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Saúl Craviotto: “Hay más días malos que buenos”

El capitán del K4-500 atiende a EL PAÍS después de la plata mundial y de la clasificación para los Juegos de Tokio. "Ha sido un mes muy complicado de cabeza", confiesa

Eleonora Giovio
Craviotto, por delante de Arévalo, Cooper y Germade, en la final del K4-500 de este domingo en Szeged.
Craviotto, por delante de Arévalo, Cooper y Germade, en la final del K4-500 de este domingo en Szeged.Tamas Kovacs (EFE)

“Saúl abanderado, Saúl abanderado”, coreaban técnicos y responsables de la Federación de piragüismo mientras Saúl Craviotto (Lérida, 34 años) atendía a EL PAÍS. Acababa de ganar la plata mundial en el K4-500 y de conseguir el billete para los Juegos de Tokio 2020. El último escollo que le quedaba para ser abanderado. Alejandro Blanco, presidente del COE (Comité Olímpico Español), anunció en abril que, de conseguir la clasificación, Craviotto sería el abanderado en Tokio. Tiene cuatro medallas olímpicas y una mentalidad que le hace diferente del resto, según Miguel García, el técnico que le ha visto y hecho crecer. “Además de su poderío físico, tiene una fuerza mental increíble. A la hora de competir, su cabeza es una máquina”, dice García. Y cuando habla de competir, habla de cualquier competición. Incluida la de la cocina. “Él no sabía ni freír unos huevos antes de ir a Masterchef. Pero se lo tomó como si fueran unos Juegos Olímpicos y mientras los demás concursantes descansaban, él ensayaba, preparaba cosas”, asegura el entrenador. “Dadme agua que me muero”, dice Craviotto pasada la una y media del domingo. Acaba de conseguir la plata mundial junto a Carlos Arévalo, Marcus Cooper y Rodrigo Germade. Una plata conseguida con orgullo y sufrimiento. La embarcación, favorita a todo en 2018, arrancó 2019 con malos resultados y un montón de dudas que mermaron la armonía del grupo. Cristian Toro se bajó del barco hace cinco semanas por “falta de motivación” y en tiempo récord se tuvo que acoplar Carlos Arévalo.

Pregunta. El martes, a su llegada a Szeged, escribió en Instagram que sólo Miguel [García, el técnico] y sus compañeros saben lo que han pasado en las últimas semanas para sacar esto adelante. Prometía dejarse el alma y e ir a por todas.

Respuesta. Lo hemos pasado muy mal, sobre todo este último mes y medio cuando pasó lo que pasó con Toro. Hubo que resetear la cabeza y todo lo demás y empezar de cero con un compañero nuevo que los primeros días notábamos que no iba igual de acoplado que Toro, cosa que es completamente normal. Estábamos con la incertidumbre mental… la primera semana, la segunda. Decíamos: ‘coño, si no acabamos de ir del todo finos…’ Carlos [ARÉVALO] ha puesto toda la energía en aprender, en visualizar vídeos, haciendo más kilómetros en K4 de lo normal. Y al final, con actitud lo hemos sacado adelante. Ha sido un mes de cabeza muy complicado.

P. Y usted ha tirado de ellos. Salió en las series como un león; el sábado en las semifinales acabó vomitando…

R. Cada uno tenía su función y su papel, la mía es la del veterano, de persona con experiencia, aunque bueno, Cooper también es campeón olímpico. Hay gente con mucho nivel y mucho kilometraje detrás en este grupo y poco le puedo enseñar ya, pero igual yo sí tengo la templanza de la veteranía que me hace ser hermano mayor, líder, no sé cómo llamarlo. Aún así, casi he aprendido yo más de ellos. Estoy orgulloso de este grupo.

P. ¿Sigue pensando que no es ejemplo de nada?

R. Yo es que hago mi trabajo, como cualquier persona. No me levanto pensando que soy un ejemplo o una pieza imprescindible. Es más, soy totalmente prescindible en el deporte, en la federación, en el piragüismo. Si puedo dar una buena imagen a los jóvenes, encantado.

P. Es la primera vez que se clasifica sin pasar por una repesca. ¿Se quita un peso de encima?

R. Tenía mucha presión. Además, hemos competido los últimos, está el sistema de clasificación como está: con seis plazas para ocho que somos. Justo veinte minutos antes de nuestra final, el K2-1000 sacó medalla… ha habido mucha presión en el hangar y hemos salido bastante nerviosos. Pero hemos sabido controlarlo.

P. ¿Cómo se aguanta esa presión?

R. No sé si es genético... no tenemos ningún tipo de preparación para eso, se aguanta a base de competir y coger experiencia. Igual es algo que lleva dentro el competidor.

P. ¿Qué abanderado será en Tokio?

R. He hecho mi papel y he hecho los deberes, sacar la clasificación; y ahora yo no soy el que lo decide. Si se considera que soy el abanderado, es… es que no me lo creo, no me lo creo.

P. Alejandro Blanco dijo en abril que, de clasificarse, usted sería el abanderado.

R. Yo he hecho mis deberes, el que lo tenga que confirmar… que lo confirme. Si soy abanderado seré la persona más feliz y orgullosa del mundo.

P. ¿Dónde sigue encontrando las motivaciones alguien que ha ganado cuatro medallas olímpicas?

R. Cuando haces lo que te gusta, lo que te ilusiona es sencillo encontrarlas. Al final, la vida siempre es la misma, en el trabajo, en un chaval que esté estudiando una oposición, en un deportista ya sea olímpico o preparando la carrera popular del barrio. Es cuestión de marcarte metas y objetivos y sentir esa ilusión dentro... Es esa pizca de ilusión la que te mantiene con ganas de levantarte todos los días, en el trabajo o en lo que sea, y a mí el piragüismo me sigue despertando esa pasión.

P. ¿En las malas de quién tira, porque imagino que no todos los días apetece tirarse al agua o salir a entrenar?

R. Pufffff, hay más días malos que buenos, pero tiro de mi gente, de mis hijas, de mi mujer, de los que siempre están. Son los que te hacen parar a pensar que esos momentos malos tampoco son para tanto, que la vida no solamente es piragüismo, hay un gran abanico de cosas buenas fuera de esto y le quitas hierro al asunto.

P. ¿Qué valor le da a esta clasificación a los que serán sus cuartos Juegos?

R. He estado en tres [en Pekín 2008 fue oro en el K2-500; en Londres 2012 fue plata en el K1-200; en Río 2016 fue oro en el K2-200 junto a Toro y bronce en el K1-200], tengo 34 años, llegaré a Tokio con 35... No quiero anunciar mi retirada, pero los años pasan y la gente joven sube… Huele a que puedan ser mis últimos Juegos y me gustaría cerrar mi carrera deportiva de manera brillante.

P. ¿Depende eso del resultado? [está a una medalla de alcanzar a David Cal, con cinco].

R. No necesariamente. Quiero cerrarla como la he cerrado este año, orgulloso y habiéndome dejado la piel entrenando y competiendo y con unos compañeros así.

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Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de sociedad especializada en abusos e igualdad. En su paso por la sección de deportes ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de EL PAÍS.

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