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La pandemia salva a Maradona

La federación argentina da por finalizada la temporada y suprime dos años los descensos, lo que evita la caída de Gimnasia, entrenado por el astro

Maradona en febrero pasado, durante el partido que enfrentó a Gimnasia y Esgrima La Plata contra Patronato.
Maradona en febrero pasado, durante el partido que enfrentó a Gimnasia y Esgrima La Plata contra Patronato.Demian Alday
Enric González

Y ocurrió el milagro: Diego Maradona logró mantener a Gimnasia en la máxima categoría. Aunque para eso hicieron falta una tragedia mundial y el colapso del fútbol argentino, cuyos dirigentes decidieron este martes dar por finalizada la temporada y suprimir los descensos en los dos años próximos. En 2022, la nueva Liga tendrá 28 equipos. Nadie sabe cómo aguantarán unos clubes casi en quiebra un 2020 sin competiciones. La idea es reanudarlas a principios de 2021.

La última edición de la Superliga había terminado ya, con el triunfo de Boca Juniors. De la Copa de la Superliga, vital para decidir los descensos, se había disputado una jornada incompleta: River se negó a jugar frente a Tucumán por riesgo de contagio y Estudiantes-Defensa quedó pendiente. La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) tenía que tomar una decisión y adoptó la que, en principio, más favorece a la economía de los clubes. Se acabaron las competiciones y todos seguirán en la máxima categoría, sumados a quienes asciendan. De momento, no se sabe quién subirá. Se habla de un torneo breve entre ocho equipos de Primera Nacional antes de diciembre para decidirlo. Eso ha enfurecido a Atlético Tucumán, que lideraba la división a mediados de marzo, cuando el juego quedó detenido.

El presidente de la AFA, Claudio Chiqui Tapia, explicó que no era posible una reanudación de las competiciones en los próximos meses, como se planea en varios países europeos. “En Europa se acerca el verano, pero aquí estaremos en pleno invierno y es cuando el virus va a tomar más fuerza”, dijo.

La suspensión de las competiciones ha causado ya una pérdida estimada en 30.000 millones de pesos (unos 460 millones de dólares al cambio oficial), que se suma al déficit crónico que arrastran los clubes por la continua depreciación de la moneda argentina (el dólar sometido al cepo se compra a 66 pesos, pero en el cambio libre cotiza ya a 115 pesos) y por largos años de gestión discutible. Varias instituciones han adoptado medidas de urgencia. Racing, por ejemplo, ha acordado con los jugadores una reducción de salarios. River Plate ha pactado un aplazamiento en el pago de sueldos. Pero el sindicato Futbolistas Argentinos Agremiados exige las retribuciones íntegras. Su secretario general, Sergio Marchi, exigió que se cumpliera “a rajatabla cada peso firmado”.

Realmente, no es un problema de pesos, sino de dólares. Los contratos más importantes se rigen por la divisa estadounidense. Y su precio es prohibitivo. La situación de los clubes está cerca de lo insostenible. Quienes quieren que se conviertan en sociedades anónimas, como el representante Juan Cruz Oller, intentan aprovechar la crisis: “Los clubes están casi todos quebrados, la mejor salida es permitir el ingreso de los capitales privados”, dijo.

La decisión de suprimir los descensos, en esta temporada y hasta 2022, ha salvado a Central Córdoba, Patronato y Gimnasia, los tres últimos en la tabla de promedios. Gimnasia y Esgrima, un club de La Plata tan respetable (es el más antiguo de Latinoamérica) como modesto, contrató al técnico Diego Maradona con la misión de evitar a toda costa un descenso que, a tenor de los promedios de los años anteriores, parecía sentenciado. Y Maradona, por la vía más triste e inesperada, lo consiguió. El rey del fútbol argentino dijo el domingo que la prioridad ahora consistía en “sanear la economía de los clubes”, mientras en las redes la hinchada de Gimnasia festejaba el enésimo “milagro” de Maradona.

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