_
_
_
_
_
LaLiga Santander jornada 30
Leganés
Leganés
Guido Carrillo 95'
1 0
Finalizado
Real Valladolid
Real Valladolid

Carrillo castiga al Valladolid fuera de tiempo

El Leganés acaricia su permanencia en Primera un año más gracias a un gol del ariete argentino en el minuto 96

El argentino Guido Carrillo, del Leganés, celebra su gol ante el Real Valladolid.
El argentino Guido Carrillo, del Leganés, celebra su gol ante el Real Valladolid.Juan Carlos Hidalgo (EFE)

El pronóstico no anunciaba una lluvia de goles en Butarque. Leganés y Valladolid llegaban a la cita de este jueves como los dos equipos menos anotadores de LaLiga. Pepineros y pucelanos disputaron un encuentro cerrado y falto de ritmo en el que los porteros apenas tuvieron que intervenir. Sin apenas ocasiones, todo parecía indicar que a ambos equipos les satisfacía el empate. Pero cuando el partido agonizaba y el cronómetro sobrepasaba ya los cinco minutos de añadido que había decretado Cuadra Fernández, Guido Carrillo se rebeló contra lo esperado. En la última jugada del choque el delantero argentino se elevó dentro del área y batió a Masip con un tremendo testarazo que concede al Leganés tres puntos de oro para dejar prácticamente sellada su permanencia en Primera un año más (1-0).

Lo que funciona no se toca, debió pensar Pellegrino. Llegaba el Leganés eufórico al partido tras lograr la victoria en el derbi ante el Getafe el pasado domingo, y el técnico argentino apostó por repetir fórmula introduciendo únicamente un par de retoques a pesar de haber jugado hace apenas cuatro días. En el lateral derecho, Nyom dejó su sitio a Juanfran y en la medular, Recio volvió al once para dar descanso un fijo como Rubén Pérez. Sergio, por su parte, optó por blindarse atrás, dando entrada a Joaquín como tercer central e imitando la línea defensiva de cinco de su rival.

El Valladolid concedió desde el inicio la posesión del esférico al Lega y metió a sus once hombres en su propio campo. Los de Pellegrino, poco habituados a llevar la iniciativa, no encontraban su sitio en el campo. Tocaban y tocaban buscando la manera de desenredar el entramado defensivo planteado por Sergio, pero adolecían de la profundidad necesaria para inquietar a Masip. Mientras, el Valladolid se limitaba a esperar a que llegara un error de su rival para generar una ocasión que le permitiera adelantarse.

Y a punto estuvo de lograrlo mediada la primera parte, en la que fue la primera ocasión de peligro del partido. Un error de Bustinza en la salida de balón del Leganés acabó en los pies del canterano Waldo, que debutaba en Primera. El joven extremo, que dejó buenas sensaciones en su estreno, vio solo dentro del área a Sergi Guardiola y hacia allí mandó el balón. Pero el nueve, cuando lo tenía todo para marcar, no conectó un buen remate y mandó el esférico por encima del larguero de la meta defendida por Cuéllar.

El susto desconcertó durante algunos minutos al Leganés, que apenas se acercó un par de veces por el área pucelana en los primeros 45 minutos y de nuevo Guardiola volvió a rondar el primero del Valladolid. El delantero se revolvió dentro del área pero, como ocurrió minutos antes, no precisó con su disparo, que se marchó muy alto en el que fue el último acercamiento con peligro antes de que el árbitro decretara el final.

Tras la reanudación la dinámica del encuentro no varió. El Leganés, instalado en el campo del Valladolid, trató de meterle una marcha más al partido, pero se estrellaba una y otra vez en las inmediaciones del área pucelana. Solo el árbitro fue capaz de dar, involuntariamente, algo de emoción al encuentro. Corría el minuto 58 cuando, de forma incomprensible, Cuadra Fernández señaló penalti por mano de Joaquín dentro del área vallisoletana, sin percatarse de que el balón le había golpeado claramente en la cara. Se reía el central pucelano, que ni protesto a sabiendas de que el VAR dejaría en nada la pena máxima. Eso sí, la decisión llegó con algo más de suspense del que cabría esperar, ya que el colegiado recurrió a la pantalla para rectificar su decisión.

La polémica jugada despertó al Leganés, que apretó y empezó a colgar balones al área en busca de un gol a la desesperada. Y lo consiguió en el último suspiro gracias al gol Carrillo, que pocos minutos antes ya había avisado con un remate de cabeza que se fue lamiendo el palo de la portería del Masip. No perdonó a la segunda el delantero argentino, castigando el rácano plan de los pucelanos en la segunda mitad y haciendo explotar a la grada de Butarque. No era para menos. Con diez puntos de ventaja sobre el Celta a falta de ocho jornadas por disputarse, los pepineros pudieron celebrar que, si nada se tuerce, Leganés seguirá viviendo un año más el sueño de Primera. El Valladolid, por su parte, tendrá que seguir luchando para evitar el descenso, que ahora queda a un solitario punto.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_