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De amaño de la Oikos a torneo de la ‘play’

Samu Sáiz dice al juez que la deuda que la policía liga al fallido Sariñena-Cariñena corresponde a partidas de videojuegos, una versión distinta de la que dio Íñigo López

David Álvarez
Samu Sáiz (izquierda), con su abogado, Juan Gonzalo Ospina, en el Palacio de Justicia de Huesca.
Samu Sáiz (izquierda), con su abogado, Juan Gonzalo Ospina, en el Palacio de Justicia de Huesca.Javier Blasco (Efe)

El ejemplar más redondo de partido presuntamente amañado detectado por la policía en la Operación Oikos pasó este miércoles por el juzgado número 5 de Huesca, donde los interrogatorios a Samu Sáiz, del Getafe hasta el 30 de junio, y Carlos Martín Briones, exjugador del Sariñena, lo hicieron parecer una lámina del test de Rorschach. La prueba, que Hermann Rorschach empezó a usar en 1921 como método para clasificar personalidades, presenta a los pacientes una mancha de tinta y les pregunta qué ven. En los mensajes incorporados al sumario del caso Oikos, la policía ve que el Sariñena-Cariñena, de Tercera División, disputado el 13 de abril de 2017, jueves santo, se trató de un “amaño” que “no se cumplió”: el 1-0 final no era el resultado acordado. En cambio, los presuntos implicados ven en esos mensajes cosas muy diversas.

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Según el relato policial, la cadena de comunicaciones interceptada es la más completa de los tres encuentros que identifican como arreglados (los otros dos son el Huesca-Nàstic de mayo de 2018 y el Valladolid-Valencia de mayo de 2019). Los agentes sostienen que los mensajes implican a los tres escalones en los que dividen la trama: “líderes de la organización” (los exfutbolistas Raúl Bravo y Carlos Aranda, detenidos el pasado 28 de mayo, en libertad con cargos), “intermediarios” (Íñigo López, detenido cuando era jugador del Deportivo de La Coruña, ahora en libertad con cargos, y Samu Sáiz, libre con cargos) y “objetivos corrompidos” (Martín Briones, libre con cargos).

El intento de amaño supuestamente se fraguó durante los primeros días de abril de 2017. López y Sáiz jugaban en la SD Huesca, en Segunda, y Martín Briones, que vivía en casa de Sáiz, en el Sariñena (Tercera), a unos 50 kilómetros. “La cadena de llamadas comienza con la preparación del amaño, en la que Raúl Bravo interpela a Íñigo López para que se conecte al dispositivo encriptado”, se lee en el sumario. Según el relato policial, después López se cita con Sáiz para contarle cómo se haría y le pide que le acompañe Martín Briones: “Mañana a las 9 desayuno. Vente con Mulato, que ya tengo las bases del torneo del Call of Duty”, le escribe el 7 de abril.

Los agentes dicen que “Mulato” es Martín Briones, pero según fuentes jurídicas Martín Briones, que este miércoles por la mañana declaraba en primer lugar, le dice al juez que a él no le llaman Mulato, que le llaman Charly. Dura poco. Justo después declara Sáiz, que según la misma fuente sí lo identifica como Mulato.

Los días siguientes López y Sáiz desayunan juntos varias veces. El día antes del partido, el primero le escribe: “Mañana a las 2 sabremos todo. Dile a este que consiga toda la gente que pueda para jugar un buen torneo online”. Según los agentes, ese sería el momento de las últimas instrucciones de Bravo. El día del partido por la mañana, López escribe al cabecilla: “Golfoooo, ya están los torneos del Fifa 17 para semana santa”.

La policía sostiene que con los torneos, que pasan del Call of Duty al Fifa 17, en realidad se refieren al arreglo del Sariñena-Cariñena. Martín Briones y Sáiz dicen que no se puede ver más allá de las palabras. Lo explica Juan Gonzalo Ospina, del despacho de abogados que los representa a ambos: “Las conversaciones son en referencia a distintos videojuegos, torneos en la playstation”, dice.

En cualquier caso, sale mal. “Pero es que no me jodas. Estoy flipando, tío”, escribe esa noche, después del partido, Sáiz a López, que le contesta: “Ya, son bobos, ya se lo dije. Pero son principiantes. Va y no sale”. De este intercambio la policía concluye: “El amaño finalmente no se realizó por culpa de los jugadores corruptos del CD Sariñena”. Aranda también se entera del fracaso: “Esas cosas no se hacen así, hazme caso. Se pierde mucha pasta. Se ha perdido bastante, tío”, escribe a López.

Amenazas de “amigo”

Según varias conversaciones incluidas en el sumario, el fracaso provoca una deuda de 15.000 euros, que habría adelantado López y que le tendrían que devolver Sáiz (2.500), Briones (2.500) y otros tres jugadores del Sariñena (2.500 cada uno). López asumiría el resto. Los implicados no niegan la deuda, pero ven en ella cosas diversas.

El pasado 30 de mayo, cuando el sumario aún era secreto, sin conversaciones sobre la mesa, el juez preguntó a Íñigo López, entonces aún detenido. Dijo que se trataba de apuestas, aunque nada que ver con el Sariñena-Cariñena: “[Mulato] me dice ‘mira, queremos hacer una apuesta a una serie de partidos y lo único que no tenemos economía’. Querían hacer una apuesta más fuerte, 2.000 euros cada uno o así. Les digo que yo se la hago. Me decían que si se gana me daban un porcentaje y si se perdía me iban a reponer. Yo solo pienso que no le voy a hacer la apuesta porque no me van a pagar en caso de perder. Decido no hacerla, pero no les digo nada. Efectivamente pierden”, contó. También dijo que estuvo un tiempo reclamándole el dinero a Briones, incluso con amenazas (“en plan de amigos”), como se comprueba en el sumario.

Este miércoles Briones y Sáiz contaron al juez que la deuda procedía de los videojuegos. “No eran apuestas como tales, sino inversiones en distintos torneos online”, explicó Ospina. Aquí también hubo cierta discrepancia. Según fuentes jurídicas, ante el juez no se pusieron de acuerdo sobre si el supuesto torneo se había disputado o no. Además de eso, llamó la atención del magistrado, Ángel de Pedro, que el torneo fuera a llevarse a cabo a la misma hora a la que se disputaba el Sariñena-Cariñena, en el que Briones jugó los últimos minutos.

En cualquier caso, De Pedro, como ha hecho con otros investigados, rebajó las acusaciones de ambos planteadas por la policía en sus fichas de imputación: les retiró la pertenencia a organización criminal y les mantuvo la corrupción entre particulares.

Después de ellos compareció Borja Gómez, también imputado, jugador del East Bengal indio que coincidió con Aranda en el Granada en 2012. La policía dice que el cabecilla le debe dinero de un amaño. Gómez aseguró que la deuda revelada por las conversaciones intervenidas se correspondía con un préstamo y el juez lamentó que los indicios presentados por los investigadores fueran “endebles”. Además, anunció que cancelaría las declaraciones previstas para la semana que viene (Carlos Caballero y Emilio Vega) a la espera de que el volcado del contenido de los dispositivos requisados a los detenidos añadiera nuevos indicios.

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Sobre la firma

David Álvarez
Sigue la información del Real Madrid y la selección española en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de la sección de Deportes. Ha cubierto los Juegos Olímpicos, el Mundial de fútbol y la Eurocopa. Antes trabajó en ABC, El Español, ADN, Telemadrid, y La Gaceta de los Negocios. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra.

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