quitado foco que antes que usted su padre reviviera el apellido Gento?

R. Ha habido casos que un apellido ha podido pesar. Llevar Llorente y Gento puede hacer que te ocurra eso, pero en mi caso ha sido todo lo contrario, me ha ayudado. A la hora de pedir consejos que mi familia haya pasado por situaciones que he vivido es un plus que no todo el mundo tiene.

En el Madrid tuve que salir cedido al Alavés y al volver no me fue muy bien. Aquí en el Atlético, al principio, tampoco… ¡Pero bueno, no va ser toda la vida pura felicidad y todo de diez!

P. Su padre, aunque luego regresó tras pasar por el Atlético, y su hermano [Julio, también es su representante], tuvieron que salir del Madrid. En el baloncesto, sus tíos, José Luis y Toñín Llorente, también tuvieron que buscarse la vida en otros clubes.

R. Hablo por mí y en mi carrera he tenido bastantes momentos donde las cosas no me han ido muy bien. En el Madrid tuve que salir cedido al Alavés y al volver no me fue muy bien. Aquí en el Atlético, al principio, tampoco… ¡Pero bueno, no va ser toda la vida pura felicidad y todo de diez!

P. ¿Tuvo dudas de seguir en el Atlético cuando no jugaba?

R. No, cuando cambias de equipo tienes que adaptarte a nuevos compañeros, nuevo mister, nueva idea de juego… Era complicado y no era fácil tomar una decisión llevando tan poco tiempo en el club. Nunca se me pasó por la cabeza salir, pero si todo seguía así durante más tiempo podría haber cabido una idea diferente.

P. ¿Esperaba que fuera tan complicado entrar en el equipo?

R. Sí y no. A la vista está que los jugadores nuevos que llegan al Atlético les cuesta entrar en el once. Hasta que no estás dentro no vives lo que es. Desde fuera sí que no te esperas que sea tan difícil.

Nunca se me pasó por la cabeza salir, pero si todo seguía así durante más tiempo podría haber cabido una idea diferente.

P. Cuida y trabaja mucho su físico, ¿le sorprendió la exigencia y la dureza de los entrenamientos del Profe Ortega?

R. Me gusta entrenar y machacarme y me llamó la atención. Las semanas de pretemporada en Los Ángeles de San Rafael son muy duras. Me sorprendió que un equipo trabajara tan fuerte.

P. Antes de su gran noche en Anfield, Simeone le empezó a poner porque el equipo necesitaba piernas.

R. Piernas o energía, como quiera llamarlo. Al míster le gustaba esa energía que transmitía, que hacía que, al final, cuando ves a un compañero que presiona o defiende así te acabas contagiando. Esa energía que tengo la he intentado transmitir y creo que ha calado bien. ¡Ojalá pueda mantenerla durante mucho tiempo!

P. ¿Cómo fue el momento exacto en el que Simeone le dice que va a jugar de delantero?

R. En los entrenamientos alguna vez había jugado un poco más arriba y echado a la banda derecha. Aunque solo de pequeño había jugado ahí, me sentía cómodo rompiendo al espacio y centrando. Un tiempo antes de alinearme me dijo que no me extrañase si algún día jugaba ahí, que estuviera concienciado.

P. Jugar de delantero es goloso, pero en los últimos partidos ha jugado de carrilero derecho y pierde peso en ataque.

R. Son circunstancias, positivos de covid, lesiones, sanciones… A veces, hay que echar una mano donde a lo mejor uno no disfrutas más, pero es lo que hay. Está claro que me gusta jugar más adelante, pero si tengo que jugar ahí, juego.

P. A su padre, que era extremo, John Toshack le hizo jugar de carrilero, como ahora hace Simeone con usted. ¿Le aconseja sobre cuándo subir?

R. No he entrado en detalles con mi padre sobre este puesto. No es mi posición habitual, pero si el míster me necesita ahí intento dar todo. Para subir y sorprender es importante pensar en quién tiene el balón. Por ejemplo, Koke suele hacer rápida la acción, cuando tiene el balón controlado, levanta la cabeza y es el momento de para romper. Luego hay jugadores que dan más toques o son más de conducir, entonces hay que aguantar hasta que te mire y tires el desmarque. Con Trippier tengo una buena conexión, con él puedo romper casi siempre, porque es mirarnos y nos conectamos. Depende de la jugada y del jugador que tenga el balón.

Pasé de robar balones a meter goles así que ese paso es fácil, el paso jodido es al revés

P. Cuando juega con Koke en el medio, su recorrido es hacia la derecha en ataque y vuelve al medio en defensa.

R. En ataque Koke se queda más en el centro para sacar el balón y yo tengo libertad para ir a banda y romper. Cuando defendemos, también soy partidario de jugar con dos mediocentros. Hay jugadas que te pillan más arriba y tienes muchos metros que correr hacia atrás, pero no pasa nada si Koke me tiene que guardar un poco más las espaldas, siempre está bien colocado.

P. Han sorprendido sus goles, pero más que filtre pases o que haga giros y regates en espacios reducidos.

R. Eso se tiene, pero cuando juegas de pivote defensivo te ves poco en esas situaciones de tener menos tiempo y espacio. Cuando te ves arriba es cuando reaccionas para hacer ese tipo de cosas. Yo las tenía, pero no se daban las circunstancias para usarlas.

P. Fue fichado como mediocentro, pero Simeone le alejó de esa posición cuando aún no confiaba en usted. ¿Cómo digiere eso el ego de un jugador?

R. Pues muy bien, pasé de robar balones a meter goles así que ese paso es fácil, el paso jodido es al revés.

P. Con tanto cambio de posición, ¿qué jugador se siente?

R. Puedo ayudar al equipo en varias posiciones y me llena, pero me sigo sintiendo mediocentro con libertad.

P. Airean que no son favoritos, pero ahora mismo son los que más posibilidades tienen de ganar la Liga.

R. Que tenemos posibilidades está clarísimo, no voy a mentir, pero queda mucho. Te relajas y te cogen, para nada nos vemos favoritos. Es un pensamiento erróneo, seguimos con la idea del partido a partido y creemos en ella.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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