_
_
_
_
_

La vuelta de Andorra, Valencia y Unicaja: más trabajo de limpieza que deportivo

Los test dan paso a prácticas individualizadas, con un jugador por pista, balón y material propio para cada uno, y sucesivas desinfecciones de todas las instalaciones. El resto de clubes aguarda a tener más indicaciones de la Liga

Clevin Hannah, del Morabanc Andorra, durante su entrenamiento individualizado de hoy
Clevin Hannah, del Morabanc Andorra, durante su entrenamiento individualizado de hoy
Faustino Sáez

Con el horizonte del 31 de mayo como fecha marcada por la ACB para reanudar el campeonato con una fase final de 12 equipos o cancelar definitivamente la temporada, el Unicaja fue el primero en anunciar su protocolo de regreso a la actividad este lunes, aunque su puesta en marcha quedó reducida finalmente a la realización de test. Andorra y Valencia también han salido del confinamiento, en su caso para activar a algunos de sus jugadores de forma individualizada, siguiendo el protocolo del Consejo Superior de Deportes (CSD) que ha desatado las dudas y críticas de los sindicatos de deportistas. El resto de clubes aguarda a tener más indicaciones de la Liga, respecto a las recomendaciones específicas referidas a la práctica del baloncesto adicionales al texto del CSD.

MÁS INFORMACIÓN
Alfonso Reyes: “Los deportistas contamos poco y es hora de dar un puñetazo en la mesa”

En Málaga, los jugadores, técnicos y familiares han sido sometidos al test serológico de detección de coronavirus en las instalaciones de Los Guindos. El protocolo que va a regir la vuelta progresiva a la actividad establece tres fases, que se ajustarán a la programación de desescalada como anunció el club la semana pasada. En la primera fase de entrenamientos individuales en pista, que quedaron momentáneamente aplazados este lunes a la espera de más indicaciones de la ACB, los jugadores acudirán en grupos de tres o cuatro para trabajar en media pista cada uno, de uno en uno, haciendo entrenamiento físico o de tiro, en una canasta y con un entrenador, siempre a una distancia de dos metros, respetando el distanciamiento recomendado. En la siguiente fase, los entrenamientos serán en grupos reducidos pudiendo coincidir un máximo cuatro jugadores en la misma pista y un total de ocho jugadores en el pabellón, que vendrán cambiados de casa y se ducharán cada grupo en un vestuario previamente asignado. El proceso concluirá, según marca la hoja de ruta, con los entrenamientos colectivos. Aún queda para eso.

Abalde, del Valencia Basket, en su práctica de tiro con una máquina dispensadora de balones
Abalde, del Valencia Basket, en su práctica de tiro con una máquina dispensadora de balones

En Andorra, los entrenamientos individuales en la pista programados por el club sí comenzaron este lunes para la mitad de la plantilla, seis jugadores. La otra mitad repetirá este martes el protocolo. Tan solo David Walker, en Estados Unidos, y Bandja Sy, en Belgrado, donde quedó confinado cuando acudió al nacimiento de su hija, están fuera del Principado. Alexis Bartolomé y Hugo Bartolomé, primos y canteranos del club, completarán el cupo de 12. Los técnicos que les acompañan en las prácticas tienen muy marcada la distancia de seguridad de dos metros con los jugadores y llevan por norma mascarilla y guantes. Entre un jugador y el siguiente se dejan 20 minutos de margen para limpiar y desinfectar el material y las instalaciones. Cada jugador dispone de una silla y un balón y material propio para las prácticas, que igualmente se limpia al acabar. En todos los casos, el trabajo de desinfección supera, en tiempo y recursos, al de la actividad física de los deportistas.

El Morabanc se rige por la legislación andorrana pero, por lo que al protocolo de actuación se refiere, está siguiendo las condiciones requeridas por el Consejo Superior de Deportes. Podrían activar a dos jugadores a la vez, uno cada media pista, pero de momento han comenzado de uno en uno y alternando días. Todos los miembros de la plantilla pasaron tets rápidos de coronavirus y todos dieron negativo después de los 15 minutos de espera. Esos tets tienen que ver con una estrategia de las autoridades andorranas que han adquirido 150.000 para realizar la prueba a toda la población (unos 80.000 habitantes según datos de 2018). Un pequeño pinchazo en un dedo que se está haciendo a los ciudadanos en los puestos autorizados sin bajarse de su vehículo.

En Valencia, contando con la amplitud y modernidad de las instalaciones de L’Alquería (con nueve pistas interiores, cuatro exteriores y sus respectivos vestuarios) los jugadores taronjas también se han sometido a los test y pruebas físicas por la mañana y, alguno de ellos, han recuperado la sensación de lanzar a canasta con los primeros entrenamientos individuales de tiro por la tarde. La pista, las canastas y los tableros se limpiarán y desinfectarán antes y después de cada sesión de trabajo. Cada uno de los aros cuenta con una máquina de tiro con autoservicio de balones para reducir la presencia de técnicos y ayudantes. Cada jugador usará igualmente el material (balones, toallas, esterillas, conos…) de manera exclusiva y a la finalización de cada entrenamiento lo llevará directamente al vestuario que tenga asignado, donde se desinfectarán todos los elementos que haya usado durante el entrenamiento. Los banquillos de la pista han sido sustituidos por sillas. L’Alqueria del Basket cuenta con un sistema de reciclaje de aire que estará activado las 24 horas del día. Todo para intentar minimizar los riesgos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_