El Madrid aterriza en Pamplona tras cuatro horas atrapado por la nieve en Barajas

La hierba del Metropolitano pasó la noche del viernes como un exitazo de Instagram. Caían copos de nieve mecidos por el viento, visibles al contraste de la luz de las lámparas de sodio que simulan un sol de tarde permanente. Calidez en la oscuridad, mientras bajo tierra atizaba la calefacción. Pero esa placidez de postal contenía también la angustia y el caos que ha traído a la Liga la borrasca Filomena, que al mismo tiempo mantuvo bloqueado cuatro horas al Real Madrid en un avión en Barajas, y obligó al Athletic a regresar a Bilbao cuando, después de dar varias vueltas por los alrededores de la capital, constató que no podría aterrizar en un aeródromo que este viernes canceló decenas de vuelos y el ministro Ábalos incluso dio por cerrado. Este sábado, el encuentro en el Wanda fue finalmente aplazado.

Para intentar esquivar la borrasca, y a indicación de LaLiga, el Madrid había adelantado su viaje para el partido previsto para este sábado contra Osasuna (21.00, Movistar LaLiga), pero terminó enredado en la gigantesca nevada con un enorme enfado general. Logró tomar tierra a las 23.12 en una ciudad sobre la que Filomena aún no había empezado a descargar.

Otra odisea vivió el Rayo Vallecano en su intento de desplazarse para jugar contra el Mirandés. Los vallecanos se lanzaron este viernes por la tarde a una expedición muy incierta, por una carretera nevada hacia Miranda de Ebro, para dar la vuelta un par de horas después. LaLiga anunció este viernes por la noche que aplazaba al domingo el encuentro del Rayo y el Alcorcón-Albacete.

En realidad, la nieve no constituye un problema irresoluble para la hierba, porque no la daña. Cuando se acumula, forma una cámara de aire que mantiene la temperatura a cero grados, una especie de protección contra las heladas, que sí que inhabilitan el césped. El jueves Osasuna no entrenó sobre hierba natural en Tajonar porque los campos amanecieron congelados. Este viernes, en cambio, el Madrid sí pudo ejercitarse por la tarde sobre el césped de Valdebebas mientras nevaba. “Los jardineros han hecho mucho trabajo para que podamos entrenar con normalidad”, dijo Zidane. Que nieve no es gravísimo, pero tiene que parar en algún momento. Para que pueda retirarse toda de golpe.

Pero en las condiciones de este viernes el empeño de los operarios que trabajaban en el Metropolitano era sisífico. “Avanzas seis metros con la máquina, miras atrás, y tienes otra vez dos dedos de nieve. No damos abasto”, decía una persona implicada en el operativo, que sumaba más de cuarenta efectivos. Ese es también el tamaño de la cuadrilla contratada por Osasuna. A Navarra, en alerta naranja, Filomena llegará este sábado, algo más tarde que el Madrid. “Tenemos que viajar hoy [por este viernes]. No hay más remedio. Son obligaciones”, lamentó Zidane horas antes de verse atrapado en el avión.

Los partes meteorológicos de este viernes preveían que este sábado nevará con intensidad sobre El Sadar. Y que cuajará y se acumulará una capa de alrededor de diez centímetros. El efecto sobre el partido dependerá “de cuándo o cuánto nieve”, según fuentes de Osasuna. Este viernes por la tarde entrenaron en el estadio. Para recibir este sábado a la borrasca, llevan varios días templando el césped con las lámparas de sodio. Confían en tener despejado el campo a las nueve, pero es posible que entonces siga nevando.

Para reducir esa incertidumbre, en el Madrid trataron de adelantar varias horas la cita, a las 14.00 o las 16.00 de este sábado, sin que LaLiga respaldara el cambio. De modo que, en caso de que se suspenda, la opción principal sería el domingo, alrededor del mediodía, para cuando está previsto que la nieve haya cesado.