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Turquía veta a Kanter, su estrella NBA

Los partidos de los Portland Trail Blazers no se emiten en el país por la presencia del pívot turco, declarado enemigo de Erdogan

Andrés Mourenza
Enes Kanter, tras el primer partido ante los Warriors.
Enes Kanter, tras el primer partido ante los Warriors.MATTHEW STOCKMAN (AFP)

Los aficionados al baloncesto en Turquía no podrán disfrutar de la final de la Conferencia Oeste de la NBA en las televisiones de su país. El canal que posee los derechos de la competición, S Sport, ha decidido suspender la emisión de los partidos entre Portland Trail Blazers y Golden State Warriors, aunque sí retransmitirá los de la Conferencia Este, entre Toronto y Milwaukee. “Puedo decir claramente que no emitiremos las series entre Warriors y Blazers. Además, si Portland pasa a la final, tampoco se emitirá”, explicó un comentarista de la cadena, Ömer Saraç, a la agencia Reuters. La razón tiene nombre propio: Enes Kanter.

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El pívot de Portland, uno de los mejores jugadores de Turquía, es hoy tachado de traidor y de fugitivo de la Justicia por la prensa de su país. No en vano, un tribunal turco lo ha condenado a pena de cárcel por “pertenencia a organización terrorista” y lo siguen juzgando en rebeldía por “insultos al presidente”.

Todo ello se debe a la adscripción de Kanter al movimiento islamista Hizmet y a la cercanía a su líder, el predicador turco exiliado en Pensilvania, Fethullah Gülen, que ejerce de padre espiritual del jugador de la NBA. De carácter marcadamente ultraconservador, los gülenistas fueron aliados del presidente turco, el también islamista Recep Tayyip Erdogan, hasta 2013. Pero los vientos políticos cambiaron y se inició una dura guerra entre los antiguos socios, culminada en el intento del golpe de Estado de 2016, en el que hubo gülenistas implicados. El Gobierno turco achaca la asonada al propio Gülen, algo que el predicador niega. El caso es que Hizmet ha sido ilegalizado, declarado “organización terrorista” y sus simpatizantes duramente perseguidos: los que no ha terminado en la cárcel, han escapado hacia Europa o EE UU. Uno de ellos, el futbolista internacional turco Hakan Sukur, que se ha exiliado en California.

El propio Kanter vivió en sus carnes el problema durante un viaje a Europa en mayo de 2017 ya que su pasaporte turco fue anulado, lo que provocó que quedase retenido en Rumanía hasta que se solucionó la cuestión. El Gobierno turco amenazó al jugador con que si no retornaba a Turquía también se le despojaría de la ciudadanía pero, temiendo ser arrestado, regresó a EEUU. No ha vuelto a viajar a Europa por los problemas que le pueda causar su condición actual y, según dijo, por miedo a que los seguidores de Erdogan puedan atentar contra su vida.

Pese a que de puertas afuera asegura predicar un islam tolerante y moderado, la cofradía de Fethullah Gülen se ha caracterizado siempre por su secretismo y por su objetivo de infiltrar a sus militantes en la Administración Pública, las fuerzas de seguridad y la Judicatura. Según antiguos miembros, su funcionamiento interno es el propio de una secta, y su líder es adorado por los seguidores. El propio Kanter es uno de ellos.

Tras el fallido golpe de Estado, Kanter publicó numerosos mensajes en Twitter criticando a Erdogan, por ejemplo, tildándolo de “Hitler de nuestro tiempo”. El padre de la estrella, probablemente a instancias del Gobierno -ya que él mismo ha sido imputado ante un tribunal acusado de gülenista-, escribió entonces una carta en la que pedía “perdón” a “la nación turca y el presidente por tener un hijo así”. “Ya avisé anteriormente a Enes, pero no dejó de escribir tuits contra nuestro presidente. La familia Kanter y yo lo repudiamos como hijo”, escribió. La respuesta del jugador no fue menos dura: “Sacrificaría a mi madre, a mi padre y a mi entera familia por el bien del Venerado Maestro (Gülen). Daría mi cabeza, si fuese el caso. Espero que Dios reste parte de mi vida y se la dé a Valiente Maestro. Sacrificaría mi lugar en el paraíso y reiría en el infierno para dar ese servicio. El amor por mi Querido Maestro es mayor que mi amor por mi madre, mi padre, mis hermanos y hermanas y todos los demás amores”.

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