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El Real Madrid se apunta el clásico europeo ante el Barcelona por pundonor

Campazzo, Deck y Randolph contienen a Mirotic y marcan territorio ante los azulgrana que echaron en falta una mayor aportación de Higgins y Davis

Faustino Sáez
Euroliga jornada 8
Real Madrid
Real Madrid
86 76
Finalizado
Barça
Barça
Davis intenta evitar el mate de Tavares
Davis intenta evitar el mate de TavaresEuroleague

El Real Madrid se adjudicó un clásico apasionante resuelto en el terreno del temperamento. Los de Laso se apuntaron ante el Barça de Mirotic su quinto triunfo en ocho jornadas de Euroliga, se quedaron a uno de su rival en la tabla y defendieron su feudo y su dominio en el pulso entre los grandes. Campazzo, Deck y Randolph resolvieron el equilibrio de fuerzas. Mirotic (19 puntos, cero en el último cuarto, y cinco rebotes), Kuric y Tomic se quedaron cortos para contener el pundonor madridista. Higgins y Davis (3 y -12 de valoración respectivamente) suspendieron su primera gran oposición a piezas clave. El primero anulado por Taylor; el segundo, incapaz de encontrar las vueltas a Tavares como solía.

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Se llenó el WiZink Center hasta la bóveda (12.729 espectadores) para ayudar a su equipo a marcar territorio en la defensa de una era memorable amenazada como nunca por el millonario desembolso azulgrana, con Mirotic en la diana de los parroquianos del Palacio. La memoria ganadora de los blancos pudo con el lujoso elenco azulgrana. El orgullo pesó tanto como el baloncesto y el Madrid ganó en los dos pulsos.

Laso y Pesic hormigonaron sus quintetos de salida para no ceder ni un palmo en la embestida inicial. Fraguó antes el cemento madridista. Reunieron los blancos a Taylor y Deck (determinantes toda la noche) para reforzar a Randolph y Tavares; mientras los azulgranas, con Higgins de base, sumaron a Hanga y Smits al dúo Mirotic-Davis. Del baile de parejas, una resultó notablemente descompensada. Campazzo se quedó mano a mano con Hanga en defensa y en ataque. Sin embargo, los más de 20 centímetros de diferencia a favor del húngaro se vinieron inesperadamente abajo ante la agitación febril del Facu. Las revoluciones del argentino lanzaron a su equipo y destartalaron al Barça, primero desprevenido y después abrumado.

Con Campazzo al mando, el Madrid se puso en órbita mientras el Barça buscaba soluciones a contrapié. Poderosos en el rebote, dinámicos en ataque y voraces en defensa, los blancos robaron tres balones, provocaron cinco pérdidas en el rival y estiraron su demarraje en un primer cuarto trepidante. Del 17-3 del minuto 5, al 30-9 cuatro más tarde, tras la primera canasta de Garuba en un clásico.

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En las galerías del WiZink Center se prolongó la tensión acumulada sobre la pista. “Ya vendrán a Barcelona, ya vendrán”, lanzó Nikola Mirotic, el gran protagonista del partido, en tono retador tras 40 minutos de presión ambiental, pitos e improperios de la grada. “Haremos balance de todo cuando complete mi etapa en Barcelona. Ya veremos quién ríe”, repitió Mirotic como quien apunta cuentas pendientes. La arenga del médico del Madrid, Miguel Ángel López, a los suyos antes de bajar a la pista: “¡A ganar! contra la mayor panda de ratas de la Euroliga”, soltó, llegó al vestuario azulgrana y calentó aún más el postpartido.

Pero la reacción del Barça fue igual de contundente y aún más rápida. El +21 del Madrid se derritió en un santiamén. Con Delaney como metrónomo y artificiero (3 de 5 en triples en la primera mitad) y toda la resistencia del curso pasado en pista (Kuric, Ribas, Oriola y Tomic), los azulgrana se reengancharon al partido con bravura. Anotó Rudy su primer triple y colocó el marcador en 37-17 en el minuto 11, pero el ataque y la rotación madridista cortocircuitaron a la vez. La sacudida del Barça alcanzó un parcial de 0-18 en apenas cuatro minutos, con ocho puntos de Kuric y nueve de Tomic (37-35, m. 15).

El Madrid se cargó de faltas y de dudas y el Barça pasó de verse contra las cuerdas a lucir toda su pegada. Cuatro puntos consecutivos de Mirotic completaron la remontada culé en tiempo récord (46-50, m. 19). El balance de daños para el conjunto de Laso se cerró con un inaudito parcial de 16-36 en el segundo cuarto. Se habían visto dos partidos en uno antes de llegar a la mitad de un clásico cambiante y vertiginoso.

Se debatían los dos contendientes en la reanudación entre recordar a fuego lo ocurrido para enmendar los fallos o bien olvidarlos para no penar por ellos. Y el Madrid resolvió rápido las tribulaciones. Campazzo armó otra revolución, Taylor descargó una ráfaga de 8 puntos y los de Laso volvieron a lucir vigorosos tras un parcial de 13-0 (61-50, m. 24). Se remangó entonces Mirotic con siete puntos consecutivos, pero tardó en llegarle intendencia de apoyo. El Madrid entró por delante en la recta de meta (71-64), pero magullado por la eliminación de Mickey y las cuatro faltas de Tavares.

Con 75-64 en el marcador, Higgins reclamó sus galones de mvp de la Euroliga y comenzó a acaparar el balón y la toma de decisiones en el Barça, pero no tuvo éxito y el cronómetro se recortó más que la ventaja madridista. Con Garuba aguantando el tirón en su primer envite de colmillo, con Llull disimulando con casta su desacierto (con 10 tiros fallados, 5 pérdidas y -6 de valoración) y con Randolph sumando a buen ritmo, el Madrid estiró su ventaja y recuperó a Campazzo y Tavares para el tramo final (80-68, m. 36). Dos tapones de Tavares se convirtieron en el póster del pundonoroso triunfo madridista, desataron la tensión acumulada en ambos bandos y el factor Mirotic en la grada, y cargaron de cuentas pendientes un clásico que esta temporada promete deparar capítulos estratosféricos.

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Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

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