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El triple mata el tiro de media distancia en la NBA

Las reglas que impulsan el juego ofensivo, las tácticas y la evolución física cambian por completo la Liga. Larry Bird: “Ahora, si no lanzas 30 triples, es que no estás jugando a baloncesto”

Robert Álvarez
James Harden lanza ante Trae Youg en un Hawks-Rockets.
James Harden lanza ante Trae Youg en un Hawks-Rockets.Kevin C. Cox (AFP)

Se juega más rápido, se lanza desde más lejos, se explota menos el tradicional juego de los pívots de espaldas al aro y se extingue el tiro de media distancia. Para simplificar, la NBA 2020 continúa acelerando por el trazo que dejó Golden State. Todo el mundo quiere ser como Stephen Curry y los Warriors. Pero no se trata ya solo de una cuestión de carisma y admiración hacia la estrella y el equipo que lleva tres títulos en las cinco finales consecutivas que ha disputado. Es también un asunto mucho más profundo, que afecta de pleno al juego y al estilo de prácticamente todos los equipos. Lo sintetiza Larry Bird, uno de los legendarios: “Ahora, si no lanzas 30 triples cada partido, simplemente es que no estás jugando a baloncesto”.

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En la deriva han influido desde las reglas con las que se busca hace ya tiempo proteger el juego ofensivo, a la evolución de las condiciones físicas y técnicas de los jugadores y, sobre todo, la plena aceptación de los análisis que desmenuzan todas las coordenadas del juego. Hasta el punto de que así lo aceptan incluso los más reticentes, caso de Gregg Popovich. “Para mí, no es baloncesto, pero tienes que usarlo. Si no lo utilizas, tienes un gran problema. De alguna forma, sientes que está haciendo trampa... Todavía lo odio”, afirmó ya hace tiempo el entrenador de San Antonio Spurs.

“Los números y la gente de analítica han hecho ver que es mejor fallar triples que tiros desde la media distancia o meter muchos balones dentro. Los porcentajes demuestran que es más productivo lanzar triples o penetrar e ir directo al aro, a no ser que seas un súper tirador de dos, que quedan muy poquitos”, explica José Manuel Calderón, el base de la selección española que jugó en la NBA desde 2005 hasta 2019 y que ahora es directivo de la Asociación de Jugadores de la Liga estadounidense.

Comparativa de las 200 posiciones de tiro más frecuentes en la NBA en 2001-02 y 2019-20, según el analista Kirk Goldsberry.
Comparativa de las 200 posiciones de tiro más frecuentes en la NBA en 2001-02 y 2019-20, según el analista Kirk Goldsberry.

Se impone el small-ball, el estilo que prescinde de los pívots y apuesta por quintetos más rápidos y que da preeminencia al juego exterior. Los datos son reveladores. Tomando como punto de referencia la evolución en los últimos 10 años, se anota mucho más, 110,4 puntos ahora y 99,69 en 2011. Se lanza mucho más de tres: una media de 33,6 veces cada equipo hoy, y 18,8 entonces. Y se lanza más rápido: cada equipo dispone de una media de 100,4 posesiones cada 48 minutos ahora y de 92,1 hace 10 años. Los cuatro finalistas de las Conferencias la pasada temporada, Toronto, Milwaukee, Golden State y Portland, también estuvieron entre los mejor situados en triples intentados y anotados.

Se reinventan los pívots

Daryl Morey, el director general de los Rockets, el hombre que ha implantado con más empeño las estadísticas avanzadas y a quien se apoda Moreyball en referencia al libro de Michael Lewis en que se basó la película Moneyball, defiende: “La gente me dice: ‘Odias los tiros de rango medio y las posiciones en el poste bajo, en que el pívot recibe de espalda a la canasta’. No es cierto. Simplemente estamos haciendo lo que funciona. Hemos creado la mejor ofensiva en la historia de la NBA en las últimas cinco temporadas, así que nos mantenemos firmes”.

Más triples y más posesiones

Temporada 2019-2020

Media por equipo y partido.

Puntos: 110,7

Triples: 11,9 anotados de 33,6 lanzamientos (35,4%)

Tiros de dos: 28,7 anotados de 55,3 lanzamientos (51,9%)

Tiros libres: 17,5 anotados de 22,8 lanzamientos (76,9%)

Posesiones: 100,3

Temporada 2010-2011

Puntos: 99,65

Triples: 6,5 anotados de 18 lanzamientos (35,8%)

Tiros de dos: 30,8 de 63,2 (48,7%)

Tiros libres: 18,6 de 24,4 (76,3%)

Posesiones: 92,1

La dicha no es completa para Morey ya que los Rockets, el equipo que lanzó y lanza más triples (44 por partido) y anota más (15,5), fue eliminado por los Warriors en las semifinales del Oeste. La tendencia, eso sí, es general. En 2011, el equipo que lanzó más triples fue Orlando, con una media de 25,6. El equipo que menos lanza esta temporada es Indiana, con 27,7; solo tres lanzan menos de 30 por partido y nueve superan los 35. Y el jugador más anotador en las últimas temporadas es también el que lanza más triples.

James Harden se juega una media de 14 por partido, una cifra que no alcanzó Stephen Curry ni siquiera la temporada en que más se prodigó, la 2018-2019 con una media de 11,7. La manera en que ha cambiado el rango de tiro se visualiza en el gráfico confeccionado por Kirk Goldsberry, analista de ESPN y exvicepresidente de investigación estratégica de los San Antonio Spurs y de la selección de Estados Unidos. De los 200 puntos de la cancha en los que más tiros de campo se han realizado esta temporada, la mayoría se reparten entre el triple y el interior de la zona, y en este caso, casi siempre en acciones de penetración o de alley-oops en que el pívot solo tiene que machacar la asistencia del base. En 2001 todo estaba mucho más repartido y se veían más lanzamientos desde una distancia intermedia entre la zona y la línea de tres.

“Esta nueva forma de jugar ha influido en el estilo del jugador y del juego”, sostiene Calderón. “El hecho de que se lancen muchos más triples conlleva un juego mucho más rápido, con más posesiones, y los rebotes suelen ser más largos. Todo ello propicia también que haya jugadores que pueden actuar y actúan en diferentes posiciones. Al final, no está definido quién es el uno, el dos, el tres, el cuatro... En muchas situaciones, sobre todo para cerrar partidos, se prescinde del pívot y se suele jugar con muchos bajitos para tener más dominio de balón, más tiro, más triples”.

Otro dato demoledor: durante la campaña 2018-2019 se lanzaron un total de 27.955 triples en la Liga, más que durante toda la década de los ochenta (23.871). Y otro aspecto a tener en cuenta es que los triples más lejanos ya están dejando de ser la excepción y una mera casualidad. Damian Lillard, que consiguió uno desde algo más de 11 metros que sirvió para que Portland sentenciara la eliminación de Oklahoma City en los últimos playoffs, explicó tras el partido: “No es accidental. Pasamos tiempo ensayando este tipo de tiros y nos sentimos cómodos y seguros”. Curry, Harden, Luka Doncic, Trae Young... son algunos de los que ya han demostrado su capacidad para anotar desde ocho, nueve metros y más. Lillard explicó, en un artículo en ESPN, que se entrenó específicamente para anotar triples desde posiciones mucho más alejadas de lo que marca la línea (7,24 metros en la parte frontal): “Trabajamos de muchas maneras diferentes. Lanzando desde el rebote, sin saltar, sin tomar impulso… desde todo tipo de posiciones incómodas, pero aun así tratando de lanzar un tiro preciso”. Uno de sus entrenadores trazó una imaginaria línea de cuatro puntos en un gimnasio de Las Vegas, a unos 12 metros.

Todo propicia que, al final, no esté definido quién es el uno, el dos, el tres, el cuatro... Jose Manuel Calderón

Los pívots, exigidos por el estilo de juego, se han tenido que adaptar a la tendencia. Marc Gasol, Brook Lopez, Jokic, Vucevic, Joel Embiid... Todos han trabajado en los triples y todos buscan alternar posiciones interiores con posiciones exteriores que, no hace tanto tiempo, no figuraban en el catálogo de los pívots.

“Esos triples son espectaculares. Pero a veces me frustran. Se supone que los pívots deben castigar las defensas cerca del aro”, lamenta Charles Barkley, expívot de los Sixers, los Suns y Rockets y analista desde que se retiró en 2000. Lo explica Calderón: “El juego de los pívots ha ido cambiando mucho. O eres un pívot súper dominante tipo Joel Embiid o eres un pívot tipo Marc Gasol, capaz de ser un poco el base jugando de pívot y pudiendo tirar de fuera, o desapareces. Ya no vale el pívot que solo postea o que es grande y que defiende y que tapa. Necesitas también crear espacio, ser capaz de pasar el balón, de correr. Al final todo eso influye en el juego”.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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