Un proyecto deLaLiga

El mensaje de los vencedores

Aficionados de equipos de LaLiga Santander y LaLiga SmartBank que superaron la covid-19 lanzan un aviso: sigamos siendo precavidos

Josep Tari es recibido por su hijo menor, Dani, tras abandonar el hospital de Llíria y superar a la covid-19.
Josep Tari es recibido por su hijo menor, Dani, tras abandonar el hospital de Llíria y superar a la covid-19.

Josep Tari empezó a vivir el fútbol en Valencia desde muy pequeño. Él había cumplido el sueño de cualquier niño de su edad: su padre era portero del Valencia CF. Pero no de los que paran goles. Mucho mejor. De los que tenían la potestad de abrirte las puertas del paraíso. Como tanta gente en los sesenta, Ángel Tari, empleado de Renfe, complementaba su trabajo los fines de semana con otras tareas. “Sí, mi padre era portero de Mestalla, el que cortaba las entradas y te permitía el paso”. Juntos llegaban dos horas y media antes todos los días de partido y el niño Josep se pasaba el tiempo recorriendo el campo para entretenerse. “Me vi todos los partidos del Valencia, del filial, no me perdía ni uno…”.

Los recuerdos de aquellas tardes de fútbol con su padre se le amontonaron hace algunos meses, cuando el coronavirus le eligió como una de sus víctimas. Entre los pasados marzo y abril, Tari estuvo ingresado alrededor de 25 días en la UCI del Hospital de Llíria (Valencia) luchando contra la covid-19. “Si me preguntas si he sufrido te digo que no. ¡Estuve más de dos semanas inconsciente!”, dice. “Ahora, cuando sales de la UCI y tu familia te cuenta que estuviste entre la vida y la muerte, a partir de ese momento sí que es trágico”. La falta de información, el desconocimiento de una enfermedad que desde entonces azotó a todo el planeta, casi acaban con su vida. “Llegué al hospital con un resfriado y me dijeron que tenía una neumonía de caballo. ¡Se suponía que era solo un estado febril!”, recuerda Tari. Llegó a perder 12 kilos y toda la masa muscular.

Luis Suárez, ya en el Atlético de Madrid, mira el partido de su equipo el pasado domingo en el Wanda Metropolitano.
Luis Suárez, ya en el Atlético de Madrid, mira el partido de su equipo el pasado domingo en el Wanda Metropolitano.

Su caso es uno de los tantos de los que El Club del Deportista y LaLiga se nutrieron para lanzar una campaña para que los futbolistas de LaLiga Santander y de LaLiga SmartBank no bajen la guardia ante la covid-19. El estricto protocolo de medidas impuesto por LaLiga para intentar mantener la competición en marcha ha ido evolucionando desde mayo, cuando el fútbol regresó del confinamiento, hasta ahora. Por ejemplo, desde LaLiga recomendaron que los partidos de pretemporada fueran contra equipos de la propia competición y, en caso de que fueran con clubes de fuera, que se hicieran en las instalaciones propias para garantizar los protocolos.

Jaime Blanco, agente ejecutivo de Presidencia de LaLiga, añade: “Creamos la figura del inspector auxiliar. Hay 42, cada equipo tiene uno. Hace un seguimiento del día a día del club. Va a los entrenamientos, los desplazamientos y a los partidos para garantizar que se cumplen todas las normas. Además, hace de enlace entre el club y LaLiga por si surge cualquier duda sobre el protocolo o hay que efectuar cualquier tipo de comunicación”.

La campaña de LaLiga con los testimonios de aficionados que superaron al coronavirus.

A diferencia de la temporada pasada, cuando se reanudó el fútbol en mayo, ya no es LaLiga la que organiza y costea los viajes de los equipos pero sigue atenta a que se sigan las normas, que también regulan, cómo han de hacerse los desplazamientos. Si se va en autobús, por ejemplo, no se pueden hacer más de 450 kilómetros y el vehículo debe ir al 50% de su capacidad.

Yaiza Méndez, una abogada barcelonesa de 23 años, es otra de las aficionadas que ha contribuido al mensaje coral para que los futbolistas de LaLiga Santander y de LaLiga SmartBank se cuiden. Ella sigue sin tener claro cómo se contagió. Es voluntaria en una organización de estudiantes internacionales que participaron en Sevilla en un evento masivo. Quizá allí se contagió. Pero no puede asegurarlo. “Siempre me lo pregunto. ¿Habrá sido en el gimnasio? ¿En la biblioteca? ¿Dónde?”.

Su testimonio es un ejemplo de que nadie está a salvo del virus. “Me aislé, sufrí una leve neumonía, pero no contagié a mis padres, con quienes vivo. En dos o tres semanas me recuperé”, cuenta. Se sumó a la campaña de LaLiga porque lleva en la sangre la pasión por el FC Barcelona. Su abuelo materno, Enrique Cano, era quien cambiaba a mano los marcadores en el viejo campo de Les Corts, donde jugó el Barça entre 1922 y 1957.

Cuando logró salir de la UCI, Tari fue recibido con globos por sus compañeros de la Consejería de Economía de la Generalitat valenciana. Estuvo cuatro meses y medio de baja. “Estoy contento de haber vuelto. Me recibían al salir del ascensor con música y aplausos. Eres su jefe [es el secretario general de la consejería] y si la gente te quiere de esta manera, piensas que algo habrás hecho bien”, cuenta emocionado. “Aunque no hay que tirarse 20 días en la UCI para que alguien te demuestre su estima”, bromea.

Sus hijos, Óscar y Dani, son también deportistas. Jugaron en las categorías juveniles del Valencia Basket. “Desde los cinco años hasta los 20”, dice Tari. “Eso supone mínimo de dos a tres días de entrenamiento semanal más los partidos de fin de semana. Sabemos lo que es dedicarte a seguir a tus chavales para que ellos ejerciten deporte y tú puedas disfrutar”. Desde la experiencia, implora a los futbolistas de LaLiga que se sigan cuidando. Jaime Blanco, de LaLiga, añade: “Lanzamos un mensaje constante en positivo para que los futbolistas se mantengan alerta. Para cualquiera de nosotros es difícil estar alerta los 365 días del año”.

Más información

Archivado En