_
_
_
_
_

Mingueza se sabe el camino

Aunque puede perder peso con la vuelta de Dest y Sergi Roberto, el canterano se ha ganado un sitio en el Barça de Koeman

Jordi Quixano
Mingueza disputa el balón ante Muniain.
Mingueza disputa el balón ante Muniain.Alejandro Garcia (EFE)

Las lesiones de los centrales se reproducían y Koeman, por sorpresa, ascendió a Ramos Mingo tras un único entrenamiento con el filial. Decisión que extrañó en la ciudad deportiva porque apenas se conocía al argentino… Pero pasados los días, Koeman acudió a Francisco García Pimienta, técnico del filial. Su respuesta fue inequívoca: debía apostar por Óscar Mingueza (Santa Perpetua de Moguda, Barcelona, 13 de mayo de 1999). Aunque según cuenta un trabajador de la ciudad deportiva, lo que le acabó de convencer fue que le dijera que podía jugar de lateral. “Lo vamos a ver”, se decidió entonces Koeman. Y gracias a la falta de liquidez del club y a sus actuaciones tanto de central como de lateral, Mingueza se ha ganado una plaza en el primer equipo hasta que acabe el curso (o al menos regrese Piqué). Aunque ahora pueda perder el sitio con el regreso de Dest y Sergi Roberto, también con la reciente combustión de Umtiti y la pujanza de Araujo. Queda por ver qué sucede en el duelo copero ante el Granada (21.00. Telecinco).

Tras darle la tentativa frente al Dinamo de Kiev, poco sabía el aficionado sobre ese zaguero con coleta o moño que desde benjamines luchó en La Masia por llegar al Camp Nou, siempre señalado como uno de los mejores de su generación, un rubito con clase que se decía. Pero le faltaba tanta contundencia como le sobraba toque, virtud que mantiene en Primera con el 91% de éxito en la entrega, más que Alba (84,5%), Dest (87,3) y Sergi Roberto (90,3%).

“Incidimos mucho en los duelos individuales, en los saltos de cabeza y también en el uno contra uno”, recuerdan técnicos que le han dirigido. Y mejoró. “Es que tiene ganas y escucha mucho. Ha demostrado que podemos contar con él”, resolvió Koeman tras el Dinamo. No era broma, porque el canterano suma siete partidos seguidos en el once y ha completado los últimos cuatro para alcanzar 1.369 minutos, solo con 10 jugadores por delante y con De Jong líder (2.434) en la estadística. “Es su sueño y se nota en todo”, cuentan desde el vestuario del Barça. Un trabajador del club añade: “Y se hace querer por la ciudad deportiva, siempre saluda a todos los que conoce y se preocupa por ellos”. Su hermana Ariadna, centrocampista de 17 años, juega en el Femenino B.

“Conduce y divide”

“Oscar lleva aquí toda la vida y entiende más que nadie la filosofía Barça. Es central por su salida de balón, porque conduce, divide y genera superioridades, porque sabe leer y encontrar los pases filtrados…”, le piropea un entrenador que le dirigió en las categorías inferiores; “y de lateral funciona bien porque sabe a lo que se juega, es rápido y comete muy pocos errores”. Y cuando los ha hecho, como el otro día en el gol de Raúl García del Athletic, se corrigió hasta pisar el área rival y dar el pase del triunfo a Griezmann. “Mentalmente es muy fuerte”, le reconoce otro entrenador que le dirigió cuando llevaba pocos años en el club.

Resulta que Mingueza empezó en benjamines como lateral porque era alto, tenía llegada y buen pie. Hasta que en el segundo año de alevines le descubrieron el puesto de central, lugar del que ya no se movió hasta conseguir la Youth League en juveniles. Ocurrió, sin embargo, que en el filial se topó con Cuenca, Araujo y Chumi, todos por delante. Por lo que García Pimienta lo probó de lateral (también izquierdo en ocasiones) y Mingueza aguardó a su turno, que llegó este verano con el adiós de Chumi (Almería), el traspaso de Cuenca (al Villarreal aunque está cedido en el Almería) y el ascenso de Araujo.

Historia bien similar a la que se encuentra ahora en el primer equipo: empezó de central; fue reconvertido a lateral ante la efervescencia de otros; y acabó por ganarse el sitio. “Es un central hecho en el Barça y hecho para el Barça”, añade un entrenador que le dirigió en las categorías inferiores. Aunque ganarse el lugar en el tapete, ahora que llegan Sergi Roberto y Dest, le será más complicado. Pero Mingueza, que acaba contrato aunque el club se guarda una opción de renovarlo por dos años —se espera al nuevo presidente y su equipo—, ya lo ha dejado bien claro: si alguien se duerme, el sitio es suyo.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_