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Héctor Herrera, la paciencia del zorro

El volante mexicano, inédito hasta el partido con la Juventus, choca contra los códigos jerárquicos de Simeone

Ladislao J. Moñino
Héctor Herrera celebra el gol que supuso el empate a dos del Atlético ante la Juventus.
Héctor Herrera celebra el gol que supuso el empate a dos del Atlético ante la Juventus.SUSANA VERA (REUTERS)

Con el 1-2 en contra que reflejaba el marcador del Wanda Metropolitano y sin haber disputado un minuto en partido oficial, Héctor Herrera (Tijuana, 29 años) protagonizó una irrupción jerárquica. Con la Juventus presionando la salida del balón en el área del Atlético, su primera acción fue pedir la pelota. Lejos de ejecutar uno de esos ofrecimientos mentirosos en los que un volante simula querer la pelota, pero en realidad su tímido desmarque no invita a los centrales a jugar con él, Herrera se plantó en la media luna para recibir, giró sobre sí mismo y le dio salida al equipo con una apertura a la izquierda.

Más allá de su estupendo cabezazo que supuso el empate a dos definitivo en el último minuto, el cuarto de hora que disputó el centrocampista mexicano fue pleno de criterio y personalidad. El Atlético se ordenó en torno a su figura en una situación de riesgo, con el equipo volcado en el campo de la Juventus y expuesto a un contragolpe que terminara por sacarle del partido. Herrera tuvo quite y desahogó, y clarificó el fútbol de los rojiblancos en corto y con precisos cambios de orientación. Su actuación evidenció la extrañeza de su inactividad desde que aterrizó este verano procedente del Oporto a coste cero porque finalizaba contrato. Durante la pretemporada no fue incluido en ningún once titular. Subido el telón del curso, aún no ha debutado en la competición liguera.

“En la mitad de la cancha, están Saúl, Koke, Thomas, Llorente y Herrera y siempre habrá alguno que no juega. Perdiendo, me equivocaré con el que elijo, y ganando será virtud de los futbolistas. Yo trato de seguir lo que siento. A Herrera lo vemos mejorando, no perdiendo el ritmo en los entrenamientos pese a que no jugaba y el fútbol termina pagando lo que uno trabaja. Se le notó con tranquilidad, con experiencia, es un hombre. Más allá del gol, esos minutos para mí son válidos”, explicó Simeone al término del partido contra el campeón italiano.

El razonamiento del entrenador argentino englobó certezas y una contradicción. En un equipo que ha perdido jerarquía con la salida de la vieja guardia y aplomo en el medio con la marcha de Rodrigo, la prolongada suplencia de Herrera rechinaba aún más.

Su fichaje fue impulsado por Miguel Ángel Gil Marín y por el director deportivo, Andrea Berta. Su contratación contenía, además, la arista estratégica de la implantación de la marca del club en México, asentada con la adquisición del Atlético San Luis. El Zorro, apodado así por un mechón blanquecino de pelo que surcaba su cabellera cuando era un crío, no estaba en el radar de Simeone.

Cuando llegó, Herrera fue convenientemente informado de que los códigos jerárquicos por los que se rige Simeone le relegaban por detrás de Koke, Saúl, Thomas, e incluso Llorente. Renunciar a jugar con su selección la Copa de Oro para no perderse el inicio de la pretemporada no tuvo efectos en los planes del entrenador. “Con los jugadores que hay por delante es difícil, pero yo sabía que iba a ser complicado cuando decidí venir, solo me queda trabajar y esperar esas pequeñas oportunidades. Cuando uno ha sido capitán del Oporto no es fácil asumir esta situación. No soy un jugador joven en proyección, tengo experiencia, pero una de mis virtudes es ser paciente, trabajar para estar preparado. Son cosas que he aprendido, uno no decide cuándo llegan las oportunidades”, relató Herrera para explicar su situación.

La enumeración de Simeone en la sala de prensa de la competencia a la que debía enfrentarse el volante mexicano fue sincera. “Sabía a lo que venía, se habló con él cuando llegó y hay que tener paciencia”, explicaban también en el Atlético cuando comenzaron a surgir las preguntas sobre la infrautilización del jugador azteca.

Herrera compite directamente contra Saúl y Koke, herederos del estatus de intocables de Godín y Gabi, y Thomas. Los dos primeros han disputado al completo los cuatro partidos de LaLiga y el de la Juventus. Aunque han ofrecido más despliegue físico que fútbol, Simeone no ha contemplado sacrificarlos para dar cabida al volante mexicano. Hasta ahora juegan siempre hagan lo que hagan. Thomas también está entre las preferencias del técnico argentino. A Llorente, Herrera sí parece haberle ganado el pulso. Fuentes cercanas al club y al jugador apuntan que el exmadridista y Simeone ya se cuestionan mutuamente si tomaron la decisión correcta con su fichaje.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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