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El aperitivo más exigente antes del clásico

El Barcelona, con el Madrid a la vista, mide la recuperación de su juego en la visita a la Real Sociedad de Odegaard

Jordi Quixano
San Sebastián -
Piqué convesa con Jordi Alba y Arturo Vidal en la Ciudad Deportiva del Barça.
Piqué convesa con Jordi Alba y Arturo Vidal en la Ciudad Deportiva del Barça. JOSEP LAGO (AFP)

Descontados ya los duelos ligueros ante Atlético, Valencia, Sevilla y Athletic, al Barça solo le queda un escollo hoy antes de afrontar el miércoles el clásico del Camp Nou. Se trata de la Real Sociedad (16.00, Movistar LaLiga), un brote verde en LaLiga, de presión alta e intención de rasear el esférico, cuarto clasificado hoy. Aunque, como casi siempre, el signo del encuentro puede depender del fútbol champán de Messi, que descansó ante el Inter.

No es un duelo menor para el Barça, conjunto que ha dado tumbos hasta bien entrado el curso, aquejado al inicio de bajas y una pretemporada de chirigota, también del encaje de los jugadores nuevos. Pero Valverde parece haber recuperado la versión punzante del equipo (de los últimos 10 envites ligueros se ha llevado nueve) y también el equilibrio del que había carecido hasta la fecha. Así, ha superado al Dortmund, al Atlético y al Mallorca con un fútbol notorio. Con Rakitic en la medular, el Barça se corrige porque ocupa los huecos que deja Messi al tiempo que también cubre el costado si el lateral se convierte en carrilero. Un ejercicio defensivo necesario, pues Messi y Luis Suárez corren hacia delante pero casi nunca hacia atrás, lo que provoca la separación de líneas, una ventaja para algunos de sus rivales. Y la Real toca, vuela y pica.

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Con Merino y Portu en los costados, Oyarzabal en un momento dulce y Odegaard como trampolín y quarterback de Willian José, la Real ha gobernado los duelos de menor calado. “Intenta sacar los balones desde atrás, Merino y Odegaard conectan muy bien con los de arriba y de medio campo hacia delante los veo con mucha chispa”, elogió Valverde. No le sucede lo mismo frente a los rivales exigentes, pues solo ha sido capaz de vencer al Atlético y ha caído frente al Madrid, Sevilla, Getafe y Athletic, además de unas tablas con el Valencia. Pero es un rival engorroso para el Barça, que de los últimos nueve partidos en Anoeta se ha impuesto en dos —el resto: dos empates y cinco derrotas—, precisamente con Valverde. Y es que el técnico le tiene cogida la medida a una Real que suma cinco derrotas seguidas ante los azulgrana. Mala estadística para el grupo de Alguacil, que no podrá contar con sus dos centrales preferidos (Elustondo y Le Normand) y que enfrente tendrá a Alba y Semedo, ya recuperados.

Messi ha marcado 13 goles en las 19 ocasiones que se ha medido con la Real y está en su mejor momento de la temporada, justo ahora que el Madrid está a la vuelta de la esquina. Antes, sin embargo, los de Zidane deberán medirse con un Valencia al alza con la ausencia del lateral izquierdo (Mendy sancionado y Marcelo lesionado). “No pensamos en más allá del partido ante la Real”, zanjó Valverde; “el clásico se lleva muchos titulares, pero no queremos descentrarnos porque los tres puntos contra la Real valen lo mismo que los tres contra el Madrid”.

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