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Nuevo triunfo de Putin para la vuelta de Rusia

El TAS reduce a dos años y modera en sus términos el castigo de cuatro que pedía la Agencia Mundial Antidopaje

Putin, en los Juegos de Invierno de Sochi 2014. / PHIL NOBLE (REUTERS)
Putin, en los Juegos de Invierno de Sochi 2014. / PHIL NOBLE (REUTERS)
Carlos Arribas

Considerando impracticable e insostenible la sanción de cuatro años que la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) solicitaba para Rusia por la manera en que el laboratorio antidopaje de Moscú convertía en negativos cientos de resultados positivos, y por su mínimo interés en reconocerlo y entregar las pruebas y los nombres de los deportistas blanqueados, el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) ha reducido a dos años el castigo, hasta diciembre de 2022, y ha matizado de tal manera sus formas que, aunque textualmente señala que prohíbe a Rusia participar como tal en los Juegos Olímpicos de Tokio 21 y los de Pekín 22 de Invierno, y en los Campeonatos Mundiales de cualquier deporte, incluido el fútbol, en la práctica ha reabierto la puerta al retorno pleno de los deportistas del país presidido por Vladimir Putin.

El veredicto del TAS no se aparta de la línea de moderación con la que Thomas Bach, el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), ha impuesto desde los Juegos de 2016 (en los que logró que las federaciones internacionales admitieran a los deportistas rusos) en su tratamiento del caso ruso.

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“Hemos impuesto la sanción que mejor refleja la gravedad de los hechos y el incumplimiento por parte de Rusia del Código Mundial Antidopaje, y que asegura que se mantiene la integridad del deporte ante la plaga del dopaje”, dice el TAS, el órgano jurídico deportivo que fundó el Comité Olímpico Internacional (COI) para mantener la justicia deportiva bajo su control. “Las sanciones no son tan largas como solicitaba la AMA, pero esto no puede verse como una condonación de los pecados de los rusos, sino como una cuestión de proporcionalidad y la necesidad de contribuir al cambio cultural en Rusia y ayudar a los jóvenes deportistas rusos a participar en un deporte limpio”.

La decisión del TAS prohíbe a los deportistas rusos participar con su bandera y con su himno, pero les permite hacerlo con un uniforme “neutral” en el que puede figurar la palabra Rusia y que puede ser en sí mismo una bandera, pues chándals, camisetas y pantalones pueden estar estampados con los colores blanco, azul y rojo. Además, los espectadores podrán agitar la tricolor rusa en las gradas.

El TAS también detalla que ninguna autoridad política rusa, desde el presidente de la República hasta cualquier diputado de la Duma, podrá ser acreditada para Juegos Olímpicos o Mundiales de cualquier deporte, pero abre la puerta a Putin y a sus ministros al especificar que evidentemente no podrán impedir su visita a las competiciones si les invitan las autoridades del país organizador.

El castigo supone que no se podrá organizar ningún Mundial en Rusia hasta enero de 2023, lo que salva su joya, el Mundial de hockey hielo previsto en San Petersburgo en el invierno de ese año. El castigo estipula que si Rusia tiene concedida alguna otra organización durante el periodo de suspensión “deberá renunciar a ella a menos que por motivos prácticos la renuncia sea imposible”.

La multa económica que acompaña a la sanción, destinada a gastos de la AMA, no es desdeñable, 1.270.000 dólares y 400.000 francos suizos.

Mientras la AMA, aun mostrando su “decepción” por el recorte de las sanciones que pedía, mostró su satisfacción por el veredicto, las autoridades antidopaje de Estados Unidos fueron más críticas. Hace dos semanas, el presidente Trump firmó la ley Rodchenkov, que permite a su país perseguir penalmente a cualquier deportista del mundo que con su dopaje perjudique los intereses de cualquier deportista norteamericano en cualquier competición. La ley debe su nombre a Grigory Rodchenkov, el mago que, desde su puesto de director del laboratorio antidopaje, hizo desaparecer cientos de positivos en Moscú y en los Juegos de Sochi 2014. Un año después, se fugó a Estados Unidos con todos los discos duros de los laboratorios y, como testigo protegido, sacó a la luz todas las trampas y miserias que dieron pie a todo tipo de sanciones y castigos contra Rusia y su agencia antidopaje.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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